Un extenso sector de ciudadanos pensantes se encuentran muy preocupados por la procuración e impartición de justicia, perciben un sentimiento creciente de inquietud, intranquilidad, disgusto y desesperanza hacia el futuro de las instituciones que la procuran e imparten. Y se preocupan por lo que subyace en la atmósfera social, la cual se encuentra enrarecida y plétórica de incertidumbre: la corrupción, la inseguridad, el descontento, la impunidad, la arbitrariedad, la ignorancia, la falta de credibilidad en las instituciones que la procuran e imparten, la incorrección en la aplicación de las leyes. En suma: la imperfección del Poder Ejecutivo en proteger a la totalidad de los ciudadanos por no obligar a las instituciones para que actúen con corrección.
El transitar día con día por fiscalías y tribunales dan la real perspectiva de lo que ocurre en el medio de la justicia, gracias a lo cual se puede apreciar corrupción e ignorancia en la aplicación e interpretación de la Constitución Política y las Leyes que de ella derivan, esa ruptura pasa desapercibida en el hacer de las autoridades, muchas veces por nefastos intereses de corrupción. Cotidianamente, en redes sociales y medios de información se propagan injusticias, desapariciones, derrama de sangre, arbitrariedades, que las más de las veces benefician al poder económico o político.
La ciudadanía de nuestra República, al conocer de la referida información, no puede más que pensar que se está incumpliendo con la justicia que existía antes del neoliberalismo en nuestro México.
Las cotidianas noticias van de delitos cometidos por autoridades a imputaciones encarnizadas entre los diversos partidos políticos, pasando por las violaciones de pederastia hacia sus propios hijos. En redes sociales, papel impreso y pantallas de televisión se da a conocer el bajo nivel en que se encuentra la justicia por la escalada de corrupción por la que atraviesan fiscales, agentes del ministerio público, jueces y magistrados.
México en la escala internacional de corrupción ha descendido para colocarse en un lugar de indignidad.
¿Qué es esto?
Porqué no se toman acciones en el medio de procuración e impartición de justicia para que se recupere la dignidad.
La Primera Magistrada de la Nación dice estar dando los pasos culminantes para que la justicia se reintegre al Estado de Derecho, no obstante ello, existe sordera por parte de ciertas autoridades para escuchar lo expuesto.
Pero esos decires, por desgracia, no llevan palabras de verdad, las fiscalías, agencias del ministerio público, juzgados y magistraturas siguen igual o peor. Lo que acontece en México resulta ser traumático.
¿Podrá Claudia Sheinbaum Pardo, fajarse sus adentros de mujer y obtener el cambio?.
Es cuánto.
Lic. Alberto Woolrich Ortiz.
Presidente de la Academia de Derecho Penal
del Colegio de Abogados Foro de México, A.C.