HORIZONTE DE LOS EVENTOS
Es revelador el resultado electoral del domingo antepasado. En primer término, permite aventurar que en todo proceso hay una relación directa entre la expectativa en el pueblo que despierte determinado candidato y la participación electoral.
Así, en la elección del 2018, la participación acarició el techo del 60%, en tanto, dos años después, sin la participación del mesías, Coahuila, el 35% e Hidalgo, el 44%. O sea ¡Abstencionismo electoral grave!
Aunque simultáneamente representa un equilibrio entre el pico del 2018 y nuestra media nacional de 1988 a la fecha, de menos del 50%.
En los tiempos priistas, sus argumentólogos decían que la gente no votaba porque tenía confianza en que el PRI, haría lo necesario ¿Andrés Manuel se atreverá a asegurar lo mismo? Quizá no, pero su gente ya lo declaró -además con aires de quien descubre el hilo negro.
La consideración más grave es que sencillamente el voto de López Obrador se pulverizó en Coahuila, fundamentalmente, por falta de convicción en el proyecto, que sabe el pueblo sabio, que sin su voto, el Peje no podrá con todo legítimamente.
Allí sí, Luis Donaldo no atinó, pese a un enorme esfuerzo -y se lo dije entonces y lo digo ahora, fue engañado- y perdió otra vez, solamente, en Baja California, y de ello, también debemos aprender: Inmediatamente envió un grupo a identificar las causas (mismas que hoy aún nos resultan tan sorpresivas).
Igual que en las otras tres entidades perdidas por el candidato Salinas. Aceptó la verdad democrática y a la vez, se procuró a recuperarlas, como sucedió en las otras, con procesos electorales locales posteriores: aprendió.
Si no votó el pueblo de Coahuila -también de México-, inicialmente, es porque no confía en el proyecto, y no vota, aun cuando sin ello, se cancele – o peor aún ¡para que se cancele! La lectura es delicada e insalvable. Ojo: Más delicado es no observarlo.
El PRI y su triunfo no es relevante sino para Morena y el pueblo de México, bueno, 30 millones que se asumieron con ese movimiento: Sus dirigentes, evidentemente, tampoco son capaces de aprender de la historia nada en política: no saben valorar los registros ni saben integrar ni saben identificar voto-ciudadano (“con cara, nombre y domicilio”, instruyó Colosio), prerrequisitos para armar una estructura y dinamizarla del tamaño de un verdadero movimiento transformador, como él hizo con el PRI… y causó tanto miedo que lo apagaron hasta que nadie pudiera encenderlo de nuevo -ni quisiera, ahora comprendo.
Colosio apenas llegó a la Presidencia del PRI, tres meses después ordenó la creación de la Comisión Nacional del Padrón Priista, de la que me designó Coordinador General, con el objeto de identificar con nombre, cara y domicilio a los 10 millones de mexicanos que votaron por Carlos Salinas: la votación nacional obtenida por el PRI fue su principal reto, pues punto de partida de qué éramos el PRI, entonces.
Un hombre con objetividad.
Pero la falta de visión de los dirigentes nacionales de Morena, les impidió pasar de la campaña y el etílico goce de la mayoría electoral (simple, por cierto), al trabajo, a la permanencia, a la institucionalización de dicho movimiento, o mejor dicho, de la CUARTA TRANSFORMACIÓN.
Y es el principio. No acaso el principio del Principio y pensándolo bien, es también un final más de los finales, más no, el Final de los Finales: el principio de novedades bipolares de una sociedad política en pleno desarrollo, con dirigentes que no van delante de ella.
La 4T exige pensamiento científico para su realización. Sin una mente crítica, actual y sin prejuicios -vaya, sin el mal hábito de la Petición de Principio o el Círculo Vicioso del Razonamiento: dar por cierto, lo que se pretende comprobar-, ni formación en la planeación, programación, evaluación, etcétera, no podrá cobrar vigor, pues es un terreno indubitable.
Si a los científicos se le tiene por evacuables, por la mera condición de su formación académica, y aun, como meros ciudadanos, la suma de sus miembros es tan poca, que también por ello, son prescindibles ¿Pero extinguibles? ¿Igual que sus aportaciones?
Regístrese:
1. Que las más de las veces, no sólo en México, sino en las democracias occidentales más avanzadas, primero, las aportaciones científicas al mundo político de Estado, y en consecuencia, de lo real, si han fracasado en sus más altos fines, es porque se han desvirtuado fatalmente en el proceso parlamentario, y ello se debe a los partidos políticos y las facultades que ellos mismos decretan para sí, sobre las Instituciones que crean. Y,
2. Foco rojo.