La Espinita
Andy S. K. Brown
- Caso Ealy: Sergio Gutiérrez ¿en la Luna?
- La ASF de Colmenares entre CSP y Zedillo
- Cárceles de Durazo, verdaderas coladeras
¿Qué pasa cuando aquellos que crean las leyes no respetan ni el reglamento que debería regirlos?
¿Está en la Luna el actual presidente de la Cámara Baja, muy baja, cada vez más baja, el veracruzano Sergio Gutiérrez, en el caso de las denuncias que ante las instancias que deberían procurar justicia, tanto la federal como la capitalina, ha presentado la diputada María Teresa Ealy por las amenazas y el espionaje de la que es víctima?
Reza el citado reglamento que “el presidente –esto es, Gutiérrez Luna– tiene la responsabilidad de asegurar la seguridad (sic) de los diputados, tanto dentro como fuera del recinto, y de tomar medidas para protegerlos de posibles amenazas o peligros.”
Nada ha hecho el morenista para proteger a su correligionaria y colegisladora. Nada, al menos que se sepa.
¡Ah!, pero eso sí. En recientes palabras de su homólogo en el Senado, Gerardo Fernández Noroña, mete por la puerta de atrás temas de la agenda política que sirven a las causas de AMLO, su verdadero patrón. No lo son los demás diputados. Menos aún los electores, pues llegó al cargo bajo el conveniente manto de la representación proporcional.
Hace dos días arremetió en contra de juzgadores de Tamaulipas que supuestamente brindan protección al ex gobernador de aquella entidad Francisco Javier Cabeza de Vaca, némesis del actual mandatario Américo Villarreal Jr., protegido por López Obrador por las maleta$ que acarrea a la causa merced a la protección de cárteles asesinos y huachicoleros fiscales.
Ealy votó, entre otras morenistas, en favor de que se desaforara a Cuauhtémoc Blanco para que, sin esa protección, se defendiera de las acusaciones de intento de violación que presentó su hermana Fabiola.
Y a partir de ello, comenzó a recibir mensajes tales como “te tenemos vigilada y ubicada. Ya tienes precio”.
Nadie experimenta en cabeza ajena, dicen por ahí, pero ojalá a Gutiérrez Luna y a Fernández Noroña no les suceda, en un futuro anhelado, lo que a los presidentes de las Cámaras colombianas. Allá en Bogotá, la Corte Suprema de Justicia ordenó su captura por estar implicados en un escándalo de corrupción.
Por lo pronto, ¡aguas, señoras y señores diputados! ¡No cuentan con su presidente! Ni aunque ustedes sean de Morena.
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En el diferendo entre Claudia Sheinbaum –léase AMLO— y Ernesto Zedillo quien ha salido peor parado es el todavía titular de la Auditoría Superior de la Federación David Colmenares.
El expresidente, como sucede con todos los mexicanos informados, “leidos y escrebidos”, sabe que a Colmenares la 4T lo tiene agarradito de allá abajo, por algunos pecadillos en su carrera burocrática y que, por tal, los resultados que de las revisiones que ha presentado para que las manadas guindas en la Cámara Baja se las aprueben sin cuestionamiento alguno, son parciales, favorecedoras a la corrupta gestión presidencial de López Obrador.
Lo han denunciado verdaderos e imparciales auditores como Muna Dora Buchaín, entre otros. Pero, por también contar con la protección cuatrotera que encontró en él a un auditor cómodo, las querellas le han hecho los mandados.
¿Resistiría la ASF de Colmenares que una instancia especializada internacional y autónoma revisara las auditorías que la presidente formal Claudia Sheinbaum?
La respuesta es ¡no!
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Es inconcebible que Alfonso Durazo, quien tuvo bajo su responsabilidad la seguridad de todos los mexicanos como titular de la SSC en la primera mitad del sexenio anterior, tenga convertido al estado Sonora en uno de los escenarios donde el crimen reina y manda sobre él.
Tal vez no le interese mucho de “gobernar” y por eso mejor se dedique a la política partidista y, claro, al sustancial incremento de su ya enorme fortuna económica, dejando al garete y a merced de los delincuentes a quienes en mala hora votaron por él.
Porque, prácticamente, no hay día en el que en la entidad del noreste no haya noticias de asesinatos, masacres, extorsiones, retenes de criminales, secuestros, ataques a migrantes y ¡hasta fugas de reos de las cárceles sonorenses! que son otra fuente de jugosos ingresos para los fallidos encargados de la seguridad pública y, ¿por qué no pensarlo?, hasta del propio mandatario estatal.
Ahora se les fugó El Ponchis, capo cuya captura se presumió hace más de un mes, quien no estaba recluido en una prisión de alta seguridad. Por algo $ sería.
Ya despidió al encargado del área, y muy seguramente éste ya se irá de vacaciones a disfrutar de los dineros mal habidos.
En Sonora, como en otros estados de lo que Morena nos ha dejado de República, ¡el crimen sí paga!
¿Verdad, Poncho?
@AndySKBrown1