UN PROBLEMA QUE LIMITA EL DESARROLLO ESTRATÉGICO EN AMÉRICA LATINA: LA DEUDA EXTERNA. EL CASO DE MÉXICO EN DOS SIGLOS DE HISTORIA.
Oscar Diego Bautista UNAM México
Los banqueros tanto internacionales como nacionales han tenido importancia en la política financiera de México. Para brindar una visión de la importancia que han tenido en las últimas décadas a continuación se señalas algunos elementos generales. En lo externo, los Organismos Financieros Internacionales (OFI), como el FMI o el Banco Mundial, para otorgar créditos piden al país solicitante que elabore una Carta de Intención, y sólo se autoriza el crédito si éstos aprueban el uso que recibirán los recursos. Un requisito indispensable para que se otorgue el préstamo consiste en ajustar la política económica del país solicitante a los lineamientos de la política del Fondo Monetario. De esta manera a través de las cartas de intención y de las políticas neoliberales el deudor se encuentra sometido a la política económica internacional.
En México gracias a la intervención de los OFI la política económica dio un giro hacía el neoliberalismo.
El Estado estableció una política de privatización de las empresas públicas, despidió personal del sector público, estableció recortes de presupuesto a distintos programas pero sobre todo a aquellos encaminados al bienestar social. Por otro lado, en lo interno el 1 de septiembre de 1982 el presidente José López Portillo llevó a cabo la nacionalización bancaria, los bancos privados pasaron a ser públicos.
Con esta medida pretendía contar con un instrumento económico para fortalecer su gobierno y operar una nueva política económica. Este hecho conmovió a los diferentes sectores de la sociedad, a algunos les hizo creer que a partir de ese momento la economía marcharía mejor. ¡No nos volverán a saquear! O ¡Defenderé el peso como perro! fueron expresiones del presidente López Portillo en su último informe de gobierno. Sin embargo el resultado de la nacionalización no fue del todo satisfactorio porque por un lado, dichos bancos se encontraban endeudados, por otro, las indemnizaciones que tuvieron que pagarse a los banqueros expropiados fueron exorbitantes. Desde otra perspectiva la nacionalización bancaria contribuyó al rescate de la ruina de los banqueros y al aumento de la deuda pública.
Sobretodo porque tres meses después, Miguel de la Madrid Hurtado inconforme con la medida nacionalizadora le dio un revés al devolver el 34% de las acciones a los ex-banqueros. Y más tarde en el periodo de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) los bancos se privatizan. El Estado los devolvió totalmente saneados, sin deuda. Al finalizar la administración de Salinas el monto de la deuda alcanzó la cifra de 140.000 millones de dólares. Sólo en este sexenio se pagaron 50.000 millones de dólares en concepto de intereses.8 Salinas nos hizo creer que éramos del primer mundo al meternos en la OCDE. Durante su gobierno su secretario de Hacienda Pedro Aspe Armella declaró: «La pobreza en México es un mito».
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En 1995, con Ernesto Zedillo9 la deuda pública (interna, externa y contingente) era de 837 mil 213.7 millones de pesos. Para 1997 la deuda había crecido 9% llegando a los 913 mil 737.4 millones de pesos. Más tarde, en este mismo sexenio se produjo uno de los más grandes escándalos en la historia financiera de México. Durante su gobierno se creó el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (FOBAPROA). Los rescates del Fobaproa y del Instituto para la Protección de Ahorro Bancario (IPAB), carretero y otros fideicomisos: 94 mil millones de dólares. Esta situación originó que el titular del Poder Ejecutivo propusiera al Poder Legislativo (Cámara de Diputados) que los pasivos de los bancos fueran convertidos en deuda pública. Tras un polémico debate y negociaciones entre los distintos partidos que integran la Cámara de Diputados se aprobó la propuesta. Nuevamente se rescataba a los banqueros y la deuda privada pasaba a ser pública. Zedillo terminó su mandato en el año 2000 y con el finaliza otro siglo de historia de México en el que uno de los elementos principales en la política económica fue: la deuda externa. El cambio de siglo e inicio de un nuevo milenio parecía augurar cambios positivos.
Los años de 1997 y 2000 fueron años donde se generaron ilusiones en la población. El primero porque ese año, por primera vez ganó las elecciones en el DF el PRD encabezado por Cuauhtemoc Cárdenas, en el segundo caso porque por primera vez gana la presidencia un partido de oposición encabezado por Vicente Fox. Sin embargo, a las pocas semanas de ambos sucesos, el desencanto y la desilusión volvieron.
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Posteriormente, con Felipe Calderón (con quien se establece una política de terror en México, por analogía con la época de terror en Francia cuando cortaban cabezas por la guillotina) la producción nacional de bienes y servicios tuvo una contracción anual de 6.5 % durante 2009.
De acuerdo con cifras del INEGI esta es la mayor caída del PIB en 76 años, después del desplome de 1933. El decrecimiento económico en 2009 superó al de 1995, el cual fue de 6.2 por %. En el año 2000, Vicente Fox recibe al país con una deuda pública de 2 billones 318 mil 200.1 millones de pesos. Dos años después (a finales del 2002) aumento en un 17 % sumando 2 billones 729 mil 842 millones de pesos. En 2006, al terminar este sexenio la deuda era de 3 billones 364 mil 650 millones de pesos. En el 2008, a dos años de la presidencia de Felipe Calderón Hinojosa la deuda aumentó 28.7% llegando a un total de 4 billones 333 mil 123.5 millones de pesos. La deuda externa que sumaba 802 mil 418.6 millones de pesos en el año 2000, al finalizar el 2008 ascendía a un billón 110 mil 394.5 millones. La deuda en 2008 dividida entre los 107 millones mexicanos nos da un resultado de 40 mil 800 pesos, mientras que en el 2000 cada mexicano debía 23 mil 700 pesos.
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EPN deja una deuda de 180,000 pesos a cada mexicano.
Al mes de julio de 2018, el SHRFSP se ubicó en 9.995 billones de pesos; esto significa que cada mexicano debería pagar 179,639 pesos para saldar las obligaciones, si se contempla a la población económicamente activa –es decir, la población de 15 años o más que trabaja o busca empleo activamente–.
Esta cifra es 64.9% mayor que al cierre del mandato de Felipe Calderón, cuando cada mexicano hubiera tenido que aportar 108,924 para liquidar la deuda.
Francisco G.Guzmán.
Chicago,IL.