Yo Campesino / Dinero negro
• Con Julio Scherer Ibarra se va el enlace con empresarios que cotizaron con la 4T
*Miguel A. Rocha Valencia*
Cómo no va a querer como su hermano a Julio Scherer Ibarra, si al igual que Pío Lorenzo y Martín Jesús, le acarreó carretadas de dinero negro y relaciones de empresarios de todo tipo para sostener el “movimiento” y alcanzar la presidencia de la República.
Por eso no le aceptaban la renuncia al hijo de Don Julio, porque si alguien atesora secretos inconfesables del Ganso de Macuspana, es precisamente Scherer Ibarra, quien tiene en su agenda nombres, teléfonos, fechas y cantidades entregadas de manera directa y en efectivo, o depositadas a diversas cuentas que sirvieron al machuchón para pavimentar su llegada a Palacio Nacional.
Ese es su mayor mérito, por eso la cercanía al machuchón y al mismo tiempo, el conocimiento es su seguro incluso de vida para poder vivir en paz, lejos pero cercano a quien fungió como su jefe y cómplice en los últimos años.
Se lleva también el hijo del ex director general de Proceso, los escándalos bancarios que alcanzaron niveles internacionales y que obligaron a cambiar de cuentas e instituciones, al detectarse ingresos de dinero de dudosa procedencia cuando el Peje era candidato a la Presidencia.
El mismo hecho de que el gobierno de la 4T quisiera reformar la Ley para permitir que el Banco de México pudiera recibir remesas de connacionales en el extranjero, puso en alerta a Estados Unidos, máxime que el profeta festinara el incremento de las mismas.
La DEA en su Evaluación Nacional de Amenaza de Drogas lo hace notar y afirma que “las organizaciones criminales mexicanas usan transferencias electrónicas, cuentas de negocios legítimas para mover el dinero de ingresos ilícitos”.
Pero más allá de eso, no se olvide que Don Julio Scherer García “fue invitado” (claro al estilo narco) a una entrevista “exclusiva” con Ismael “El Mayo” Zambada compadre y socio de Joaquín Guzmán Loera, este último papá de Ovidio, quien más tarde fue liberado por órdenes presidenciales. Claro, son puras casualidades como la cercanía del machuchón con la familia y su inacción contra el crimen organizado con todo y sus más de 98 mil asesinatos y secuestro de comunidades enteras.
Hechos son los que se publicaron, como los 30 millones que Scherer Ibarra pidió a Banca Afirme, asunto dejado en el anecdotario como si se tratase de una solicitud de préstamo el cual no estaría demás que se aclarara.
Ni hablar de la grabación donde el hoy exconsejero jurídico “aprieta” al dueño de Villacero, Julio César Villarreal Guajardo, en cuya plática quedan claras cifras por 110 millones de pesos, la necesidad de conseguir más dinero con empresarios.
Ahí la relación se extiende hasta nuestros días por ser Villarreal Guajardo y su empresa los beneficiarios del convenio reparatorio del dueño de Altos Hornos de México, Alonso Ancira Elizondo por el sobreprecio en una planta procesadora de petroquímicos (Agro Nitrogenados) donde están metidos 216 millones de dólares.
El convenio fue elaborado en Presidencia, desde luego en la Consejería Jurídica y va en proceso de liquidación, aunque con algunos altibajos. En esa misma dependencia ubicada en Palacio Nacional, se cita a empresarios de todo tipo para negociar “acuerdos” para liquidación de impuestos, deudas o contratos.
Incluso dueños de medios pasaron por ahí y a más de uno se le advirtió que las negociaciones partían desde el supuesto de carpetas de investigación penal, fiscal o civil para con eso “ablandar” a las contrapartes y cedan a las condiciones impuestas por el gobierno de la 4T.
Fue público el caso del propietario de El Financiero y sus negocios corporativos o personales en el tema de reclusorios de participación mixta que el jefe de Ejecutivo ordenó cambiar, como lo ha hecho en temas de energía.
Toda esa información de intimidación y chantajes, la tiene el propio Scherer Ibarra junto con lo del dinero negro que durante lustros entró a las cuentas del Mesías tropical en lo personal y para sus campañas políticas como está demostrado con videos y audios con la participación de sus hermanos y cercanos. Claro eso no fue delito, fue deleite.
¿Por qué se fue Scherer? Debió ser algo de “mucho peso”, sin duda.