Muelle 1
Carlos Alberto Duayhe
El próximo 1 de septiembre será clave en el cumplimiento de la reforma judicial y en la propia historia del país, pues los nuevos magistrados, ministros y jueces electos toman posesión ese día.
Ha sido una reforma muy cuestionada por quienes están en contra o escépticos por ese método tanto en el interior como en extranjero y favorecida por otros porque es la primera vez que los integrantes de ese poder fueron electos.
De los primeros uno de los argumentos centrales es ¿qué tanta independencia tendrán esos juzgadores en relación a sus pares en el ejecutivo y legislativo, cuando están ligados al partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena)?
Presumen que esos juzgadores podrán ser manipulados y se podrán hacer cambios constitucionales que son el centro de equilibrio entre los poderes de la República y que no garantizan aplicación irrestricta de justicia y ponen en riesgo los principios e incluso acuerdos internacionales.
En fin, algo así como incertidumbre total.
En contraparte, esta reforma judicial puede ser una única oportunidad en la historia de recomponer un poder supeditado al ejecutivo y una estela de irregularidades en la aplicación de las leyes, incluso de impunidad y corrupción sin par.
Sólo los nuevos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación tendrán ante sí casi dos mil casos pendientes por resolver en las distintas disciplinas, entre ellas los de rezago fiscal, que van de amparo tras amparo, dilación tras dilación, en el momento de tomar el cargo.
Y laborales federales hay más de un millón de asuntos pendientes.
Por cifras ni al caso.
Pero a la par de este importante cambio en las esfera del poder judicial federal –que ojalá respete os principios constitucionales básicos y las leyes secundarias que beneficien el equilibrio de poderes- el ejecutivo también tiene que responder en lo que se refiere a fiscalías, ministerios públicos, agentes ministeriales y ni para que seguirle, punto relacionado en esta nueva etapa judicial.
Se insiste, México entra en una fase que es observada por propios integrantes del ejecutivo, del legislativo, de empresarios, universidades, organismos no gubernamentales, institución de derechos humanos, una maraña que de una u otra forma afecta a todos los connacionales y del exterior, en lo que tendrá que ser una justicia diferente y mejorada.
Los abogados que representan esos casos, también tienen que poner de su parte.
Hugo Aguilar Ortiz, nuevo presidente electo de la Corte, tendrá mucho trabajo por delante.
Atraques
1. En una nación de 130 millones de habitantes evidentemente ocurren muchas irregularidades y aciertos, ojalá fueran más de los segundos.
2. En asuntos de orden familiar, sobre todo en las responsabilidades alimentarias, miles son los casos irresueltos.
3. De violencia de género o intrafamiliar, por ejemplo, ni qué decir. Tan sólo en Veracruz de enero a mayo hay 6530 carpetas de investigación, de las cuales 4716 son de violencia familiar, 869 violencias de género y 452 de incumplimiento de obligaciones familiares.
4. Mucho por hacer en escuelas y universidades, el gobierno su parte también.