Por: Ricardo Aguirre Cuellar
Estimado amigo; el sexenio del cinqueño López está por terminar y como si fuera un tornado deja a su paso mucho desastre.
Sus veleidades y caprichos dogmáticos nos cuestan miles de miles de millones de pesos y en miles de vidas perdidas y de varias generaciones de niños con una pésima educación.
Sus fracasos son épicos y sus aciertos son magros. Por más que se quieran magnificar.
Lo cierto es que los mexicanos no estamos mejor que hace seis años en al menos tres de los rubros fundamentales de toda sociedad. Y que se refieren al bienestar.
Salud, educación y seguridad.
Y es que en este estrambótico sexenio vimos como el sistema de salud se chatarrizo de forma tal, que ante un fenómeno pandémico como fue el COVID que costo la vida a casi un millón de personas, por la falta de un sistema hospitalario capaz de enfrentar una crisis como la que experimentamos, aunado a la escasez de medicamentos y equipos adecuados para solventar la emergencia y por si fuera poco, por la absurda y estúpida actitud de negar la realidad o enfrentarla con escapularios o detentes, de una enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2 que amenazaba con infectar a toda la humanidad de no tomarse las medidas sanitarias y preventivas necesarias y pertinentes; pero que sin embargo la indiferencia, la ignorancia y sobre todo el capricho, desembocó en una catastrófica tragedia cuya suma fue, de miles de muertes que de haber actuado con empatía y con responsabilidad científica y voluntad política no habría sido de tal magnitud, como lo hicieron otros gobernantes de otros países similares al nuestro que no tuvieron que enfrentar tal irresponsable estadística de morbilidad como nosotros la sufrimos.
Hay esta el ejemplo de Japón, que es de el mismo tamaño poblacional que nosotros, con poco más de 31 mil muertes desde el comienzo de la pandemia y hasta julio del 22.
Y por si fuera poco lo anterior, hay que agregarle a esta desgracia, la criminal cancelación del Seguro Popular y de los fideicomisos que garantizaban los riesgos catastróficos por enfermedades crónico degenerativas.
Que dejaron en el desamparo, en primera instancia a los niños con cáncer, entre otros tantos beneficiados y víctimas de este desastre, de aquella política pública asistencial y de auténtico bienestar, la que en un arranque de brutalidad populista fue cancelada y sustituida por otro gran fracaso llamado Insabi y su secuela el IMSS Bienestar.
El segundo rubro en importancia de esta trilogía, es la debacle de todo el sistema educativo nacional, que con tintes comunistoides y de falso nacionalismo se impuso y con lo cual se tiro la reforma educativa de Peña, para implementar un programa llamado la Nueva Escuela Mexicana, cuyo contenido no tiene pies ni cabeza y donde la educación se mezcla con lo político y lo ideológico, dejando a un lado los aspectos relacionados con la ciencia y las matemáticas, para forjar en todo caso activistas comunitarios y promotores de la ideología marxista. Relegando a los educandos en los retos del futuro y en los avances de la ciencia y las tecnologías de la información y por supuesto en el desarrollo humano y su superación. Que dicho sea de paso se ve como una ofensa social a los ojos de este ensayo marxista. Otro deleznable rasgo de la pútrida izquierda mexicana.
Y otro enorme fracaso, que en el mediano y largo plazo se verá en toda su magnitud.
Hoy el rezago educativo es de 33 millones hombres y mujeres de 15 años o más que no han logrado incorporarse o permanecer en el Sistema Educativo Nacional y concluir con su educación básica o de secundaria. Según el INEGI.
Y por último y no por ello menos importante está el tema de la seguridad pública, que si en algo se ha distinguido este desgobierno , es precisamente, por la falta total de una política pública que enfrente la criminalidad y combata a las organizaciones del narcotráfico, que han crecido de forma exponencial y que con su complacencia y complicidad han dejado un baño de sangre de 200 mil muertes violentas y más de 54 mil desparecidos, en tan sólo un sexenio de cinco años y nueve meses, superando con creces a los sexenios anteriores y eso sin contar el crecimiento desproporcionado de los delitos de alto impacto, como el secuestro, la privación de la libertad, la extorsión y el robo con violencia, tanto a comercios como en carreteras de casi todo el país.
En suma, el gobierno de López, el de los abrazos y no balazos, por donde se le vea deja pavorosas cuentas en estos tres rubros y eso que no tocamos otros como por ejemplo, el índice de desempleo o sub empleo o las tasas de corrupción que evidentemente superan todo lo anterior y por supuesto el despilfarro y el desorden de las obras faraónicas que lejos de cumplir con una finalidad, son en realidad barriles sin fondo de ineficiencia y exiguos resultados.
Producto del capricho déspota de López y hechos al “hay se va” pero eso si costosísimos por la corrupción descarada y el tráfico de influencias, donde la mafia de cuello blanco del capitalismo de cuates hace de las suyas con absoluta impunidad.
