Ricardo Del Muro / Austral
A un año de haber asumido la Presidencia, Claudia Sheinbaum mantiene un nivel de aprobación superior al 70 %, de acuerdo con las encuestas más recientes. Su primer año de gestión ha estado marcado por un doble logro: disipar las premoniciones catastrofistas que vaticinaban una crisis económica inminente y demostrar que su gobierno no está subordinado ni al expresidente Andrés Manuel López Obrador ni a las presiones externas de Donald Trump.
Las advertencias de que México enfrentaría recesión en su primer año se quedaron cortas. El país ha mantenido estabilidad en inflación y tipo de cambio, mientras que la inversión extranjera alcanzó cifras récord pese a las amenazas arancelarias de Trump. La mandataria ha defendido la soberanía nacional sin caer en confrontaciones estériles y ha mostrado pragmatismo en las negociaciones con Washington, una combinación que ha dado certidumbre a los mercados.
Todavía falta casi un año para revisar y definir el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá (TMEC), además de los acuerdos arancelarios con Europa y Asia – especialmente China -, lo que permitirá evaluar los aciertos y fallas del Plan México. Y en materia política, seguramente en los próximos meses se definirá el destino de Adán Augusto López, Ricardo Salinas, la familia Monreal, entre otros grupos políticos que han cuestionado y obstaculizado el proyecto de gobierno de la presidenta Sheinbaum.
Mientras tanto, la encuesta mensual sobre aprobación presidencial realizada por Mitofsky para El Econimista revela que al cumplir un año en el desempeño del cargo, siete de cada 10 ciudadanos (71.6%) está de acuerdo con la forma en que está trabajando la presidenta.
Sin embargo, la principal preocupación de los mexicanos, de acuerdo con esta encuesta, sigue siendo la seguridad (55%), seguida de salud (16.2%) y la economía (11.7%).
Estas son las asignaturas pendientes que el gobierno de Sheinbaum tiene que atender en el futuro inmediato; sobre todo si el deseo de la presidenta es consolidar el “segundo piso” de la Cuarta Transformación. Además, se requiere una acción contundente para recuperar la confianza ciudadana, ya que la mayoría de los mexicanos (74.9% de 62 mil 403 ciudadanos encuestados) consideran que la corrupción todavía se mantiene en la variante “mucha/regular”, según mostró la encuesta de Mitofsky.
En términos de encuestas de opinión, Sheinbaum se ubica entre los presidentes con mayor crecimiento de aprobación en su primer año, superando a sus inmediatos predecesores. Por ejemplo, Andrés Manuel López Obrador pasó de 62.6% al inicio de su sexenio a 58.6% tras doce meses (-4 puntos), mientras que Enrique Peña Nieto descendió de 56.4% a 49.7% (-6.7 puntos). En cambio, Sheinbaum se suma al reducido grupo de mandatarios que incrementaron su respaldo popular tras el primer año.
La presidenta Sheinbaum destacó que, a un año del inicio de su gobierno, los logros más notables van desde la “reversión de reformas neoliberales, la reforma al Poder Judicial, la recuperación de Pemex y CFE, así como la reducción de homicidios dolosos de hasta 32 por ciento”.
En la conferencia matutina del martes en Palacio Nacional, la mandataria dijo que también se logró tener un presupuesto directo para las comunidades indígenas, además de avances en educación y salud, así como los Apoyos del Bienestar, Mujeres de 60 a 64, las becas a estudiantes de secundaria y el programa Salud Casa por Casa; el inicio de las obras del sexenio, los trenes del norte, el Tren Maya de carga, su ampliación a Puerto Progreso, nuevas carreteras, 17 obras prioritarias de agua, el programa de tecnificación de agua.
La presidenta Sheinbaum adelantó que en la conferencia matutina de este miércoles presentará un breve resumen de los logros obtenidos, pero su mensaje por el primer año de gobierno será el próximo domingo en el Zócalo de la Ciudad de México.
Lo cierto es que el primer año de gobierno de Shienbaum no ha sido fácil ni ha transcurrido tranquilamente. Estuvo marcado por episodios clave como la aprobación de la reforma judicial, tensiones diplomáticas y comerciales con Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump, así como la implementación del Plan México en materia de seguridad. Pese a los retos, los indicadores de aprobación reflejan que la mandataria llega fortalecida a su segundo año en el cargo. Sin embargo, su desempeño ha superado expectativas.
“El verdadero reto para Sheinbaum, la primera mandataria en la historia de México, no fue imponerse en las urnas, sino en los pasillos de la política y las sobremesas de los restaurantes de manteles blancos”, señaló Jorge Zepeda Patterson en un artículo publicado en el diario El País, donde destacó que el empoderamiento de Sheinbaum obedece a varios factores, pero destaca su desempeño en la complicada relación con las dos poderosas figuras con las que ha debido bregar: Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump.
En texto, el destacado periodista explicó: “Se sabía que las élites políticas y económicas acatarían en lo formal a la nueva figura, el temor era el llamado “ninguneo” al que intentarían someterla. Todos ellos buscarían ampliar espacios de control y atribuciones, después de seis años de un liderazgo fuerte y voluntarioso como el de un presidente tan carismático y popular como Andrés Manuel López Obrador. Incluso dentro de Morena, el partido en el poder, gobernadores, alfiles y líderes de facciones esperaban el retiro del fundador del movimiento para tomar control pleno de sus propios asuntos”.
Doce meses después – destacó Zepeda Patterson – es evidente que Claudia Sheinbaum está ganando este desafío. No hay métricas puntuales que den cuenta de ello, como sí comienza a haberlas del combate al crimen, la modernización que ha emprendido de la Administración Pública o el prudente manejo de la economía. Pero es palpable la dosis de admiración, respeto, temor o prudencia que genera entre los protagonistas de la vida pública. Muy pocos acuden ya a la fácil fórmula de las primeras semanas de acusarla de ser títere de López Obrador. RDM