Cuando funcionarios de seguridad de la presente Administración federal, incluido el titular de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; así como ex presidentes panistas ponen al centro de sus discusiones convergentes el tema del narcotráfico, las fugas y posible extradición del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, es un tanto difícil poder negar que nuestro país tiene características fortalecidas de narco Estado.
Lo esperado sería que una vez en marcha una estrategia para combatir al crimen organizado y de manera puntual a los narcotraficantes, los poderes y sus representantes habrían de discutir temas torales de desarrollo para el país, políticas públicas y cualquier otro renglón de convivencia y bienestar social. Pero no, resulta que el tema céntrico y ponderado para buscar votos a favor de su causa en esta contienda electoral que se avecina en 2016 y la no tan lejana del 2018, es el narcotráfico, insisto, con El Chapo como cereza del pastel.
Al ex presidente Vicente Fox quien llegó a Los Pinos ganando terreno incluso a sus correligionarios, no le queda para nada advertir –y aquí si le concedo la razón al panista y también ex presidente Felipe Calderón, de que nadie debería hacerle caso–, que al Chapo Guzmán, el Gobierno del priista Enrique Peña Nieto no lo ha extraditado a Estados Unidos debido a que las autoridades tienen miedo de que el narcotraficante “suelte la sopa allá” y que no duda “ni tantito” que todos los partidos políticos tengan “sus trapitos” qué sacarles en relación al afamado narco. Todo lo anterior lo declaró a la Agence France-Presse (AFP), olvidando o pretendiendo, que no recordamos que Guzmán Loera se escapó por primera vez de una cárcel de máxima seguridad durante la estancia de Fox en sus cabañas de Los Pinos. De esta huida mucho se ha dicho que fue el propio Fox el que le abrió la puerta del penal al citado capo.
El enfrentamiento verbal entre Felipe Calderón y el secretario Osorio Chong, por la forma en que el primero implementó la guerra o lucha contra el narcotráfico, parte también de lo que le acontece a El Chapo y claro, de una estrategia de crítica abierta para ganar votos hacia las elecciones venideras. Calderón se defiende y señala que fue la estrategia correcta, mientras que Osorio le critica y advierte lo contrario.
Ahora resulta que todos se pelean a un narcotraficante, su vida, sus enemigos, y sus fugas, como figura central de propaganda electoral.
De ese tamaño es nuestro país. Qué dolor.
Acta Divina… “Conocemos el alto precio que trajo consigo la mal llamada guerra contra las drogas. Hay que decirlo, y decirlo claro: se partió de un diagnóstico equivocado y de una estrategia mal diseñada que generó una escalada de violencia sin precedente. Resulta necesario distinguir entre los daños que causan las drogas y las políticas de drogas equivocadas”: Osorio Chong, secretario de Gobernación.
Para advertir… Y El Chapo, se fue, se fue y se va…
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