Pues son protegidos de la neopotica y despótica familia presidencial de López.
Que pretende prolongarse en el tiempo. Amarrando por todos lados a la corcholata Sheinbaum, para que sólo baile el son que López y su claque le toque. Y si no, ya verá el sainete que le arma.
No en balde este septiembre se tiñe de negro, por los regalos que los lacayos eunucos legisladores le dieron a López, con la mal llamada reforma judicial y la militarización de la GN, que nos pone al borde de una tiranía dictatorial cuyos costos las generaciones que nos preceden sufrirán.
Entre paréntesis; muchos se preguntan si la Guardia Nacional al ser incorporada al ejército será más eficiente?
Me temo que nada va pasar. La ineficacia de la Guardia Nacional va implícita en su diseño, el que se hizo a partir del voluntarismo de López, de manera que sólo cumple la función que destinó el déspota presidente, pues su función es, como todo lo que destruye López, tirar al bote de la basura la Policía Federal y sustituirla con este Frankenstein militar, que nada tiene que ver con la seguridad pública.
Y hay están los resultados, los cuales son vergonzosos. 1800 detenciones y puestas ante el MP por año, para una fuerza de más de 130 mil elementos, nos da una idea del tamaño del fracaso.
Y es que nunca las fuerzas armadas sustituirán a la policía, si así fuera todos los países usarían a sus ejércitos en estas actividades en tiempos de paz y se ahorrarían millones de pesos del presupuesto; sin embargo, no es así. Y no lo es por formación y finalidades las que distan mucho de lo que es la guerra y lo que tiene que ver con la delincuencia común y organizada.
El soldado obedece y cumple órdenes sin objetarlas y un policía aplica criterio y actúa de acuerdo a las circunstancias.
Pero además está la movilidad policiaca cuya estructura orgánica le permite interactuar en cualquier momento y lugar y un soldado actúa conforme las órdenes y el plan acordado por sus superiores.
Los soldados se preparan para la guerra o sea la confrontación simétrica, con otro cuerpo similar y perteneciente a otro país.
Y un policía es un personaje de la sociedad, que descifra el comportamiento de los diversos grupos y entes sociales que conforman una comunidad y establece los mecanismos para combatirlos o encauzarlos. No por medio de la fuerza letal, sino a través de estrategias de prevención y reacción. Que reduzcan el riesgo y por supuesto reduzcan la criminalidad.
En fin, los soldados son cuadrados para obedecer sin titubeos en el campo de batalla y el policía es para usar su criterio en el combate a la delincuencia.
Ahora pensar que sumando a la GN a la Sedena son incorruptibles, no pasa de ser un mal chiste.
La corrupción es inherente al ser humano, de manera que el que se va corromper, lo va hacer, así porte cinco estrellas.
Lo cierto es que no hay una política pública de seguridad y menos hay la posibilidad de formar fuerzas policiales preparadas y formadas con altos estándares internacionales, que contemplen mecanismos de control y supervisión a efecto de minimizar los actos de corrupción y que sean eficaces y eficientes en la lucha diaria por la seguridad pública.
Lo demás son paparruchadas para justificar un capricho despótico, de quien es incapaz de aceptar un error.
PD y digan si no es un fracaso la Nueva Escuela Mexicana, cuando él responsable de Materiales Educativos de la SEP Marx – así se llama este sujeto – Arriaga, les dice a los maestros resistirse ante la evaluación diagnóstica de Mejoradu porque es un “ejercicio neoliberal “
Esta es la claque comunistoide que dicen la última palabra en la educación de los niños y niñas de este país.
Zoquetes que en su nombre cargan el pecado y el dogma ideológico.
PD2 el jueves se cumplen diez años de la masacre de Ayotzinapa y los creadores de la verdad alternativa o sea López y compañía andan buscando a los delincuentes y asesinos que pusieron en libertad para ponerlos tras las rejas, nuevamente, con los resultados de la investigación de la Verdad Histórica. La de Peña y Murillo. Que cosas.
Pero bueno.
Que más se puede esperar de quien se beneficio con el sacrificio de 43 estudiantes pobres del Estado de Guerrero y sacó toda la raja política que lo consolidó en el poder. Pero eso si. Primero lo pobres. De sus hijos.
Fue el Estado y el ejército dijo hace diez años López y ahora come de las manos de los militares. Y deja a las familias de los estudiantes con la enorme mentira y frustración del engaño. De que los iba encontrar Vivos. Porque vivos se los llevaron.
Otro más de los fracasos y mentiras y manipulaciones de López.
Y pensar que todavía faltan algunos días para que se acabe esta pesadilla y pueda en la embriaguez del poder hacer más daño.
Una entrega de Latitud Megalópolis para Índice Político