C O N T R A P O D E R
JUAN ANTONIO TORRES
Las elecciones ya son historia.
Como en toda batalla, hay ganadores y por supuesto, perdedores.
Los comicios del pasado 6 de junio, han dejado a la luz de los hechos, una ganadora, contra todo y contra todos:
María Eugenia Campos Galván, la ex alcaldesa de la ciudad de Chihuahua, quien resistió a bayoneta calada la persecución y el acoso, del jefe del Ejecutivo.
El gran perdedor, sin duda, lo es, el jefe del Ejecutivo estatal, Javier Corral Jurado, quien nunca pudo domarla, nunca pudo arrinconarla, con todos los señalamientos graves que le imputó que le valieron que fuera vinculada a proceso penal, que nunca se llevó a efecto.
La ex alcaldesa, lo debo de reconocer, nunca bajó la guardia, nunca le demostró miedo a su feroz verdugo, el mandatario de Chihuahua, quien quería su cabeza como un trofeo de guerra, antes de que se extinguiera su mandato el próximo 3 de septiembre, para salir por la puerta grande, ante los ojos de propios y extraños como un adalid justiciero.
Pero para su mala suerte, no lo logró, y ahora tendrá que atenerse a las consecuencias de sus actos, después de que deje el encargo para el que fue postulado por cinco años.
Maru Campos, ha sido por demás cautelosa en torno a cobrar viejas afrentas, a su feroz inquisidor.
En varias entrevistas que le han hecho, ha reiterado que “Javier Corral, no es prioridad, ya que existen otros problemas que requieren una mayor atención”…
Sabe que la venganza se debe cobrar en un plato bien frío.
Desde esta tribuna, debo de reconocerlo, ejercimos una dura crítica, no solo contra la hoy gobernadora electa, sino también hicimos duros señalamientos contra el candidato perdedor de Morena, Juan Carlos Loera de la Rosa, y por supuesto también en contra del mandatario estatal de Chihuahua.
A ninguno de estos tres personajes, le anduvimos haciendo caravana para que nos aceptaran como parte de sus “asesores” de campaña.
Ni buscamos tomarnos la foto con ninguno de los candidatos punteros rumbo a la gubernatura.
Tratamos de hacer nuestro trabajo bajo un estricto rigor periodístico. Si lo logramos o no, ya será cuestión de enfoques.
Hoy, el tiempo y las circunstancias han puesto a cada quien en su lugar.
Campos Galván, contra todo lo que se le pueda imputar, le demostró a sus detractores abiertos y emboscados, que la ciudadanía estaba de su lado, y que pese a todo lo que se dijo en su contra desde el palacio de gobierno, el tejido social, le brindo su voto de confianza.
En una sola palabra, le creyó su narrativa, y por otro lado, le dieron la espalda a un mandatario que les había prometido demasiado y que a la luz de la terca realidad, les había quedado muy mal.
Había sido, como luego se dice, solo “jarabe de pico”: es decir puro rollo, y pocos, exiguos resultados en los principales rubros de la administración del “Triste Amanecer”.
De acuerdo a datos del Instituto Estatal Electoral de Chihuahua, Campos Galván, le ganó por más de 140 mil sufragios al abanderado de Morena, Juan Carlos Loera de la Rosa.
O sea, por poco más de 14 puntos porcentuales.
En este contexto de datos fríos, la ex alcaldesa de Chihuahua, obtuvo el triunfo en la capital del estado, y otros 49 municipios de los 67 que conforman la geografía política de Chihuahua.
Loera hizo lo propio en 9 municipios, entre los que figuran, además de Juárez, Praxedis G. Guerrero, Casas Grandes, Nuevo Casas Grandes, Chinipas, Guachochi, Ignacio Zaragoza, Maguarichi y Ocampo.
El candidato de Movimiento Ciudadano, Alfredo “El caballo” Lozoya, quien quedó en el tercer lugar de los comicios, como lo anticipamos desde hace un buen rato, además de ganar en su natal, Parral, lo hizo en San Francisco del Oro, Santa Bárbara, Valle de Zaragoza y Urique.
