Pablo Gato
No es ningún secreto que la religión juega un papel fundamental en la vida en los EEUU. Hay Iglesias por todas partes y la religión incluso tiene una presencia diaria en las actividades del mismo gobierno.
Es muy normal que antes de un acto oficial, por ejemplo, haya una oración a pesar de que en teoría EEUU es un estado aconfesional. Los políticos hacen constante referencia a Dios, la religión y la biblia en sus discursos e incluso justifican sus acciones en base a lo que ellos interpretan son mensajes de la biblia. Los mismos billetes de los EEUU marcan “Confiamos en Dios”.
EEUU es un país con 340 millones de personas y con todo tipo de religiones y creencias, pero sin duda la mayoría son los cristianos de diferentes denominaciones. Concretamente, EEUU tiene 206 millones de cristianos. Los cristianos y en especial los evangelistas tienen un enorme poder político. Apoyaron decisivamente a Trump.
Los evangélicos tienden a votar al partido republicano. Dicho, esto ¿cómo se entiende que un país y un partido republicano tan sumido en la religión y el cristianismo votan por una ley que recorta en un billón de dólares (trillion en inglés) la asistencia para los más pobres y desfavorecidos del país para dar ese dinero mayormente a los más ricos en recortes de impuestos?
¿Es ese el mensaje que leen en la biblia? ¿Quitar a los pobres para dar a los ricos? ¿En qué biblia se ordena eso? ¿Me perdí ese día la clase de religión?
La ley de Trump quita la asistencia social a doce millones de pobres y millones de personas perderán sus seguros médicos.
¿Cómo puede votar un cristiano por una ley semejante? O sea al revés que Robin Hood. En vez de robar a los ricos para dárselo a los pobres, quitar el dinero a los pobres para dárselo a los ricos.
Es algo que me llama poderosamente la atención en este país.
Ver toda esa presencia religiosa y al mismo tiempo leyes que se ceban con los más desfavorecidos, los más vulnerables y los que menos tienen. No entiendo qué valor cristiano puede defender eso. Si no recuerdo mal, Jesús más bien expulso a los mercaderes del Templo más que quitar dinero a los pobres para dárselo a los mercaderes. Los más ricos ya tienen mucho dinero. Si tienes que escoger entre que tengan aún más dinero o ayudar a los pobres, ¿eliges dar más dinero a los que quizás ya ni saben qué hacer con su dinero?
Realmente inédito. ¿De qué estamos hablando entonces? ¿Pura hipocresía? ¿Promulgar el cristianismo pero no serlo en realidad?
Sin embargo, y al mismo tiempo, no cabe duda de la gran labor comunitaria que hacen las Iglesias. Ayudan mucho. Sin ir más lejos, Caridades Católicas es la organización que más ayuda humanitaria da en EEUU y solo por debajo del gobierno federal.
También hay una larga lista de organizaciones sin ánimo de lucro que ayudan a los más pobres.
En mi opinión, la explicación es que los políticos básicamente hacen lo que quieren. Si preguntas uno a uno a los cristianos seguramente rechazaran quitar ese dinero destinado a los pobres para dárselo a los ricos.
Sin embargo, los políticos que se dan tantos golpes de pecho proclamando al mundo y a sus votantes lo muy cristianos que son, a la hora de la verdad se pliegan ante los intereses de los más poderosos y se olvidan rápidamente de los menos favorecidos.
Esos más de 200 millones de cristianos también son responsables de la aprobación de leyes como esta porque permiten que algo así ocurra.
Tienen el poder del voto para impedirlo, pero se permite. Se aprueba una ley que elimina una cantidad enorme de ayuda para los pobres, pero no hay ninguna movilización significativa de grupos religiosos para evitarlo o expresar su oposición.
Contrastes americanos.
El congreso aprueba la ley de presupuesto de Trump.
Los republicanos afirman que eso es lo que votó el pueblo en las últimas elecciones. Los demócratas responden que será desastrosa para la clase media y los pobres y fantástica para los ricos. La ley recorta un billón de dólares (trillion en inglés) en servicios sociales a los más pobres. Podría provocar que 12 millones de personas pierdan su seguro médico. Aumenta la deuda del país en 3,5 billones de dólares (trillion) y da casi 4 billones en recortes de impuestos, la mayoría de los cuales van a los más ricos. Durante la campaña Trump prometió que no recortaría esa asistencia social del Medicaid y que eliminaría la deuda.