Claudia Rodríguez
El principal problema de la corrupción en las esferas públicas con amarres de las privadas, es que genera en primera instancia desigualdad e inequidad. Pocos tienen mucho y muchos nada, o bien si llegan a tener algo, son deudas impagables.
La corrupción está catalogada como un delito grave a nivel internacional, porque frena el desarrollo económico y social en las sociedades en donde está inserta.
Cuando las áreas de la educación, la salud, la justicia, la democracia, la prosperidad y el desarrollo fallan en conjunto; de manera inequívoca los arremete el fantasma de la corrupción.
En México, no sólo hoy en día, sino desde hace décadas, sexenios; tenemos justo un catálogo no sólo de gobernantes, sino también de funcionarios quienes llevan la etiqueta del atraco al pueblo, impresa en la piel.
¿Con que autoridad o calidad moral simplemente, un corrupto puede emprender una campaña nacional anticorrupción?
Es el caso del presidente Enrique Peña Nieto y sus huestes que llevan hacia adelante una ley para castigar los crímenes sobre el uso de los recursos de la nación para beneficio personal, pero él mismo tiene señalamientos serios sobre el uso y abuso del poder.
Casi cualquier gobernante o presidente municipal, tiene cola que le pisen en cuestión de enriquecimiento ilícito. Hay comunidades en México tan pobres que da tristeza, mientras sus gobernantes resaltan por la desigualdad económica que enseñorean con los que dizque gobiernan, porque más bien usan para su arrogancia y envilecimiento.
En México, ya tenemos sí, un Sistema Nacional Anticorrupción, aún acéfalo de fiscal porque las fuerzas corruptas no se ponen de acuerdo en cómo nombrar a alguien que les permite seguir haciendo lo suyo y más aún, en tiempos electorales en donde se requieren desviar recursos desde todas las áreas públicas posibles, para hacer campaña electoral.
La corrupción no somos todos, pero hasta el que no tiene ni un peso aqueja.
Acta Divina… “En corrupción nadie puede tirar la primera piedra: Enrique Peña Nieto, presidente de México.
Para advertir… Tal vez otros sí, Peña Nieto no.
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