Los efectos de las actividades humanas en la salud del planeta son evidentes e innegables, desde la contaminación de ríos, lagunas y océanos, hasta la contaminación del aire y la caza excesiva que ha llevado a la extinción de especies.
Pero no solo nosotros causamos daño o cambios. El planeta está en constante cambio y evolución desde su creación. No seamos soberbios ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo alumbre. Los particulares y los gobiernos debemos encontrar medios de subsistencia y desarrollo cada vez menos dañinos, sin olvidar que todo tiene un efecto, no existe eso de “cero emisiones”.
De cualquier forma, el esfuerzo mundial por frenar lo que se llama el “cambio climático” se concentra en dos escenarios. El privado encabezado por el Foro Económico Mundial (WEF) y el público encabezado por la ONU en lo que se conoce como la COP y que este fin de semana sostiene su 26ª edición.
La llamada COP-26 organizada por la ONU se está efectuando en Glasgow, Inglaterra del 31 de octubre al 12 de noviembre. La cumbre se pospuso en el 2020 por la pandemia. Desde hace 5 años en la COP21 (el famoso acuerdo de París), se dijo que cada 5 años, además de evaluar el avance alcanzado, se propondrán nuevos acuerdos y metas para continuar presionando a los países en la cruzada por reducir los llamados gases de efecto invernadero que en exceso como todo, dañan el delicado equilibro de la biosfera terrestre.
Es un gran foro no solo para que los políticos hagan lo que siempre (sea lo que sea), sino para conocer avances y tendencias tecnológicas, estadísticas de asuntos ambientales y otros temas relacionados de mucho interés. Recuerdo con gusto la oportunidad y distinción que tuve al ser electo Vicepresidente fundador del Capítulo México del “Foro mundial de legisladores contra el cambio climático”, espacio en el que con legisladores de todos los partidos mexicanos y de los 20 países más desarrollados del mundo, se discuten proyectos legislativos para trabajar a favor del medio ambiente.
QUE SE AMARREN EL CINTURÓN LOS QUE QUIERAN PREMIOS DE LA ONU Y DEL WEF.
Como era de esperarse la nueva súper potencia China simula su apoyo y acepta trabajar en reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, en especial por el uso de carbón pero “despacito”, mientras tanto los demás deben acelerar y mostrar su compromiso. Lo mismo hace Rusia al desdeñar sin acudir a Reino Unido, ambos mandatarios informaron que no asistirán a dicha reunión a la que acuden todos los demás líderes de las demás naciones desarrolladas y de otros países que necesitan la “palomita” de la comunidad internacional.
China es responsable del 30% de gases de efecto invernadero emitidos a la atmosfera día a día por lo que un acuerdo en el que China aporta una miseria en reducciones es un acuerdo casi inútil, pero la comunidad internacional no está dispuesta y ya casi no esta ni en posibilidad de exigir nada a China, por eso poco le importa ir a fingir que harán algo, Xi Jinping prefiere esperar a que todos los demás enseñen sus cartas y el sumarse ya que sea política y financieramente conveniente.
Por su lado Vladimir Putin se suma, pero no a Occidente sino a China con quien ahora comparte mucho más que rivales en común.
QUIÉN ES QUIÉN EN LA EMISIÓN DE CONTAMINANTES ATMOSFÉRICOS CO2.
Como lo hemos indicado, China aporta una parte muy importante de los gases de efecto invernadero emitidos diariamente que son generados por conductas humanas.
Más aún, China emite tantos gases como la suma de los cuatro países que le siguen en la lista de más contaminantes que son EUA, India, Rusia y Japón. Esos son los súper emisores de CO2
En conjunto este grupo de países generan el 60% de los contaminantes atmosféricos. EUA genera el 14%, India el 7%, Rusia 5%, Japón el 4% y el país de la Gran Muralla el 30%.
Recuerdo que algunos días en Beijing o en Seúl el aire es tan denso que parece que hay neblina tibia. En el caso de la Capital de China la razón es obvia y auto infringida pero en el caso de Corea del Sur son víctimas del Smog que les envía su vecino Corea del Norte, algo así como humo de segunda mano.
Pero Rusia y China no están dispuestos a sacrificar sus economías para limpiar el aire de todos. ¿Estaremos los ciudadanos del planeta dispuestos a dejar de comprar cosas hechas en China para presionar? Obvio no, porque la mayoría de las empresas globales tienen fábricas en China y desde ahí le exportan al mundo productos muy baratos con una inmensa huella de carbono directa e indirecta. Rusia y China usarán todo el carbón que puedan porque lo tienen y como los economistas dicen, no hay bien más caro que el que no se tiene. En el caso de Rusia para ellos es mejor vender el gas y el petróleo mientras que usan el carbón, en el caso de China usan el carbón que tienen en abundancia para tratar de importar menos petróleo y gas natural.
Como vemos es un asunto económico, por eso los comunistas y totalitarios lo entienden muy bien pero los capitalistas y democráticos de occidente no. ¿Cómo? Así es, China que es comunista y Rusia que es autoritaria saben después de muchos golpes que la fibra más sensible es la que va de la cabeza al bolcillo y por ello no sacrificaran sus economías por el bien de la gente ni mucho menos por los bien de otros países. Ellos se irán sumando cuando sea realmente necesario y haya costos económicos que pagar.
Para darnos una idea de lo que contamina China, su empresa siderúrgica de aluminio nacional, emite anualmente 30% más CO2 que todos los camiones de pasajeros y de autotrasporte de la república mexicana, la empresa nacional de materiales de construcción emite más contaminantes que todo Francia.
