Desde Filomeno Mata 8
Mouris Salloum George*
En el análisis científico de la Política, según cada corriente valorativa, suelen colocarse en columnas diferentes democracia y libertad. Una tercera vertiente sostiene que ambos derechos son consustanciales. Se retroalimentan.
En nuestro régimen constitucional, una de las libertades fundamentales es la del voto libre.
En México, como si el ciudadano careciera de nociones, intuiciones y aun de instinto, pretende manipulársele en temporada electoral por francotiradores que no siempre actúan de buena fe.
En 2000 y 2006, de elección presidencial, el mensaje pretendió que se ejerciera el voto “útil”. En 2012, 2015 y 2018, ya la orientación intentó mover al elector hacia el voto nulo.
A la luz de las tendencias de la intención del voto, en días previos al 1 de julio otra fue la coacción: El voto diferenciado; no dar a un candidato presidencial el Poder Ejecutivo y el control del Congreso de la Unión. ¡Cuidado! con la dictadura, se advirtió.
El domingo pasado -establecida la “veda” electoral impuesta a partidos y candidatos-, cuando ya estaban abriéndose las casillas electorales, leímos un texto con acusado tufo intimidatorio a los medios.
A saber… después del 2 de julio, los medios podrían estar ante un dilema: consentir o autocensurarse. Si los medios son críticos, quedarían expuestos a represalias, lo mismo del gobierno que de intereses radicalizados.
Con un simple mensaje en redes sociales “del Presidente”, dice la advertencia, grupos hostiles podrían pasar a la violencia fáctica. Hagamos abstracción del tiempo: “a partir del 2 de julio”. La obviedad indica que a partir del 2 de diciembre.
La noche del mismo 1 de julio, en paneles televisivos después de conocidas las tendencias de conteos preliminares, ese tipo de “alertas” se repitió.
Si el voto “útil” o el voto nulo se ejercieron o no, el resultado del conteo preliminar de los votos efectivos marcó el veredicto popular real.
La pluralidad social y política -de la que somos partidarios y defensores-, nos compromete escrupulosamente, como periodistas, a respetar la disidencia.
Lo que nos parece anticlimático, es que esas expresiones provocadoras se den aun después del llamado a la reconciliación, en la que la mayoría de los actores electorales ha coincidido.
Por nuestra parte, hacemos votos porque el conflicto político se encauce por los canales institucionales: El horno no está para bollos. Vale.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.