Para los que creyeron que se había derrotado el fantasma del abstencionismo, el pasado 6 de junio, déjeme decirles, que no fue así, porqué apenas, sufragó un 47.2% del padrón electoral.
La abanderada del PRI, Graciela Ortiz González, quien se ubicó en el cuarto lugar de las elecciones, logró ganar en los municipios serranos de Batopilas, la tierra del fundador del PAN, Manuel Gómez Morín, Balleza y Guadalupe y Calvo.
A una semana de efectuados los comicios, debemos de dar gracias a Dios, que no se dieron atentados contra ningún candidato en todo el entorno estatal, porque había visos de que algo podía suceder. No fue así, que bueno.
Ya de violencia, la ciudadanía está harta.
Y más en una entidad como Chihuahua, que ha figurado entre las cuatro entidades más violentas del territorio nacional.
La historia la escriben los triunfadores y desde este espacio, más allá de los errores, de las acusaciones verdaderas o falsas que se le hayan imputado a la hoy gobernadora electa de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, desde este espacio, le deseamos el mejor de los éxitos, y toda la suerte del mundo, porque cuantos de sus antecesores han pasado a la historia como verdaderos fiascos por sus resultados, sino ahí están los regímenes de Javier Corral y de Reyes Baeza, a guisa de ejemplos.
Que se cuide, Maru Campos, porqué faltan por lo menos, dos meses y medio para que reciba la estafeta que la acredite como la nueva titular de la Primera Magistratura de Chihuahua, en ese inter pueden ocurrir muchas cosas. Y sino que se vea en el espejo, de la gobernadora electa de Puebla, Martha Ericka Alonso, quien sufrió un misterioso accidente que la privo de la vida, cuando viajaba en compañía de su esposo, Rafael Moreno Valle, el 24 de diciembre del 2018, rumbo a la Ciudad de México, al caerse el helicóptero en el que viajaban ambos. Eso permitió que se convocaran a nuevos comicios extraordinarios, en los que MORENA, el partido de AMLO, recuperaría el poder para las huestes del partido guinda, y obvio, para Luis Miguel Barbosa, el hoy titular del Ejecutivo estatal en Puebla…
En palacio de gobierno, despacha un sujeto por demás rencoroso, traidor que puede hacer muchas cosas, con tal de que no llegue a sustituirlo. ¡Cuidado, mucho cuidado!!
POSDATA:
Que lamentable que Juan Carlos Loera de la Rosa, acuse a Maru Campos de haber rebasado los topes de los gastos de campaña, como si él y sus corifeos, no hubieran gastado millonadas de pesos.
Da risa, da pena ajena, que no tenga mejores argumentos para no soportar que la ex alcaldesa de Chihuahua, era una mejor candidata que él. Más allá de las acusaciones por el asunto de la nómina secreta y Cesar Duarte, Loera de la Rosa, fue un pésimo abanderado, un sujeto rapaz, vulgar, soberbio, que no podía articular la lengua con el cerebro, cuando se atrevía a dar sus discursos que no vendían, no prendían a nadie. Tarde, muy tarde, AMLO y el líder nacional de MORENA, se dieron cuenta, que si Cruz Pérez Cuéllar, hubiera sido el candidato otro gallo les hubiera cantado, con todo y las acusaciones que podrían haber venido de Javier Corral, como las que hizo contra Campos Galván, y no hicieron el efecto deseado para el todavía gobernador de Chihuahua, de tirarla de la campaña.
A Loera solo le queda seguir cobrando como diputado federal el mes de junio, julio y agosto y se le acabo el vuelo.
Ya lo dice el viejo y sabio proverbio:
“Lo que natura non da, Salamanca no lo compra”…
Y esto le queda como anillo al dedo a Loera de la Rosa.
Que no se queje, que de la campaña, le quedaron muchos, muchos billetes para olvidarse de la madriza que le propino una mujer….con muchos ovarios y mucho mas oficio…..