Cuando el mundo era bipolar, las constantes tensiones provocadas por la “guerra fría” nos mantenían en jaque a quienes corríamos la ingrata suerte de quedar en medio. Sólo EEUU y Rusia cortaban el bacalao.
Ahora que todas las condiciones se han dado para que se establezca un orden monocorde, por la extinción de la URSS, la falta de dirección política y sensibilidad internacional del mayor apostador, Estados Unidos, va en el sentido contrario. Con todo a favor, Obama ha proletarizado el poder político. Ahora, el verdadero poder pertenece nada más a las empresas.
Un desbarajuste de primer nivel se observa por todos lados: la voracidad imperial de los grandes consorcios en el hemisferio latinoamericano; ancestrales vicios coloniales no erradicados por los grupos empresariales que invadieron África.
La falta de homogeneidad política y económica que impide el establecimiento permanente de equilibrios estratégicos entre los países asociados a la Unión Europea. Los asaltos financieros no permiten que la locomotora camine.
Los juegos políticos de intercambio desigual que practican las potencias asiáticas, para proteger el orden monetario internacional con el mercado norteamericano, los obligan a devaluar constantemente en agravio de los más pobres.
La diplomacia artillada del imperio norteamericano para controlar las materias primas (energéticos, bosques, agua, etc.), los sistemas financieros, las redes de comunicación terrestre y satelital y los sectores industriales, adónde se encuentren, obligados siempre por las empresas.
Deben remontarse las condiciones políticas de miseria y vasallaje, impuestas desde posiciones de poder, orientadas por el odio y la fuerza, así como empujar las que urge adoptar a los países mejor equipados en otras latitudes, para hacer contrapeso.
Ahora mismo, el planeta lucha por sobrevivir
Las constantes y crecientes necesidades económicas de apoyo monetario planteadas por Norteamérica para financiar aventuras bélicas que tienen como propósito explotar las áreas del subdesarrollo… no tienen fin.
Han provocado un inabarcable déficit fiscal, financiero y comercial en el seno del Imperio que obliga hoy a sus aliados asiáticos y europeos de las democracias sociales a depreciar sus monedas para fondear las reservas de Washington.
Los nuevos diseños para el desarrollo, en sus capítulos trascendentales ya no responden a los que se requerían en etapas anteriores. Hoy obedecen a una lógica de supervivencia que tiene varios ángulos.
Superar disparidades estructurales y geopolíticas prevalecientes y remover esos obstáculos entran hoy en una lucha descomunal por sobrevivir. Los fenómenos acontecidos los últimos treinta años son relevantes. Los de mayor trascendencia:
La pulverización del sistema soviético, el papel detonador del Vaticano para “arrancar” un comunismo de 50 años en Polonia y el derrumbe del Muro de Berlín, todo esto como el antecedente más importante de unificación de la vieja Europa.
El surgimiento espectacular de las economías de los “tigres asiáticos”, equipados con modelos corporativos altamente sofisticados. La implantación transcontinental del neoliberalismo a ultranza y su inseparable compañero, la globalización de los mensajes de los mass media.
La radicalización unilateral de los organismos financieros internacionales; la aparición en escena del concepto “republicano” de las “guerras preventivas” contra los ejes del mal en el paralelo 38.
El agotamiento creciente de los recursos naturales; el resurgimiento del autoritarismo; la avanzada del pensamiento político tecnocrático y la interesada “lucha” de las superpotencias contra el terrorismo.
Nada de lo anterior augura buenos resultados. Todos esos sucesos repercuten negativamente en las condiciones planetarias de supervivencia.
Desprestigio internacional de los Atracomulcas
Lo que sí es novedad, es que se enderece un ataque frontal y constante contra los sistemas políticos y sus clases dirigentes más desprotegidas y vulnerables, como la Atracomulca, para desprestigiar mediáticamente a las instituciones y empresas públicas.
Provocar crisis de credibilidad en sus sectores productivos, manipulables desde los centros financieros y políticos internacionales y convertirlas en pastos digeribles para los grandes monopolios, parece ser el nombre del juego. Engullirlas a bajo precio y legitimar ante sus poblaciones estos actos depredatorios, el resultado fatal.
No sólo estamos, nos queda claro, frente al desmantelamiento del Estado, como éste se ha concebido desde las últimas centurias. Estamos ya ante su desaparición. Al interior de los mismos, clases políticas inocentes, como ésta de Toluca, ceden ante esa seducción y agudizan sus propias contradicciones de clase y de clases.
Aseguran la explotación económica, bajo la creencia de que ésta brinda viabilidad política y lo único que logra refrendar y convalidar es su propia condición de explotados. La visión aldeana no da para más, ni en éste , ni en otros casos.
La adopción de pautas impuestas de modernidad, como las de “triunfadores” yuppies, es inseparable de la voluntad de las clases dominantes en los países pobres para enajenarse en su propia realidad.
Sufren una especie de “ilusión óptica “por la cual no perciben los problemas reales que se presentan en sus propios países y, por lo tanto, resultan incapaces de encontrar los procedimientos adecuados para resolverlos.
En relación con el “exterior”, contribuyen a construir una superestructura que legitime su relación de clase dirigente local con la del centro dominante internacional, o eso creen ellos. En el orden interno, operan sólo como medio de dominación de clases y grupos subordinados.
Una clase gobernante enajenada en su inocencia, no podrá nunca descubrir el verdadero rostro de la lucha contra las condiciones adversas. La inocencia, más parecida al anexionismo que a un desvalimiento mental, es el sustrato que posibilita el dominio ideológico, la penetración estratégica, la civilización externa como norma de perfección.
