FRANCISCO RODRÍGUEZ
Como ideología política, el liberalismo mexicano duró 25 años en el poder. Como ideología social tiene mucho que aportar todavía. Independientemente de que por marear la perdiz muchos malnacidos tratan de confundirlo todavía con el entreguista neoliberalismo, incluso tratando de atribuirle la culpa del racismo envenenado, de la intolerancia y de la discriminación a los grupos más vulnerables de la sociedad.
El feminicidio rampante, el arrase de los derechos fundamentales de los niños y de la población adulta, el asesinato vil de periodistas, cuyo 99% en la actualidad no tiene averiguación posible ni culpables encarcelados, debe ser analizado a la luz del liberalismo secular. Dígase lo que se diga, es una ideología vigente, igual que la economía mixta.
Es tal la confusión que las nuevas generaciones, inoculadas de la desgracia neoliberal, desconocen las bases sobre las que se asentó y sigue predominando en el pensamiento político la raíz liberalista de las enormes mayorías, a punto de recobrar la conciencia sobre lo que significó la esencia liberalista mexicana.
Es necesario, hoy que se libran las batallas por la defensa esencial de los principios liberales, recapturar lo que representa para nosotros ese legado histórico tan desconocido en nuestros días. Si no lo hacemos, seguiremos vagando en la verborrea de quienes desde el poder tratan de hacernos olvidar de dónde venimos.
Defensa de la soberanía, limpieza en la impartición de justicia
El liberalismo mexicano nunca se apegó a pie juntillas, como muchos piensan, al pensamiento ortodoxo imperante en la vieja Inglaterra sobre los principios inalterables de esa doctrina. Nunca pretendió ser una ideología de expansión o conquista, ni surgió para apuntalar absolutismos económicos ni desigualdades estructurales.
Fue un catálogo ideológico nacido de las condiciones imperantes, que era necesario afirmar para defensa de la soberanía, preeminencia estatal en la dirección de los procesos de liberación y de limpieza en la impartición de justicia. Recetas para la viabilidad en un mundo que se repartía entre los imperios.
Dejó leyes donde no las había y estableció una República donde sólo existían los restos de una Colonia, rica y generosa, presa de todos los apetitos, botín de testaferros y de oscuros intereses trasnacionales. Fueron los primeros ciudadanos de una forma de organización que hasta entonces sólo existía en su conciencia.
Liberalismo, descolonización integral que la patria necesitaba
El objetivo de nuestro liberalismo siempre fue la autonomía del pueblo, frente a los designios de teorías, poderes, ejércitos, gobiernos, creencias, usos, costumbres y normatividades que amenazaban toda forma de construcción política independiente. En contra del liberalismo clásico, los programas económicos de Altamirano y Ramírez en la Reforma son autóctonos y realmente vigentes.
Dieron a la Nación el impulso y la estructura racional para nuevos modelos educativos y profesionales que enfrentaran una condición insostenible. Establecieron inconfundibles símbolos nacionales para perfilar la identidad naciente. Un esfuerzo de descolonización integral que la patria necesitaba para diseñar el futuro.
Es todavía un catálogo de ideas formadas en un frente contra la intolerancia, las exclusiones, el racismo y las discriminaciones reinantes en un país con abrumadoras diferencias. Finalmente, es un ideario que pertenece a todos los pueblos sojuzgados y explotados de la Tierra.
Definición constitucional de un modelo económico nacional
El liberal moderno debe abogar por el respeto a las libertades políticas, económicas, sociales y culturales, pero también por las libertades religiosas, civiles, democráticas, demográficas, profesionales, étnicas y laborales en cualquier territorio donde existan diversos criterios para evaluarlas.
Elevar al mayor rango principios esenciales como la definición constitucional de un modelo económico nacional, la protección inmediata de las franjas de población y sectores vulnerables, el modelo demográfico, la preeminencia del desarrollo agropecuario, el fortalecimiento primario del mercado interno…
…el castigo ejemplar al prevaricato judicial, legislativo y en la estructura administrativa, la relatividad general del Amparo para todos los casos procesales incoados en la misma condición, las políticas públicas constitucionales sobre seguridad. Son asignaturas pendientes que sólo caben en la alforja ideológica del liberalismo.
Corta Transformación apegada a los índices macroeconómicos
El liberal moderno debe participar en la revisión y regulación de temas indeclinables como la adopción irrestricta e inopinada del neoliberalismo global, la apertura indiscriminada del mercado, la desregulación crónica, el desmantelamiento del Estado, tan en boga en la Corta Transformación, el apego desafortunadamente obcecado…
… a los índices macroeconómicos para controlar la inflación en lugar de promover la producción, la lucha contra las políticas monetaristas y el recorte del gasto de inversión que impide el empleo, la salud, la seguridad social, la vivienda y atenta contra todos los mínimos de bienestar general.
Así como la protección efectiva de los recursos acuíferos y bióticos, la flora y la fauna de los bosques y selvas medias, incluso declaradas reservas de la humanidad, el cambio climático y otros de igual importancia.
¿Conservadores quienes se suman a la defensa de los derechos?
Perseguir que se cumpla con las promesas de campaña por la instauración del Estado Social y Democrático de Derecho, en el entendido de que todas las prerrogativas que se inserten en el rango constitucional son por la misma razón derechos fundamentales, como se estila en todos los países avanzados.
Acusar de conservadores a todos aquéllos que se suman a la lucha por defender la integridad y los derechos fundamentales de las mujeres, los niños y periodistas, de conservadores y de fifís, es desconocer todo esto, confundirlo todo, y llevarse entre las patas a las mejores tradiciones de los luchadores sociales mexicanos.
Es echarse el trompo a la uña y querer establecer que el pensamiento único y monocorde del Caudillo es el único que debe prevalecer, incluso frente a la molicie y el arrase.
¡Todo por haber cursado la carrera a trompicones y de panzazo!
Ni todos son neoliberales, ni todos son porfiristas. Cada etapa de nuestra historia tiene una explicación que no se puede confundir a base de ignorancia supina. ¡Y todo por haber cursado la carrera a trompicones y pasarla de panzazo!
¿Qué habremos hecho para soportar a este cateto?
¿Qué cree usted?
Índice Flamígero: En una entrevista televisada, la primera que concedió como Presidente de la República, AMLO definió a quienes ve como opositores: “Se presentan como gente avanzada, pues no, son conservadores porque no quieren que haya cambios, y hay conservadores de derecha y conservadores de izquierda”, dijo López Obrador en el programa La Silla Roja, por El Financiero. El mandatario detalló que existen personas de la izquierda extrema que no están de acuerdo con las acciones de su gobierno. “Considero que quieren que se mantenga el mismo régimen, parece una contradicción, mantener el mismo régimen de opresión y cambiar la realidad, hay mucha gente que vive de administrar la tragedia”. AMLO continuó al decir que algunos de sus adversarios pueden ser “muy buenos para el análisis de la realidad, pero no se proponen transformar la misma, se da tanto en la derecha como en la izquierda”. “Nuestro planteamiento es decir que es una realidad de injusticia y de corrupción pero la tenemos que transformar y no regodearnos con la tragedia, por ejemplo, ahora cuántos están apostando a que fracasemos, se frotan las manos y dicen ‘¿cuál cambio?’”. López Obrador agregó que opta por el término de conservador y no por el de oligarca, porque las dos corrientes de pensamiento que han existido siempre han sido: conservadurismo y liberalismo.
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