Claudia Rodríguez
El que se lleva se aguanta
Unos lo nombran tenacidad, para otros fue terquedad la del ahora presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el de intentar en tres ocasiones ganar la Presidencia de México y lograrlo en el último intento.
Algo que habrá de reconocerse a Andrés Manuel, es que en cada una de las campañas presidenciales supo cómo llegarle al electorado, que sin duda, es fácil afirmar; en su gran mayoría fue el mismo con el que obtuvo el triunfo en esta última carrera.
En ese andar en las grandes lides de la política mexicana y no lograr su cometido por llegar a Palacio Nacional, en dos intentos que se tornaron fallidos; López Obrador cosechó una multiplicidad de enemigos, a los cuáles no dejó ni un momento de señalarles sus yerros, sus omisiones, sus mascaradas y más. Es fácil recordar que hace dos sexenios justo en el 2006, mientras en San Lázaro, Felipe Calderón Hinojosa rendía protesta frente a un Congreso muy dividido, con una fracción importante que estaba convencida del triunfo presidencial de AMLO; en el Zócalo capitalino, el mismo Andrés se proclamaba “presidente legítimo”, lo que le permitió desde esa trinchera, hacer un escarnio mediático del gobierno de derecha del entonces habitante de Los Pinos y después al del priista Enrique Peña Nieto.
Sabe que en él recae el poder supremo
Ahora el mandatario López Obrador, ataca todas las críticas –casi intenta no dejar pasar ninguna— y se encuentra en una especie de batalla mediática contra todo y contra todos. No le gusta la diatriba al primer mandatario, con todo y que advierte en el discurso, que no es como antes.
Parece ser más de lo mismo y con tonos altisonantes, porque eso de que les quitaron el bozal… y luego intentar componerlo para ensuciarlo más, es tan insultante, que ya cuesta trabajo creerle a quien prometió tantos cambios en positivo para la sociedad mexicana, que verdaderamente esté interesado en trabajar por los mismos, más que en intentar orquestar su defensa personal, que cada vez más, resulta un verdadero engrupo o una madeja entramada sin manera de desenredar.
Circo esquizofrénico de varias pistas
La agenda política del primer mandatario parece un circo desquiciante con distintas pistas esquizofrénicas.
Ya nada tiene pies ni cabeza. Lo que se enuncia desde el púlpito de López Obrador un día, puede ser cambiado al siguiente, y aderezado por la opinión de más actores políticos de alto nivel, que hasta contradicen lo que públicamente se desmintió.
Un verdadero margayate –revoltijo, escandalera, desorden, mitote, gazapera, alboroto, confusión— es lo que es hoy el Gobierno de la 4T, en donde lo de menos es que siga sin funcionar la comunicación en un sexenio de conferencias mañaneras incesante, sino que lo que realmente esta deshabilitada es la función y la tarea de gobierno.
Que no se confundan, 30 millones de ciudadanos votaron por lo que se ofreció, no por la terquedad de pensar que se hace y no ver que el resultado es más que desastroso.
Qué pena, los mexicanos no nos merecemos otra vez un segmento más de la ruta en el fracaso y la regresión. Hasta mis jóvenes hijos advierten el tenaz esfuerzo de todos los mexicanos, que observan antes del amanecer en su travesía al colegio, y entienden lo que es trabajar de sol a sol, para apenas sobrevivir como hacen millones de mexicanos. Nos miramos en ese espejo.
Acta Divina… “Le muerden la mano a quien les quitó el bozal”: Andrés Manuel López Obrador presidente de México, dirigiéndose a la prensa crítica.
Para advertir… Mejor que los reparta, porque la rabia aumenta ante la ineptitud.
actapublica@gmail.com
www.indicepolitico.com