Las razones por las que la administración del presidente Enrique Peña Nieto advierte gravar la compra de bebidas azucaradas con un peso por cada litro, aún no han quedado claras.
La pregunta es si se trata de una cuestión de salud o de recaudar vorazmente y de donde se pueda, los famosos impuestos.
El gravamen no sólo a los refrescos, sino a otro tipo de alimentos como dulces o comida con alto contenido de grasa, incluso diferenciado por el tipo de sebos utilizadas al momento de elaborarse, es una práctica que apenas empieza a permear en algunos países europeos, de América del Norte y de África, más se insiste; en contadas naciones.
Podría pensarse que la medida está extendida en muchas regiones del mundo, pero no. Las razones son varias y van desde una educación alimentaria, pasando por elementos culturales hasta llegar a un estatus democrático real y de mínima corrupción.
En Dinamarca se gravan los alimentos –o golosinas— que contienen grasas saturadas con un 15% y los que se elaboran con mantequilla con 33%, en Francia el impuesto a las bebidas azucaradas es de hasta 6%, en Italia las mismas bebidas se gravan hasta en un 14%.
No es que se defienda para el caso de Mèxico las ganancias elevadas de empresas refresqueras al objetar el impuesto a sus productos, sino que no existe claridad en las razones del mismo si sólo se atiende el ataque frontal a la obesidad de la que somos cautivos los mexicanos esa sí, en un elevadísimo porcentaje.
Si el Estado toma el asunto de gravar a las bebidas azucaradas envasadas como ataque a nuestra gordura, se está echando sobre sí, un monstro enorme encima.
Ya los empresarios refresqueros se han manifestado en contra y los directores de Coke Cola Company a través de Coca Cola FEMSA y Arca Continental sus embotelladoras en Mèxico, han manifestado su descontento advirtiendo que el refresco no es el único origen de la obesidad en nuestro país. Y así su argumento, habrá que re conocerles la razón.
Ya en otros espacio de esta Acta Pública, me he permitido señalar que las estrategias gubernamentales para atacar la obesidad de los mexicanos son paternalistas y no educativas y de prevención. La razón al impuesto a los refrescos es parte de esta conducta de “Estado papá”.
Coke Cola Company ha librado peores batallas. Ya veremos si el impuesto a los principales productos a este gran coloso empresarial, se logra con las razones aducidas.
Acta Divina… El diputado del PRD, Fernando Zárate, presentó una iniciativa para gravar con dos pesos por litro el precio de refrescos y bebidas azucaradas, en lugar de un peso como lo propuso el presidente Enrique Peña Nieto en su iniciativa de reforma hacendaria.
Para advertir… Si prospera el nuevo impuesto a los refrescos; sólo el 65% de su costo serían ganancias para sus productores y distribuidores, ya que estas bebidas ya están gravadas con un 16% de I.V.A.
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— y peor te la pondre. con que se sustituira el azucar ?? con aspartame? yo no quiero q el gobierno se meta en mi casa y me sancione mis tacos de chicharron, mi chela, mi queso, mi carne, TODO tiene sus bemoles. de una vez la VENTANAS, eso no se le ocurrio al sr zarate, le esta dando mal de altura con tanto viaje. (es mi diputado).