Estado de los ESTADOS
“La violencia es un animal incontrolable que suele terminar atacando a su propio amo”: Renny Yagosesky
- Con Dios o con el Diablo
- Agresiones de los cárteles de la droga a líderes religiosos
- IIRF reporta: 155 asesinatos de sacerdotes de 2002 a 2024
- Exige la Iglesia Católica desarmar grupos delincuenciales
Ciudad de México, 24 de octubre de 2024.- La ambición de poder absoluto del actual régimen llevó a establecer pactos con organizaciones criminales para alcanzar a cualquier costo gobiernos y presidencias municipales en prácticamente todo el territorio nacional. Los informes de inteligencia de Estados Unidos dan cuenta del control de una tercera parte del país en manos de los cárteles de la droga, aliados a mandatos estatales y el control absoluto de presidencias municipales. Esto ha dejado de ser suposición o falsedad al reconocer Francisco Labastida Ochoa la existencia de gobernadores quienes, de una o de otra manera han sido secuestrado por los narcotraficantes y, abiertamente habla del triunfo de Rubén Rocha Moya, de su tramposa llegada al poder y, sin embargo, sigue siendo protegido por el gobierno federal desde las más altas esferas.
Sin embargo, “la paz narca” no se alcanzó y menos se refrendó al terminar el periodo del macuspano, por el contrario, se agudizó la violencia ante la imposibilidad de trasladar los pactos con el nuevo gobierno federal encabezado por una presidentA. El combate abierto por las plazas continúa como se comprueba a diario en Sinaloa, las matanzas están presentes, persiste la impunidad absoluta y prosigue la descomposición social e institucional. Extensos territorios de México son gobernados por economías criminales, las cuales crecieron ante el descuido y/o complicidad del gobierno en todos sus niveles.
El problema de la inseguridad crece de frontera a frontera y de costa a costa, los mismo se resiente en Baja California, Sonora y Sinaloa que en Chiapas o Tabasco; en Tamaulipas, Chihuahua y Nuevo León, que en Veracruz, Guanajuato, Michoacán, Jalisco, Nayarit, Estado de México o Zacatecas, mientras el sistema de justicia es demolido para cimentar el segundo piso de la 4T y se siguen empujando iniciativas de ley en el Congreso para alcanzar el poder absoluto a nivel federal, sin contrapesos y en total opacidad.
En tanto, se mantiene la indolencia de las autoridades políticas ante el crimen organizado, y no se ven resultados palpables en las modificaciones de las nuevas estrategias gubernamentales, pues incluyen la protección de mandatarios ligados al narcotráfico, como el de Sinaloa o el de Chiapas, en donde se acentúa la violencia por los enfrentamientos entre pandillas criminales del Cártel de Sinaloa confrontadas con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). La violencia golpea a México, salpica de sangre al territorio, no hay ninguna discriminación en las víctimas, entre las que se incluyen políticos de oposición, autoridades establecidas, delincuentes, periodistas, defensores de derechos humanos, decenas de líderes religiosos, incluidos padres jesuitas y sacerdotes, y decenas de miles de desaparecidos.
El asesinato de sacerdotes es de particular gravedad pues no solo se mata a una persona, sino con ello se elimina a una institución, la cual en el ejercicio de su labor pastoral genera estabilidad social. Este desmantelamiento social facilita que el crimen organizado logre enquistar en esa área (afectada) la semilla de la corrupción, la cultura de la muerte, del silencio. Esto, a su vez, “fomenta la narcoviolencia, la narcocultura, la narcoeconomía, como hemos visto en diferentes estados en los cuales está el pago del derecho de piso”, transformado ya en otro impuesto, pero también hacen las veces de Profeco, al marcar el precio de venta de todo tipo de alimentos.
El informe “Situación de la Iglesia Católica ante la violencia en México”, elaborado por el Centro Católico Multimedial (CCM), reporta en promedio dos religiosos son asesinados cada año, convirtiendo a México en el país más peligroso de América Latina para ejercer el sacerdocio. Por sexenio, el de Enrique Peña Nieto fue el más violento para los curas al cerrar con 25 homicidios; le sigue el de Felipe Calderón con 19 y el de Andrés Manuel López Obrador con nueve. Con Ernesto Zedillo fueron seis y con Vicente Fox cinco. El homicidio de Marcelo Pérez, conocido como un activista a favor de los derechos humanos, es el primero que ocurre en el gobierno de Claudia Sheinbaum.
155 RELIGIOSOS ASESINADOS EN MÉXICO EN DOS DÉCADAS
De acuerdo a la base de datos de incidentes violentos elaborada por el Instituto Internacional para la Libertad Religiosa (IIRF, por sus siglas en inglés), con al menos 155 asesinatos de sacerdotes católicos y otros líderes religiosos en las últimas dos décadas, México es el país de América Latina con más violencia por motivos de fe. También es la nación del continente con más templos dañados debido a conflictos confesionales. El último de estos ataques fue contra el sacerdote tzotzil Marcelo Pérez Pérez, quien fue agredido el domingo pasado tras salir de oficiar misa en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, con lo que ya son cinco los presbíteros asesinados en lo que va de este año.
