Por Mouris Salloum George*
Desde Filomeno Mata
En boca de los bajacalifornianos se pone que es su voluntad que el empresario Jaime Bonilla Valdez los gobierne hasta 2024.
Baja California, para empezar, tiene una población de tres millones 600 mil habitantes. Para las elecciones del 2 de junio pasado se reconoció un padrón de dos millones 816 mil ciudadanos con derecho a votar a salvo; esto es, con credencial de elector.
El 2 de junio hubo abstención por encima del 70 por ciento
El 2 de junio, la asistencia a las urnas fue de 29.6 por ciento. Es decir, hubo una abstención de más de 70 por ciento. En números absolutos, significaría que sólo votaron unos 844 mil bajacalifornianos, sin descontar las boletas que se anularon.
De la votación total, al candidato a gobernador por cuatro partidos: Morena, Verde, del Trabajo y Transformemos (local), Jaime Bonilla Valdez, el árbitro electoral le asignó 50.6 por ciento. Con apenas unas décimas por encima de la mitad, pongámoslo en números absolutos en unos 420 mil votos.
Esa cifra equivale apenas a 14 por ciento de la población total de Baja California, la expuesta antes. ¿De dónde sale entonces el supuesto de que los bajacalifornianos demandan que el empresario electo los gobierne hasta 2024, cuando se les dijo previamente que elegirían gobernador para dos años? Estamos frente a un fraude a la convocatoria electoral, para decir lo menos.
La legitimidad no es cosa que le importe a Jaime Bonilla Valdez
Ya pueden decir que ni uno de los restantes candidatos, aun juntos, logaron la votación suficiente para acreditarles el triunfo, si el más cercano de los contendientes apenas lograría menos del 30 por ciento de los sufragios.
No es ese el punto: El punto es el de la legitimidad. Con independencia de los números, esa legitimidad ya está siendo puesta por los suelos por el conflicto poselectoral que informa que, para todos los efectos, el Congreso del estado hace de la Constitución estatal papel mojado.
La porfiada legislatura local ha rechazado un exhorto de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión para que reconsidere su contumacia. Ataca, dicen los diputados bajacalifornianos, la libertad y soberanía de su estado. ¿Es para eso la autonomía de las entidades de la República?
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.