Desde Filomeno Mata 8
Mouris Salloum George*
El 28 de abril de 1969 cayó el ídolo: Charles de Gaulle abandonó la morada presidencial de París.
El héroe de la resistencia contra la barbarie nazi y promulgador de la Constitución que dio vida a la Quinta República de Francia, expuso su mandato en un referéndum: Perdió.
Con un protagonismo aldeano, los que en México conmemoran el movimiento del 68 no reparan en que la caída de De Gaulle ocurrió 11 meses después del Mayo de París.
Fenómeno político de alcance histórico, lo que revela es que existen estados emocionales colectivos ante los cuales no se puede exponer la investidura presidencial.
Vale el ejercicio memorioso de cara a la confirmación de que el Presidente electo se expondrá a la revocación de mandato a mitad de sexenio.
De resultar negativo el resultado del ensayo, ¿qué será de la cuarta transformación de México?
Lo que deseamos establecer es -si de lo que se trata es de restaurar el orden institucional-, lo que requiere el mando del Estado es sujetarse al control constitucional, asignatura a la que se ha resistido la presidencia imperial.
No bastan las figuras de juicio político o la controversia constitucional establecida ésta para dirimir conflicto entre poderes; sobre todo si, en el primer caso -juicio político- la Cámara de Diputados ha optado sistemáticamente por la ley del embudo.
En orden de jerarquías, la Suprema Corte de Justicia de la Nación es el Tribunal Constitucional por excelencia. Las reformas a la Carta fundamental, sin embargo, han dejado en el limbo su facultad de investigación de casos específicos.
Es cierto que, para todo efecto práctico, la Corte estaba privada de capacidad de coerción o ejecución, pero no es asunto baladí que sus conclusiones tendrían al menos un valor persuasivo moral y políticamente.
Es la Corte el punto: En su galería de presidentes está el retrato de Juárez, aquél que, como gobernador de Oaxaca emplazó: Los funcionarios no pueden disponer de las rentas bajo su responsabilidad a impulsos de una voluntad caprichosa; no pueden amasar fortunas ni entregarse al ocio y la disipación.
Juárez es emblema de la cuarta transformación.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.