DE FRENTE Y DE PERFIL
RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
La candidata presidencial de MORENA, Claudia Sheinbaum, no las traía todas consigo. Se notaba nerviosa, desde el día del inicio de su campaña, cometía pequeños errores, no conseguía la atención requerida, su discurso era reiterativo y algunos consideraban que se estaba debilitando.
Sin embargo, apareció como bálsamo maravilloso una gira por el sureste del país, una zona del país en la que se encuentran estados con grandes simpatías para MORENA y se vio apapachada, feliz con las manifestaciones de respaldo.
Claudia se encontró con dos de las gobernadoras que mantienen cercanía con ella (Mara Lezama y Layda Sansores) y con otros personajes que desde tiempo atrás le ofrecieron su respaldo, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García y el candidato en Tabasco, Javier May.
Son cinco entidades del país en las que el afecto por el Presidente López Obrador se encuentra de manifiesto y por ende, el apoyo a Claudia es incondicional.
De esos cinco estados Morena gobierna cuatro, Quintana Roo, Campeche y Veracruz, manteniendo la esperanza de que Yucatán se una a ese círculo a partir del dos de junio.
La gira de Claudia no se podía presentar en mejor momento, ya que en ese recorrido visitó tres de las obras emblemáticas del actual sexenio. Viajó del aeropuerto Felipe Ángeles, se subió al Tren Maya y anduvo por la sede de la refinería de Dos Bocas.
No importa que el AIFA siga teniendo problemas para captar viajantes, que el Trena Maya no tenga facilidades para la adquisición de boletos y sus tramos sean cortos y que le refinería todavía se encuentre corta en su operación.
La candidata presidencial de MORENA reivindicó cada una de esas obras y aprovechó para ofertar en cada una de esas entidades una cantidad de obras que pueden quedar en simples promesas de campaña, pero que sirvieron para alimentar ilusiones de los habitantes de esas entidades.
Se puede considerar que esta etapa de la campaña corresponde al período Maya, aunque faltó por visitar uno de los estados en que esa cultura se encuentra más viva que nunca, Chiapas.
Y aunque los mayas solamente avistaron Veracruz y no se asentaron en la zona, la visita de Claudia sirvió de oxígeno para una disminuida Rocío Nahle, quien va a la baja, aunque mantiene ventaja sobre su principal rival José Francisco Yunes, de la alianza conformada por panistas, priistas y perredistas.
Las ofertas de Claudia causaron euforia entre los habitantes de Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tabasco y Veracruz, aunque para cumplirlas se requiere de grandes cantidades de dinero que nadie sabe de dónde saldrán.
Invadida por ese alborozo, Claudia lanzó un compromiso que cada Presidente o gobernador, reafirma en ocasión de sus campañas políticas, la reactivación del puerto de Frontera, Tabasco.
Ese puerto olvidado tuvo capital importancia en la primera mitad del siglo XX, cuando era la salida natural de las maderas preciosas, el plátano, las especias y otros productos que daban vida al sitio donde se consolidó el mestizaje, después de la batalla de Centla, en que el vencedor Hernán Cortés recibió como regalo de amistad a 20 esclavas, incluida Doña Malintzi.
En conmemoración de esa batalla el Presidente López Obrador acudió en 2019 a los 500 de la fecha en que Taabscoob el cacique regional de los mayas fue derrotado por un pequeño ejército que traía armas de fuego y caballos, cosas desconocidas para los nativos.
Frontera fue sitio de la primera aduana en el país, según decreto de Benito Juárez y se le hizo de menos para construir el puerto de Dos Bocas, sin importar que Frontera reunía las mejores condiciones para el caso.
Veremos qué pasa con Doña Claudia y, si gana, cumple con sus compromisos de campaña.
Email: ramonzurita44@hotmail.com
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