Un estudio del IIRF publicado este año, titulado “Influencia del crimen organizado contra la religión”, elaborado por Dennis Petri, destaca que las agresiones de los cárteles de la droga contra grupos religiosos busca la eliminación del clero crítico con el narcotráfico, la censura de sermones, la imposición de toques de queda, la recaudación de “impuestos” mediante extorsiones de protección y la restricción de las obras de caridad, hasta influir en el nombramiento de representantes del clero religioso. Concluye que “los cárteles de la droga regulan efectivamente aspectos de la religión, ya sea porque la ven como una fuente de ingresos o para proteger sus intereses. Esto contradice la creencia popular de que al crimen organizado no le importa especialmente la religión”.
Entre enero de 2002 y agosto de 2024, el IIRF ha documentado en México 155 asesinatos de líderes religiosos, 327 templos dañados, 37 templos cerrados por violencia, 378 personas obligadas a huir del país y mil 506 personas forzadas a escapar de sus casas por actos hostiles. La mayoría de los asesinatos por motivos religiosos en los últimos 22 años tuvieron lugar en Chihuahua (18 homicidios) -incluidos los jesuitas Joaquín César Mora y Javier Campos Morales, dentro de una iglesia en la Sierra Tarahumara a manos de un narco conocido como “El Chueco”, quien fue encontrado asesinado a tiros en Sinaloa-, Puebla (14), Michoacán (10), Baja California, Chiapas y Guerrero, con nueve casos cada uno. El segundo país del continente con mayor violencia por motivos religiosos es Colombia, que reporta 107 asesinatos, 214 templos atacados, 206 templos cerrados, 119 personas obligadas a huir de su país y mil 726 personas que han escapado de sus viviendas.
Con tales registros e información se deduce el cambio, la transformación de las organizaciones criminales cuyos líderes tenían respeto por los sacerdotes, por los pastores, incluso por aquellos adoradores de deidades como La Santa Muerte. Los medallones con la figura de San Judas pasaron a la historia, fueron sustituídos por los R-15 operados por quienes eran sus promotores. Atrás quedaron, inclusive, las palabras del obispo jalisciense: “el dinero se limpia cuando entra a las urnas de la Iglesia”. La opinión de SS Francisco con respecto al presente mexicano no tiene desperdicio porque no solamente se refiere a los miembros de la Iglesia sino a los ciudadanos, instando a las autoridades eclesiásticas a la concientización de los feligreses sobre su presente.
DE LOS PASILLOS
El cardenal Felipe Arizmendi Esquivel hizo un llamado a las autoridades de los tres niveles de gobierno a que de forma inteligente desarmen a los grupos armados y que no estén esperando que la gente haga denuncias, porque se están jugando la vida si lo hacen. “No queremos más violencia, pero sí que se desarmen estos grupos que están causando tanto daño en todas partes. Esto es un reflejo de todo el país”, aseguró el obispo Emérito de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, tras lamentar el asesinato del párroco Marcelo Pérez, al término de la misa de exequias en San Andrés Larraínzar… No se olvidan las entrevistas entre los jerarcas católicos y los grupos criminales guerrerenses; en tanto, todo el gabinete de seguridad se muestra preocupado por su próximo desfile…
Ante la presión de la opinión pública y de organismos internacionales como la ONU, así como la jerarquía católica y la población indígena chiapaneca, la Fiscalía General del Estado de Chiapas reportó ayer la detención de Edgar “N”, como probable autor material del homicidio del Presbítero Marcelo Pérez, acontecido el pasado domingo en San Cristóbal de Las Casas. Informó que tras realizar “rastreos de cámaras de seguridad de C5, trabajos del área de inteligencia y de investigación de campo, así como el desahogo de testigos”, logró identificar al ejecutor del homicidio. Raro no fuera silenciado como el asesino de los jesuitas…
El malentendido “principio de autoridad” está presente en las acciones de la Sheinbaum al igual se encontraron en las mentiras y declaraciones falsas de AMLO. Ahora se pretenden quedar con todo, autorizar lo que les venga en gana sin el estorbo de otros renglones jurídicos a los cuales recurrir para evitar más abusos o determinaciones en contra de los derechos ciudadanos. Se brincan el principio de no aplicar leyes de manera retroactiva, la puesta en marcha hasta los siguientes periodos para evitar lo sucedido actualmente: aprobaciones con etiqueta. Los senadores están logrando el objetivo de pasar a la historia y su régimen… también.
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