Claudia Rodríguez
Tras el sismo del 19 de septiembre de este 2017, apenas unos segundos, unos minutos después; la confusión y el miedo para muchos millones quienes sentimos la tremenda sacudida y vaivén. Para otros cientos más, el derrumbe de sus edificaciones y en consecuencia vecinos y transeúntes al intento inmediato del rescate de quienes hubieran quedado atrapados.
Las televisoras todas y algunas radiodifusoras, iniciaron a pocos minutos del sismo a reseñar lo que el movimiento telúrico dejó en emergencias, y daba la impresión de que la Ciudad de México (CDMX) estaba en pleno caos.
Abonó a tal situación de percepción, el que por obvias razones, el desalojo de edificaciones, entre estos sitios de empleo; el tránsito vehicular se volviera un caos.
Sin minimizar la terrible desgracia sobre todo de quienes perdieron la vida y los inmuebles devastados en la ciudad capital, la verdad es que la ciudad y también zonas aledañas resistieron y se mantuvo en pie, lo que tiene significancia en el resguardo de vidas.
A menos de una hora del movimiento telúrico, las autoridades capitalinas ya eran absorbidas de igual forma por los medios de comunicación, por la Televisión en particular, para dar los pormenores de lo que había sucedido y cómo se resolvería; pero era obvio que lo que requería ante todo el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, era detectar puntualmente las zonas de emergencia y coordinar la ayuda.
A pocas horas intervino por fortuna, también la autoridad federal y en los edificios derrumbados, bomberos y militares arribaron a coordinar a quienes ya trabajaban desde los primeros minutos del sismo, en el auxilio de quienes hubieran quedado sepultados.
La Televisión reaccionó hasta casi 12 horas después, de que más allá de reseñar la tragedia de manera puntual y el dolor ajeno; debían de ser vehículo para coordinar públicamente la ayuda que la sociedad de manera desbocada ofrecía, porque ya para ese momento las autoridades habían logrado implementar una coordinación horizontal.
Entendieron que si en las primeras horas se obnubiló las tareas realizadas por el Gobierno de la Ciudad de México, lo que requerían en horas y días posteriores, era una coordinación horizontal en pleno de todos los poderes.
Sobre todo lo anterior, porque al momento de escribir estas líneas, la emergencia no termina, aún hay personas atrapadas bajo los escombros, inmuebles que requerirán ser demolidas por peligrosas y seguir avanzando en la protección civil, porque nunca debemos olvidar que muchas regiones del país, son zonas sísmicas.
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