En tiempos previos a la época del neoliberalismo y de la Cuarta Transformación de la Nación, los agentes del ministerio público y/o fiscales, en defensa de los intereses de México, mantenían una línea protectora de la tradición. No podían, ni los obligaban a olvidar todo aquello que constituyera la comisión de un delito, aunque fueran perseguibles de oficio o por querella; el lavado de dinero, la corrupción, el enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias, narco-política, contra la administración de justicia y un largo etcétera eran investigados y sancionados. Pero todo ello ha cambiado notablemente. Para desgracia de la justicia y de la Patria.
La tendencia habitual de los procuradores e impartidores de justicia de proveerla e impartirla se encuentra paralizada. No quieren contrariar al Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, no quieren separarse de los actos de corrupción que permean a sus instituciones. Hay que proteger la inmundicia. Se niegan a emprender acciones de sanidad, aunque la convivencia con la narco-política delincuencial sea verdaderamente lastimosa para México.
Un día durante el neoliberalismo se inició la corrupción derivada de la narco-política y dado ello, apareció en la Procuraduría General de la República una denuncia con demostrativas de responsabilidad, en la que señalaba directamente al funcionario responsable de ello, solicitando urgentemente su investigación por esa conducta deleznable.
Es urgentísimo indagarlas – en aquél entonces se decía-. También se expresaba que en México se daba inicio a ese execrable fenómeno y tenía que ser investigado inmediatamente para que no se perdiera la credibilidad en las instituciones nacionales de procuración e impartición de justicia.
La inconsistente reacción de varios procuradores de la era del neoliberalismo fue irracional. No hay que preocuparse. Vamos a ver que se puede hacer para encubrir al delincuente. Decían uno, otro y otro procurador general de la Federación. En cualquier caso, que se agreguen las peticiones de justicia al expediente para ser acordadas en el momento procesal adecuado.
Las autoridades del neoliberalismo y de la Cuarta Transformación de la Nación desestimaron aquellos y desestiman éstos esa investigación tan indispensable para la Patria. Hoy todavía se dice que no hay urgencia alguna para ello y que México puede vivir conviviendo con la narco-política.
Es cuánto.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho Penal
del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C..