Le decían el político más completo de México y él se lo creía, luego de coordinar a la fracción de su partido en las cámaras de senadores y diputados, con facilidad, pero a la vez con mucho dinero para cooptar a inconformes o disidentes, de su partido y de las otras fuerzas políticas, se manejaba con cierta arrogancia.
El 2 de junio en una columna que titulé ¿A quién le importa Manlio? Señale que “en caso de que el sonorense entregue malas cuentas, que es lo más probable, a los mexiquenses en el poder, lo más seguro es que su larga carrera llegue a su fin después de moverse en los sótanos como una vez lo dijo Elba Esther Gordillo…”
En su discurso de este lunes Manlio habla de “una pausa necesaria”, vamos a ver cuánto dura, lo cierto es que el Supermanlio de que muchos priístas hablaron a su llegada al PRI, no fue tal, fue sólo un mito que no pudo ni siquiera quitarse el fuego amigo que lo persiguió desde su llegada a la sede nacional del tricolor.
Desde las primeras semanas al frente del PRI, el sonorense sabía que no las tenía todas consigo, que los mexiquenses y los demás cercanos a Enrique Peña Nieto, no lo dejarían moverse como hubiera querido, porque simplemente no era de ese grupo y conocían sus ambiciones.
A Manlio, César Camacho le dejó un partido quebrado, los acreedores rondaban por la sede de la colonia Buenavista en busca del cheque por sus servicios prestados, no tenía con que responder y nunca recibió el apoyo del gobierno como la mayoría de los dirigentes del tricolor lo recibieron en sus gestiones para afrontar la situación económica.
No pudo manejar las candidaturas, sobre todo las de gobernador, le impusieron a los candidatos y cometió varios resbalones durante las campañas políticas, aquí se lo señalamos.
La suerte de Beltrones estaba echada desde la noche del 5 de junio, por lo que en mi columna del día 7 escribí: “el PRI recibió una tunda merecida. Si Manlio tiene vergüenza debe renunciar de inmediato o esperar que le den una patada por el trasero” y se la dieron 15 días después. El que decía que iba a sepultar al PAN y al PRD, ahora está sepultado.
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Una estupidez esa declaración de Enrique Galindo el comisionado de la Policía Federal de que los emboscaron, los operativos, se estudian con mucho cuidado para no ser sorprendidos, ¿cuál emboscada si los maestros empezaron a lanzar piedras después de que los desalojaron? Por cierto el de Oaxaca es un viejo y añejo conflicto al que gobiernos locales y federales han alimentado y, ahora no saben qué hacer con el gordo y sino que le pregunten a Nelson Murat el papa del gobernador electo en esa entidad, ese que un día conversando con su progenitor se le salió decir que los inditos ya lo tenían hasta la…Ahora fue el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo al que pillaron viajando con su familia en aviones oficiales para asistir a una boda en Oaxaca de su secretario de Obras, Rafael Navarrete, un personaje acusado de corrupción en su encargo como delegado de la SCT en tierras oaxaqueñas. Por cierto mientras la policía tundía a los maestros en Nochixtlán, el gobernador Gabino Cue se divertía en esa boda.
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