Joel Hernández Santiago
Parece una broma. Digamos que una broma macabra. Es como si de pronto los demonios tantas veces sueltos, aparecieran de nueva cuenta para recordarnos que en la política, como en la guerra, todo se vale, hasta la ridiculez y las abyecciones más irreconocibles a estas alturas de la historia política de México.
Esto es. En la constelación de estrellas, estrellitas y asteroides de la política nacional, de tiempo en tiempo surgen personajes desde lo más recóndito del alma nacional; ese espacio en donde vagan los duendes malévolos que aparecen y desaparecen para hacer daño, para burlarse de la naturaleza humana y para satisfacer sus instintos mezquinos sacudiendo el árbol de la historia.
Así que todavía no terminábamos de sorprendernos por lo que dijo en Michoacán el Sub-delegado del ISSSTE en aquella entidad, José Manuel Mireles, con aquello de llamar a las mujeres: “Pirujas” y luego “Nalguitas”, lo que le ha costado una rechifla nacional y el regaño presidencial, cuando aparece otro ser ridículo y motivo de vergüenza ajena:
Un señor en cuyo nombre lleva el membrete de la comicidad, y del que no debiéramos ocuparnos si no fuera para señalar que de personajes como estos parece estar poblada una buena parte de la política nacional; lo que dibuja el momento histórico que vivimos.
Así que de pronto, ese señor de cuyo nombre uno se acuerda asociado con un cómico de la televisión, se trepa a la tribuna mayor del Congreso de Tabasco para hacer un llamado a todos los Tribunales y Congresos del país, para hacer una reforma al artículo 83 de la Constitución.
Él se llama Charlie Valentino. Casi igual que el muy honorable cómico de la televisión Charly Valentino. ¿O son el mismo? En este caso es un diputado por Morena, quien se supone que legisla en la LXIII Legislatura del muy querido Tabasco.
El diputado Charlie Valentino asestó el 10 de septiembre:
“No podemos poner en riesgo el bienestar que ya llegó, por eso mismo, le pido absolutamente a todos los tribunales, a todas las cámaras, remover el artículo 83 de la Constitución Política de México, ese legendario artículo para que quede de esta forma -dijo-: ‘Sufragio efectivo, sí reelección’, porque queremos a Andrés Manuel López Obrador seis años más en la Presidencia de la República”… Y luego concluyó que su propuesta proviene de la exigencia del pueblo mexicano… Y que es también ‘una súplica de parte de la historia’.
Así o más ridículo. Así o más abyecto. Así o más sometido. Así o más consecuente. Digamos que lo dicho por este personaje es producto de su ambición política y para quedar bien con ‘ya saben quién’.
(No le importa a este personaje que, para conseguir democracia y no reelección; sufragio efectivo, no reelección, hubo una Revolución en la que murieron 1.5 millones de mexicanos y que en adelante esto es un mandamiento que emana de la Constitución y de la voluntad histórica de todos).
Charlie Valentino es el mismo que cuando el presidente López Obrador envió aquellas cartas al gobierno español para pedir que España se disculpara con México por los excesos cometidos durante la Conquista, Charlie Valentino dijo por su propia cuenta:
“Desgraciadamente fuimos colonizados por la peor de las razas que son los españoles” y agregó que “los españoles más que disculparse deberían arrodillarse ante nuestro país”. Por supuesto esto le costó una reprimenda de su propio partido político…
Y es el mismo que a finales de 2018 dijo que los migrantes centroamericanos son “malandros” por lo que el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) le hizo un llamado para evitar expresiones xenofóbicas que excluyen y afectan los derechos humanos.
El mismo diputado que se define como artista plástico (él es el presunto autor del busto dedicado al presidente López Obrador que se encuentra frente a la casa que habitó el mandatario en su infancia en Tepetitán, Macuspana)…
Charlie Valentino León Flores Vera es fundador de Morena en el municipio de Cárdenas, hijo de una familia con recursos por lo que hizo estudios aquí o allá, algunos inconclusos, y al final una licenciatura en derecho por la Universidad Olmeca de Tabasco en 2010. Dice que hizo estudios en el extranjero y domina idiomas: Francés, portugués, italiano, inglés y véneto.
Todo eso es el señor Charlie Valentino. Un personaje que parece sustraído de la picaresca nacional pero que está ahí, y es Legislador y es político y sufre para que el presidente de México voltee a verlo; que conozca de su existencia y que sepa que “cuenta con él”, según el criterio de los políticos que se entregan a la idolatría fantasiosa, a la abyección y a la pérdida de sí mismos.
¿Cuántos como Mireles hay en la administración pública? ¿Cuántos como Charlie Valentino hay en los Congresos de todo el país?… En fin: Mejor reír porque, con cosas como estas, se confirma aquello de que “la política me da risa”.