-Victor Roccas.
Los adeptos a la derecha siempre me han parecido sujetos muy arrogantes, egotistas pero también de una crueldad fuera de serie, ostentan como credo divulgar triunfos individuales y propios como gestas míticas e irrepetibles, dan especial énfasis en el poder logrado por un supuesto de voluntad sobre el destino que roza en lo divino.
Mis logros, mi sufrimiento, mi esfuerzo, mi derecho, mi astucia, mi inteligencia, mi, mi, mi… Lo hacen con tanta naturalidad que jamás dan cuenta de quienes les rodean, lo que les clasifica como egoístas puros, evaden el reconocimiento de aquellos que les han apoyado, ayudado o incluso quienes les han servido de leña para enaltecer el fuego de sus propios altares, podrían sin mayor problema definirse como descastados.
Seres tan enajenados en su propio ego que no les alcanza para otra cosa que alabarse y alabar lo que consideran el triunfo de su voluntad sobre todo lo que les dispensa comodidad y elogios, el supuesto trabajo duro y de la superioridad del mérito ante su odiosa y conveniente percepción de la mediocridad en quienes les rodean, pues ellos y su soberbia son la piedra angular de su identidad… Son literalmente unos ojetes.
Gustan de ser celebrados, admirados, reconocidos, envidiados, pero lo que más gustan hasta límites orgásmicos es presumir ante los menos afortunados sus pertenencias, pues ellas son la evidencia no solo de sus éxitos sino también de lo muy mierdas que son, pues no negará el amable lector que se necesita tener un cerebro lleno de excremento para implicar que acumular fortuna material es la única razón de nuestra existencia.
Cuantos así no he tenido el disgusto de conocer, carajo, realmente son una plaga, literalmente un dolor de íngles, caracterizados no solo por sus posesiones materiales, que insisto lo son todo para ellos, también se definen curiosamente por sus creencias religiosas como diplomas de un poder divino que les ha premiado como sus hijos predilectos, una especie de Honoris Causa del Olimpo o una maestría en el cielo de las 11,000 vírgenes “undecim millia virginum” (Realmente la leyenda de Úrsula y Atila menciona a 11 vírgenes mártires “undecim martyres virginum”).
Y es que aún cuando son entes con un pensamiento totalmente narcisista, la gran mayoría de ellos temen, y temen mucho, a un Dios que les ha dispensado un supuesto favoritismo por sobre todos los demás y les aterroriza a los muy ojetes que ese mismo Dios sea realmente su imagen y semejanza y les quite lo que ellos saben con certeza en el rescoldo de su reseca alma no se han ganado…
Que son unos culeros sin empatía ni consciencia mínima hacia el prójimo, que sus logros han sido gracias al entorno que le dispensa oportunidades extraordinarias justamente por ser despiadados, faltos de ética y depredadores del padecer ajeno.
Confeccionados dentro del pensamiento del individualismo cutre, de la frivolidad, el egocentrismo, el vulgar oportunismo, estos sujetos hijos elegidos de Dios e hijos de la chingada literalmente, olvidan que son parte de lo que más odian, una sociedad que solo les importa para ser admirados y para dispensarles lo que a su juicio se les debe por ser en si mismos lo mejor de lo mejor.
Afortunadamente su punto débil, su talón de Aquiles, es el conocimiento y consciencia, se ponderan listos, inteligentes y cultos pero realmente solo son cascarones dorados huecos con sólo aire caliente en su interior.
Desafortunadamente la razón, característica única del ser humano, dentro de la sociedad moderna desaparece ante la esperanza, la consciencia se diluye en la fe, la empatía se dispersa en la moral, la ética sucumbe ante las normas y el humanismo se rinde frente al consumismo.
Cuando un individuo se allega consciencia y conocimiento la consciencia social se acrecienta, por el contrario los fanáticos de la derecha son totalmente antipáticos a la sociedad a la cual consideran solo un medio para regodearse y justificar su proceder cruel ante los demás, son en ecencia unos parásitos.
Hoy día debo aceptarlo con tristeza estos individuos son la horma que jóvenes en el mundo consideran llenar, la meta a alcanzar, y eso estimado lector es posiblemente el fin, la debacle de nuestra humanidad.
Así que al final dispense estimado lector tolerancia a este escribidor al enviar un mensaje a la derecha y sus adeptos.. ¡¡Primeramente toda su descendencia rechinge a sus madres como ustedes nos han chingado a nosotros toda su puta vida!!
P.N. Para aquellos que puedan indignarse o alarmarse por la palabra chingar, dispenso la definición de dicha palabra en el diccionario de la lengua, de la Real Academia Española.
Chingar;
1. tr. (Verbo Transitivo) Coloquial, importunar, molestar a alguien.
V. Roccas.