DE LINDES
En los últimos meses, las noticias de los incendios forestales alrededor del mundo, han acaparado la atención, ya que se han convertido en un riesgo enorme para la población de diversos países, que han visto cómo el calor extremo de este verano, el cual ha roto récords y la falta de lluvias han provocado que el suelo se convierta en un combustible ideal para la catástrofe.
Así como en su momento vimos qué ocurrió con los devastadores incendios en Canadá, que ocasionaron que el cielo de Nueva York se pintara de naranja, o como lo ocurrido en Grecia a finales de julio, cuando debido a una serie de incendios sin control, se tuvieron que evacuar a decenas de miles de personas, entre ellos muchos turistas, para así evitar un desastre mayor.
Y como éstas, semana con semana, los incendios han formado parte de los titulares de todo el mundo, y en esta ocasión, vuelve a ocurrir así por nuevos incendios en Canadá, por el riesgo en diversas zonas de España, pero sobre todo por lo ocurrido en Hawái, en donde la semana pasada ocurrió el que hoy es considerado el peor desastre ambiental en la era moderna de Estados Unidos, debido a que en la ciudad histórica de Lahaina, ocurrió un incendio, que muchos hoy atribuyen a la falta de cuidados y protocolos de las compañías de electricidad, y que dejó al menos 4,500 damnificados y 114 muertos que podrían incrementarse debido a que se siguen retirando escombros y cabe la posibilidad de que muchos cuerpos se encuentren entre ellos.
Quizás la nota que hoy pudiera llamar más la atención es que miles de turistas siguen llegando a la zona, quizás por no comprender la magnitud del desastre, quizás por inconsciencia, pero muy probablemente por falta de información, ya que el día de hoy pocos son los gobiernos que mantienen una información constante hacia la población en general, por lo que pocos conocen los riesgos que hoy se han convertido en una nueva realidad en las fuertes temporadas de calor, incluso el riesgo es tal, que muchos científicos y expertos en el tema, consideran que estamos entrando a lo que se conocería como la “Edad del fuego”, por lo que podríamos pensar que sería imperativo para los mandatarios de todos los países, aumentar las campañas de prevención, así como impulsar campañas masivas de siembra de árboles, lo cual sería la mejor manera de ayudar al planeta, pero al parecer pocos lo entienden así, porque incluso el pasado 18 de agosto se celebró el Día Mundial de la Prevención de Incendios Forestales, y al parecer fue un día qué pasó sin pena ni gloria, como si no hubiera una urgencia real acerca de este tema, por lo que es probable que en las noticias de fechas futuras sigamos conociendo de tragedias que en muchos casos con un poco de prevención e información podrían haberse evitado, y como bien dijo Dambisa Moyo; “El mejor momento para plantar un árbol es hace veinte años, el segundo mejor momento es ahora”.
JESSICA WOOLRICH