Yo Campesino / Cómplice o cobarde
• Con 225 mil efectivos más en seguridad, el ganso es incapaz o teme combatir al crimen
*Miguel A. Rocha Valencia*
Mientras el caudillo tabasqueño se enfrasca en dar a conocer lo que gana un periodista en vez de aclarar el tráfico de influencias millonario del cártel de los López Beltrán, las cifras rojas continúan acumulándose con asesinatos, desaparecidos, asaltos, cobros de piso y en suma, la inseguridad que provoca la impunidad con la cual actúan los grupos criminales que parecen protegidos, incluyendo los de Palacio Nacional.
A los casi 178 mil asesinatos registrados en el Sistema Nacional de Seguridad, se suman estadísticas que dan cuenta de la impunidad y agresividad con que actúan los criminales quienes no sólo tienen cooptado cerca del 50 por ciento del territorio nacional sino también la red federal de carreteras especialmente las de cuota donde asaltan y matan a placer mientras que la “famosa” Guardia Nacional con sus más de 125 mil elementos es incapaz de contenerlos.
Y cuando por casualidad aparecen son repelidos y asesinados al igual que choferes de tráileres a quienes despojan de mercancías y la vida. En lo que va del sexenio se tienen registrados más de 85 mil asaltos denunciados ante agencias del ministerio público federal, es decir más de 45 atracos diarios en las carreteras que dejan pérdidas superiores a los tres mil millones de pesos y 750 víctimas mortales.
Casi a la par, la delincuencia oficial, esa que se protege desde Palacio Nacional crece igual, de manera descarada e impune, dejaron de ser tribus para convertirse en cárteles, se apoderan junto con la criminalidad común, de puestos públicos, gubernaturas, del presupuesto, se despachan con sus cómplices del dinero público, trafican con el poder y se hartan de millones entados a derecha o izquierda del gran tlatoani lo mismo hermanos que hijos y sus cuates de pandilla.
En tanto, aquél que juró que llegando al poder se acabaría la corrupción, influyentismo, despilfarro y opacidad, quiere acabar con las instituciones donde a diario surgen datos de latrocinios como los realizados por su familia y amigos, no se trata sólo del saqueo a Segalmex y sus 11 mil millones de pesos sino del tráfico de influencias y sus más de 300 millones para los amigos de los hijos, las casas grises, chocolateras improductivas, pero justifican riqueza.
Dijo el profeta que se acabarían las masacres y desaparecidos, pero hoy son más y los desconoce; acusa a los parientes que claman justicia de politiqueros de querer mancharle “su investidura”, de ser vendidos o enviados por fuerzas oscuras, no importa si en Guanajuato a una de ellas la secuestraron y a sus familiares los asesinaron en su propia casa.
Eso no existe, es un mito creado por los neoliberales. Tampoco vale que en esa tierra se reporten más de mil secuestrados. Curiosamente en esa misma entidad sucede todo y a pesar de que el principal cabecilla está en la cárcel, es foco de ejecuciones y desapariciones, así como estaba Zacatecas hasta que los Monreal decidieron “ser nada”, se acabaron los muertos. ¿Curioso verdad?
El caso es que hoy hay más soldados que nunca en las calles, pero pareciera que regresaron a sus cuarteles al darles obras y empresas que engordan los bolsillos de la jerarquía que, poltrona o cobardemente se “olvida” de su primer deber: dar seguridad a los mexicanos. Son más de 250 mil soldados y marinos destacados a esos menesteres, pero pareciera que son mil.
Crearon por capricho del mesías tropical una guardia nacional con casi 125 mil elementos que dizque para dar seguridad en carreteras y ciudades, pero resultó ineficaz para cumplir su cometido o como muchos adelantamos, se confeccionó en tiempos de Donald Trump para corretear, detener y deportar migrantes, muchos de los cuales son entregados a los criminales para ser extorsionados y despojados de sus pertenencias o la vida.
Total que la herencia maldita de Felipe Calderón, alcanzó al ganso quien no puede, no quiere o simplemente se hizo cómplice de esa delincuencia que obliga a la gente a armarse para defenderse ante la ausencia de una autoridad, un presidente que les manda decir no confrontar a los criminales, que se dejen como les dijo a los guerrerenses, donde la dizque gobernadora se volvió un cero a la izquierda, ya solo falta que al igual que su cobarde papá, renuncie al cargo o de plano confiese vínculos con los malos. Igual sucede en el Estado de México donde el pueblo decidió defenderse y afronta consecuencias y les secuestran mujeres, hombres y niños por no pagar el “diezmo” de cosas que ni producen.
Siguen siete de ellos desaparecidos y la autoridad a lo más que atinó fue nombrar a un militar como jefe de plaza, pero sin resultados. Y ¿Cuándo se vayan? Ni hablar de Jalisco donde es obvio que la desaparición de jóvenes tiene que ver con el reclutamiento de “soldados” de la delincuencia. Tampoco pasa nada, la gente huye de sus casas, da por perdida su propiedad y se alza en armas para defender lo que les queda: la vida.
Los 350 mil soldados, marinos y guardias no pueden, no quieren o son cómplices, el caso es lo mismo, México vive uno de sus peores momentos en seguridad. Los datos no mienten. Todo es politiquería para la chachalaca de Tepetitán, corrupción, masacres, desaparecidos, caos en salud, muertos, complicidades donde los cuatroteros se parecen o son iguales a los que deberían perseguir, o ¿Son los mismos?