DE FRENTE Y DE PERFIL
RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
Serán simples coincidencias o habrá algo más de trasfondo en los puntos aclaratorios de Ismael “Mayo” Zambada.
Es posible creerle a un delincuente o simplemente se libera de toda responsabilidad al sujeto inmiscuido en sus temas.
¿Será posible la existencia de vinculaciones de los grupos delincuenciales con las autoridades que gobiernan?
Por lo pronto en Sinaloa es una constante que los integrantes de los grupos delincuenciales coexistan con los ciudadanos, sin conexión alguna en sus negocios.
Es por eso por lo que el estado no vive la violencia de otras entidades, con todo y que ahí cohabitan las dos principales organizaciones del crimen organizado.
Por lo pronto la primera bola lanzada por Zambada hizo tronar la mascota del cátcher y dejó en claro, cuando menos, la cercanía de los dos principales grupos con dos personajes de la vida política sinaloenses.
Es decir, cada una de ellas tenía su relación con los dos personajes que mantenían una disputa abierta por el control de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Héctor Melesio Cuén, exrector que mantenía el control de la UAS y Rubén Rocha que lo quería para él fueron convocados para un diálogo por los líderes de esos grupos criminales.
De acuerdo con la narrativa de Zambada, quedaron de verse en un punto común para negociar, aunque en realidad se trató de una trampa.
Zambada acudió por ser amigo de Cuén y en la creencia de que Los Chapitos ya habían convocado al gobernador Rocha Moya.
Sin embargo, el encuentro nunca se realizó, Cuén fue asesinado y, curiosamente, mientras se debía celebrar el encuentro de los dos exrectores, el gobernador Rocha Moya, salía de vacaciones rumbo a Estados Unidos.
Fue simple coincidencia o el gobernador sabía lo que ocurriría y buscó una coartada, para no ser relacionado.
En Sinaloa se rumora sin ningún recato que Los Chapitos (herederos de Joaquín Guzmán Loera), mantienen algún tipo de relación con el gobernador Rubén Rocha Moya y hasta aseguran que son los que le ayudan a ganar elecciones.
Rocha Moya lo niega, al igual que niega haber sido convocado a ese encuentro que fue una trampa para Ismael Zambada y provocó el crimen de Héctor Melesio Cuén.
Yo ni siquiera estaba en Sinaloa, dice Rubén Rocha, en lo que parece una simple coartada establecida para evitar ser parte de lo que ahora acusa el Mayo Zambada.
Resulta igual de coincidente que en el momento en que Rocha Moya requiere de darle credibilidad a sus señalamientos, sea el propio Presidente López Obrador quien lo avale, en esa serie de coincidencias de que se encontraba, precisamente, en Sinaloa.
La carta enviada por Zambada en que relata el cómo fue engañado, con la estratagema de un encuentro de él, su amigo Cuén, el gobernador Rocha Moya y el alto mando de Los Chapitos, sirvió para ser secuestrado y llevado a territorio estadounidense.
Será que, si Zambada decide hablar, de su relación con algunos políticos y autoridades, también será negado y así se cierra el círculo y que las autoridades del vecino país decidan sobre su futuro o será el mismo tratamiento que se dio a los acusadores de Genaro García Luna, a los que si se les creyó todo lo que dijeron.
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Será que los que asistieron a la convocatoria en el INE sean las caras nuevas de la política, con las que se formará un nuevo partido político para generar la democracia que hace falta en México. Guadalupe Acosta Naranjo, Margarita Zavala y otros personajes que muestran cara lavada son parte de esta nueva expresión política.
Email: ramonzurita44@hotmail.com
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