Ricardo Del Muro / Austral
Tras el paso del huracán Otis, que devastó el puerto de Acapulco y provocó la muerte de por lo menos 27 personas, surgieron entre las calles inundadas y la oscuridad, grupos de saqueadores que, como buitres, se dedicaron a robar impunemente en los comercios, hoteles y condominios destruidos.
Las primeras imágenes y testimonios, difundidas por redes sociales, mostraban una ciudad en ruinas; árboles, palmeras y postes de luz derribados; autos abandonados y, en medio de la tragedia, que todos estábamos viendo en las pantallas televisivas, aparecieron las turbas que cargaban con refrigeradores, pantallas y todo tipo de muebles y productos, como si se tratara de un botín de guerra.
Desgraciadamente, no son nuevas las imágenes de muchedumbres que realizan actos de rapiña, aprovechándose de accidentes carreteros y tragedias provocadas por sismos y huracanes como la que ocurrió en Acapulco, ante la indiferencia de las autoridades.
En Chiapas, por ejemplo, sucedió un indignante episodio de rapiña, el 21 de diciembre del año pasado, cuando volcó un tráiler que transportaba ganado en la carretera de Pijijiapan a Tonalá, a la altura del poblado El Caballito, y una muchedumbre no sólo robó las reses, sino que las destazó en la vía pública.
Otro caso ocurrió el lunes 3 de abril de este año, al volcar un tráiler que transportaba cerveza a la altura del kilómetro 81 de la carretera Arriaga a Tapachula. De inmediato aparecieron grupos de personas que se apoderaron de los cartones de cerveza y también hubo automovilistas que se detuvieron para llevarse unas latas como botín.
Sin embargo, ningún otro caso había generado tanta indignación como la rapiña que ha sucedido en Acapulco. Después de la sorpresiva y violenta llegada del huracán, la ciudad quedó durante varias horas al margen de la ley, sin vigilancia policiaca, por lo que hubo un saqueo indiscriminado de comercios ante la indiferente mirada de algunos grupos de marinos, soldados e integrantes de la Guardia Nacional que estaban concentrados en auxiliar a los heridos y despejar las calles de lodo y árboles caídos.
En medio de la tragedia, surgieron las respuestas cínicas de los saqueadores que arrastraban carritos de supermercado, repletos de mercancías robadas, sin que nadie se los impidiera. Una total impunidad ya que hasta el momento no hay información sobre la detención de algún saqueador.
Hace diez años, el 19 de septiembre de 2013, el club Costco de Punta Diamante en Acapulco también fue objeto de actos de saqueo y de rapiña durante varios días, tras las inundaciones registradas por las intensas lluvias de los huracanes Ingrid y Manuel. Después de estos hechos, Costco decidió cerrar su sucursal en Acapulco.
Un video de aquellos años, compartido por Foro TV, mostraba a personas vandalizando los establecimientos para ingresar y apoderarse de mercancías. Entre las imágenes se destacaba un AutoZone, una tienda especializada en productos para automóviles, que aparentemente sufrió daños en su entrada, lo que fue aprovechado por los saqueadores para entrar y llevarse productos que no son de primera necesidad.
Lo mismo sucedió hace una semana, el 21 de octubre, en Los Cabos, Baja California Sur, donde los saqueadores aprovecharon el caos provocado por el huracán Norma para robar una Bodega Aurrerá. En redes sociales circularon imágenes de los saqueadores llevándose artículos que no eran básicos, como cerveza, tenis y comida para perro. En esa ocasión, se logró la detención de seis ladrones.
Durante el año pasado se registraron 18 mil 876 casos de robo a vehículos de transporte de mercancías, de los cuales el tres por ciento corresponden a “rapiña”, una cifra que equivaldría a unos 560 robos bajo esta modalidad, de acuerdo con datos de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin).
Ante estos robos, que constituyen una de las formas más aberrantes de apoderarse de lo ajeno, aprovechando la vulnerabilidad de las personas, principalmente en accidentes, emergencias o catástrofes, han surgido múltiples iniciativas para reformar el código penal federal y lograr que la rapiña sea castigada hasta con 10 años de cárcel, pero poco se ha logrado. Mientras tanto, seguirán los videos transmitiendo las imágenes de estos buitres y carroñeros. RDM