* Los comicios del pasado 6 de junio no fueron buenos para el dirigente nacional del PRI pues perdió ocho a cero en las gubernaturas, ante los candidatos de Morena y por si fuera poco, sufrió una dolorosa derrota en Campeche, su tierra natal. Toma fuerza la exigencia de los militantes para un relevo, figurando en primer término el ex gobernador de Hidalgo y actual senador, Miguel Ángel Osorio Chong
SILOGISMOS
Por Antonio Ortigoza Vázquez
Especial de Expediente Ultra
Ahora que tras la elección intermedia las aguas recobran su nivel en todos los partidos políticos, en el PRI los tambores de guerra comienzan a retumbar tras las espaldas de su dirigente. Alejandro Moreno Cárdenas, “Alito”, a quien pese a colgarse la medalla de triunfador, las bases dicen todo lo contrario al haber sido golpeado ocho a cero por Morena en las gubernaturas en disputa.
En el balance final está claro que el protagonismo tanto de “Alito” como de su Secretaria General, Carolina Viggiano, impidieron el arribo a diversas candidaturas de liderazgos frescos y reconocidos para imponer a personajes sin ascendencia partidista que no lograron calar ni en las bases del tricolor como tampoco entre los simpatizantes de los partidos donde se cuajó la alianza con el PAN y el PRD.
Lo mismo sucedió en la integración de las listas plurinominales donde el PRI perdió una oportunidad de oro para llevar a San Lázaro a gente comprometida con las causas sociales y no juniors, cónyuges y recomendados sin la capacidad de estar a la altura de los debates y negociaciones por venir.
La situación de emergencia no estaba para tales dispendios y no obstante esto, se porfío en caer en los errores que llevaron a la candidatura al tibio y flemático, José Antonio Meade, que perdió abrumadoramente en el 2018.
De manera natural, las corrientes internas evalúan la necesidad de hacer un cambio de ruta en los liderazgos de un partido que en el 2024 se jugará su supervivencia o cavará, en definitiva, su tumba.
Dos nombres han comenzado a sonar para relevar al ineficaz “Alito”, que perdió en Campeche, su propio estado. Y ni cómo presumir logro propio las victorias en la CDMX, alcanzadas por medio de la alianza con el PRD y el PAN, pues a todo pasado se sabe que triunfos como el obtenido en la alcaldía de Cuauhtémoc, obedecieron a traiciones de morenistas contras morenistas como la ejecutada desde el Senado por Ricardo Monreal.
Por un lado, los promotores de Eruviel Ávila dicen que el ex gobernador ganó el derecho a la nominación para dirigir a su partido pues el PRI le arrebato importantes municipios del corredor azul como Naucalpan, Tlalnepantla o Atizapán a Morena, incluso, será mayoría en el Congreso Local.
Pero un análisis poselectoral, expone detalles que no dejan bien parado al político mexiquense: en Ecatepec su cuna natal, Morena le dio una verdadera paliza a su candidato, Alejandro Albarrán, y esto a consecuencia se erró de no tejer una alianza con el perredista Octavio Martínez Vargas, al que siendo gobernador, Eruviel Ávila apapacho y protegió.
De haber concretado la alianza, la historia en estos momentos sería diferente y el PRI hubiera recuperado la joya de la corona electoral en el EdoMéx, ganado de paso varias diputaciones locales y federales. Como “Alito”, el ex gobernador no fue profeta en su tierra.
Aparece en este contexto la figura del actual senador y ex gobernador de Hidalgo, Miguel Ángel Osorio Chong, que como hemos comentado con antelación en este espacio, de haber sido el candidato presidencial del PRI en el 2018, la historia hubiera sido muy diferente.
El hidalguense se dedicó a apoyar a su partido por todo el país siendo un funcionario partidista sin cartera, y logró levantar el ánimo y la moral en muchos estados y municipios donde ni Alejandro Moreno ni Carolina Viggiano se dignaron hacer acto de presencia.
Mesurado, ha pedido hacer una evaluación de lo ocurrido el pasado 6 de junio para hacer los cambios y transformaciones que su partido requiere rumbo al 2024.
Para el PRI mantener en el liderazgo nacional al ex gobernador de Campeche y a la ahora diputada plurinominal, Carolina Viggiano, es enviar un mensaje equivocado a la militancia que desea levantarse de la lona y luchar por su partido.
Es más evidente que estando en la Secretaría General del tricolor, a nivel nacional, Viggiano tratará de meterse con calzador en la próxima sucesión de Hidalgo y acabar de hundir al PRI que si bien obtuvo una de las votaciones más aceptables en el estado, a nivel nacional, ya no soportará otra andanada divisionista e impositiva como la que pretende la esposa del ex gobernador de Coahuila, Rubén Moreira quien, por cierto, también será diputado plurinominal.
DE TOR
Dicen en los altos mandos del PRI que una de las figuras regionales que tiene sus días contados en la entidad, es la actual alcaldesa de Apan, Guadalupe Muñoz, a quien su perfidia política en contra de su partido le saldrá bastante cara.
Su clan familiar tiene muchas cuentas pendientes con la justicia y en el más alto nivel valoran que ha llegado el momento de cobrárselas.
Cosa de tener paciencia para comenzar a atestiguar su derrumbe.