Nadie aprueba su estilo ingenuo e ignorante de “gobernar”
El periodista no debe rehuir el análisis crítico de su realidad. Si lo hace, debe “pagar su deserción ante el tribunal de la historia”, dijo el Nobel Miguel Ángel Asturias. Despojar a las palabras de su poder fundador es traición a la propia profesión y al país.
Somos un país a la deriva. Gobernado por una pandilla que no tiene proyectos ni de sobrevivencia, ni de gran visión para enfrentar las trabas y oportunidades del mundo de hoy. La desintegración familiar, el desempleo, la crisis económica, política, de liderazgo, de justicia, del ejército y de seguridad, florecen en un sistema sin orden, donde priva la ley de la selva, impuesta por el más corrupto o el más impune.
Y lo peor de todo. Parece que nadie en el mundo está a favor de los toluquitas. Nadie aprueba el estilo ingenuo e ignorante de gobernar del peñanietismo. Las críticas no sólo llegan de nuestros proverbiales acechantes.
Llegan de todo el mundo. Los hace pedazos la ONU y sus diversas agencias, el Parlamento europeo, el Vaticano, la Unión Europea, los congresos latinoamericanos, los medios de difusión que representan los intereses más grandes del mundo, las empresas que hemos beneficiado con las “reformas estructurales”. ¿Quién sigue?
¿Por qué pasa esto? ¿Estamos en medio de un “complot internacional”, como lo malician muchos analistas de peso?¿ O no están capacitados los dirigentes de Zacazonapan para diseccionar los tratamientos diversos que deben dar a los problemas?
Por ejemplo: esa idiotez de atravesar, en medio de la feroz resequedad monetaria provocada por Videgaray, el caballo del incomprensible presupuesto base cero, ¿es de gente normal? Lo más seguro es que ¡vuelvan a tropezarse y enredarse con su aparente solución!
Esa otra de permitir que los dolientes de Ayotzinapa precipiten una crisis política de gran calado, llamando en su auxilio a los narcotraficantes más sangrientos para “buscar” a los normalistas, ¿es de gente normal?
¿Están queriendo que política y narco se hagan una, para acabar de una vez por todas y bajar la cortina? ¿Por qué nadie los para?
¿Será posible que, por primera vez, tengamos que aceptar que la preocupación mundial está actuando de buena fe para repudiar a los Atracomulcas?
Es que, de veras, ¡no tienen remedio!
Índice Flamígero: Por los caminos de Michoacán: La izquierda modosita, “helicopterizada”, acudió a todas aspas al arranque de campaña de Silvano Aureoles quien, pese a ellos –Navarrete, Graco y demás “chucherías”–, tiene amplias posibilidades de alzarse con la gubernatura de la entidad el próximo 7 de junio. Mientras, la panista Luisa María Calderón aka “La Cocoa”, se practicó un antidoping, cuando según quienes conocen a la familia, debió haberse sometido a un “¡anti-peding!”. Por el lado del PRI, Ascensión Orihuela ya tiene el apoyo de “Papá Pitufo”, ex vocero de las autodefensas. ¿Tal para cual?
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Creo que no es inocencia, es voracidad y corrupción, eso sí, llena de incapacidad. Tampoco creo que sea estilo ingenuo, no, de nuevo es esa voracidad lo que está prendiendo los focos rojos hasta en el imperio y en los núcleos del poder. ¿Hasta cuándo los aguantarán? Porque de que no tienen remedio no hay duda.
Mi querido Paco, disiento se trate de un “compló” al estilo Nico (in) Maduro. Las revelaciones sobre México de la Unión Europea; ONU; el Congreso de EEUU; el Vaticano-la mexicanización de Argentina- y, etc. son reflexiones espontaneas-válidas- en lo correspondiente a cada uno de esos actores en defensa de su propia narrativa. Sobra confirmar, la ineptitud incalificable para hacer frente a esa argumentación por parte del ejecutivo y su gabinete. Inviable una comparsa de desaseados codiciosos haga frente a tales embestidas. De dónde sacar arresto para enfrentar lo desconocido. La ignorancia sobre geopolítica; sociopolítica interior; la economía, la gran asignatura inexistente en su agenda; socioeconómica (¡Uf! Un galimatías imposible desenredar) y, menos de la política social, usada solo para fines electoreros y botín personal de los atinadamente reconocidos Atracomulcos. La actual encrucijada de México es la falta de presencia de hombres doctos, patriotas, políticos de colmillo retorcido con agallas, sabiduría y valentía. Expertos en la tramoya sociopolítica, visionarios, con rumbo a largo plazo, sin descontar la reparación de la problemática presente. Líderes rigorosos, respetados por su quehacer a favor de los ciudadanos. Ojala en las urnas del próximo 7 de junio los electores no se dejen engañar con espejitos y collares con cuentitas de colores para votar juiciosamente con conocimiento de causa. De por sí, la gran carpa de los Atracomulco desde hoy apesta a dispendio, nauseabundo resultan los 1.5 billones de dólares de gasto en las “campiñas” electorales. De contar México con una voz recia, congruente, honorable, en Palacio Nacional; un Congreso genuino legislando a favor de los representados, no para acarrear agua para su propio molino, agachón para cumplir sus propios intereses; un sistema impositivo férreo, equitativo y universal, más una estructura judicial probo capaz de no sucumbir a las veleidade$, Otro Gallo Cantaría.