Así las cosas en discurso el Presidente Xi prometió que para el 2060 cambiará de fuente de energético pasando a ser un generador neutral de CO2, dejando el carbón o compensando su contaminación, pero emisión neutra no significa cero, significa que no aumenta, pero habría que ver si es neutra con niveles del 2020 o del 2060. Por lo pronto de aquí al 2030 China planea incrementar su consumo a 100 millones de toneladas anuales de carbón lo que no parece ser muy verde. Pero eso no importa porque nosotros estamos muy ocupados comprando todo lo que se produce allá. De hecho China incrementó sus emisiones de carbón del 2019 al 2020 en un 2% lo que equivale a incrementar el 50% de todo el CO2 que emite nuestro país en un año. ¡Sí! En 12 meses ese país, cuya economía es envidia de todo el mundo, aumentó sus emisiones a pesar de que 12 meses antes se había comprometido a bajarlas, pero como he dicho, ¿quién le va a reclamar o a ponerle freno? ¡Nadie!
Si medimos la emisión de CO2 per cápita las cosas cambian, ahí China baja al lugar 7º el ranking sería Qatar, Kuwait, Arabia Saudita, Canadá, así es, la hermosa y muy limpia región del norte de nuestro continente, seguida por EUA, Alemania y China. Es decir que esos países tienen altos niveles de contaminantes en proporción a la población.
Hay otras medidas que buscan ayudarnos en la medición de los contaminantes y la capacidad del planeta para regenerarse o recuperar lo que consumimos como agua, oxígeno y otros básicos anuales, a esa medición se le llama huella ecológica. Así las cosas, durante el 2021 el día que los humanos habíamos consumido todos los recursos que el planeta puede regenerar en un año fue el 29 de julio, esto representa un retroceso con respecto al año anterior y casi dos meses con respecto a 1996 en el que el día fue el 20 de septiembre. El principal problema del 2020-2021 fue el Covid19 que nos ha llevado a consumir cantidades enormes de plásticos, papel, cartón, agua, cloro, alcohol, etc. Pero como todos sabemos y aquí lo anunciamos, la pandemia justificó de todo, desde las crisis económicas hasta las ambientales que no se han reconocido pero que tendrán sus efectos aunque nos neguemos a verlos.
LOS MÁS SOFISTICADOS PODRÍAN SER LOS MÁS CONTAMINANTES.
En efecto las estufas de leña contaminan mucho, pero también nuestras suburban V8 y nuestros viajes semanales a la playa, incluso esos que hacemos en los minicooper, ni qué decir los que hacemos en avión.
Qué decir de los artículos que compramos por toneladas y que son importados desde otros países o continentes, el transporte marítimo y terrestre contribuye con el 30% de los contaminantes y otro 25% las actividades industriales por lo que si uno adquiere artículos fabricados debe uno admitir que esos productos producen cuando menos un 30% más que los mismos producidos en nuestro país. Si queremos bajar las emisiones debemos usar productos locales, eso incluye los combustibles pero también los artículos cotidianos y ahí es donde las grandes empresas no estarán de acuerdo.
LA MODA ELÉCTRICA OTRO CONTAMINANTE LEJOS DE SER EMISIÓN CERO
Naturalmente todos queremos dejar de usar motores contaminantes entendiendo esa contaminación como la emisión de CO2, pero los motores eléctricos también contaminan, en especial las baterías de litio altamente tóxicas.
Esperemos que pronto se produzcan las baterías de Magnesio o de Sodio que contaminan menos que las de Litio, pero que tampoco son cero emisiones ya que todos estos minerales deben ser extraídos y eso implica un proceso industrial con gran consumo de agua y transporte de mercancías de un lado al otro del planeta hasta dos vueltas desde su extracción, proceso, fabricado y ensamblado en plantas automotrices. Como ejemplo, para extraer cada kilo de litio se requieren más de 2 mil litros de agua. Una batería de Tesla pesa algo así como 540 kilos, solo para existir se utilizan más de 1 millón de litros de agua, algo así como la cantidad de agua que un mexicano promedio consumiría en más de 7.5 años. Eso sin contar el consumo de agua para construir y mantener las redes eléctricas que llevarán la energía a las casas.
Como ve no todo es verde en las energías verdes. Mi opinión es que todos los modelos de energía deben mejorándose y usar los que sean más accesibles en la región con lo que no se depreda y gasta en la transportación de energéticos de un lado a otro. Ese error se cometió con el petróleo y ahora se puede cometer con las energías verdes.
Lamentablemente la mayoría de las iniciativas son propuestas para quedar bien aunque no sean de fondo viables para todos en todo el mundo. Pero eso si, sino las adoptamos no estaremos en el club de los “responsables”. Mejor vernos bien aunque nos cargue la fregada en la economía social, que ir en contra de las tendencias industriales del mundo.
Estoy seguro de que los motores eléctricos irán mejorando como sucedió con los de combustión interna y poco a poco generaremos electricidad con equipos más eficientes, pero no todo será miel sobre hojuelas. Por eso es que China que es el gran proveedor del mundo, no se deja atar y seguirá usando carbón hasta que se le dé la gana.
El tiempo se acaba, aprenda mandarín o de menos incúlquelo a sus hijos. En poco tiempo será como el inglés. Por lo pronto yo me estoy preparando para hacer algunos buenos tratos comerciales con el nuevo Goliat ya luego le platico de qué se trata.