Si alguna idea emparenta los objetivos de gobernantes panistas y priístas del presente siglo, es la obsesión de prolongar transexenalmente los trastupijes. No es el caso de los contratos de servicios profesionales multianuales, ni los presupuestos que no alcanzan consensos ni mayorías en las cámaras y deben prorrogarse en sus efectos.
No. Se trata de algo mucho mayor. La corrupción transexenal que quiere volver por sus reales, con los casos de las rondas petroleras, el Mega Aeropuerto, la deshonesta adjudicación de la red compartida, las concesiones de termoeléctricas al SME, la venta sostenida de plazas a narcotraficantes y hasta las evaluaciones de la fracasada reforma educativa.
Por si a alguien le quedara alguna duda sobre los principios perniciosos de la corrupción transexenal, basta citar un caso que desnuda la complicidad y la misma frecuencia en la rapiña de tricolores y blanquiazules, que creen llegaron para quedarse. El Caso Oceanografía lo demostró a los cuatro vientos.
Desde Fox, contratos enormes a Oceanografía
La empresa que, según los mismos funcionarios de Pemex, “contaba con la flota más versátil, moderna y equipada de embarcaciones para la industria petrolera en la República mexicana”, obtuvo del 2000 al 2012 dieciséis contratos que le reportaron una ganancia de 46,000 millones de pesos. El primer año del desastre toluquita, 2013, obtuvo 6 contratos por 3,000 millones de pesos.
Presionados por una deuda al Citi Group, Oceanografía fue asegurada por los mastines de la PGR del sedicente abogado Murillo Karam por presunto fraude y lavado de dinero. No era para menos: todas las investigaciones periodísticas señalaban a Martha Sahagún, la mitad más ambiciosa de aquella pareja presidencial, como la que mandaba desde el año 2000 en la paraestatal, y la que había decidido que le asignaran contratos transexenales a Oceanografía y a sus badulaques hijos, quienes nunca pudieron capitalizar esa oportunidad.
La SHCP se presta a un barrido y a un trapeado
Obviamente, las investigaciones judiciales del sagaz Murillo Karam, que nunca pudo acreditar su título profesional –igualito que su paisano Oso…rio Chong–, menos la razón que le había dado la titularidad toluquita de la PGR, fracasaron en toda la línea, igual que lo de la persecución a El Basuritas, porque no era conveniente levantar todas las faldas, incluso la de la dama del rebozo arrastrado.
Además, la potencia empresarial de la empresa del bribón Amado Yáñez, fue elevada a la máxima expresión por un bandido de siete suelas, Francisco Gil Díaz, contratado por El alto vacío Vicente Fox –la otra mitad criminal de aquella pareja presidencial– como titular de la SHCP, dependencia que siempre se ha prestado para un barrido y un trapeado los últimos 16 años de la “transición democrática”.
Gil Díaz y parentela, atracadores “petroleros”
Sucede que Francisco Gil Díaz, hoy todavía presidente de Telefónica Móvil, husmeaba en todas aquéllas empresas emproblemadas financieramente y, de inmediato, les concedía facilidades, contratos, exenciones, préstamos fiscales para sacarlas airosas de cualquier obligación constitucional con el gobiernito… ¡y hacía el milagro!
A cambio, exigía que su hijo y sus sobrinos carnales, Gonzalo Gil White, Martín Díaz Álvarez, Juan José Suárez Coppel y Alfredo Coppel Salcido se hicieran acreedores del diez por ciento de las acciones de cada empresa e ingresaran de pleno derecho a la cabeza de sus Consejos de Administración fraudulentos.
Así fue como Juan José Suárez Coppel y su socio Luis Ramírez Corzo, directores de Pemex, secretarios de Energía, de Hacienda y Crédito Público y ex Presidentes de la República ingresaron al salón de la fama de las grandes ligas de la corrupción institucionalizada y transexenal.
Martín Díaz Álvarez manejó el Consejo de Administración de Oceanografía, Alfredo Coppel Salcido, el de la empresa Global Drilling Fluids de México, Gonzalo Gil White, la prestadora de servicios Oro Negro y el de Navix, S.A., Sofome fundada para la extorsión, el factoraje y el contratismo desaforado. Así fue como las fantasmales empresas Grupo Gasolinero Mexicano…
… Caja Libertad, Casinos Bing Bola y todas las lavanderías de dinero utilizadas por órdenes de Francisco Gil Díaz sirvieron a los mismos propósitos de descobijar a Pemex… y a la CFE.
Lozoyita, cómplice de foxistas y calderonistas
Y Emilio Lozoyita, cuando compareció en la Cámara de Diputados para responder sobre los casos de corrupción, fraude y lavado de dinero en Oceanografía, hizo aquella infame expresión hamponesca: “Oceanografía no causó ninguna pérdida a Pemex”, mientras que en abierta contradicción, el titular del Órgano Interno de Control declaraba que “ya se habían recuperado 355 millones por incumplimiento de contratos”.
Cuando fué público y notorio que Carlos Arnoldo Morales, socio y protegido de la familia Mouriño, desde los primeros negocios navieros en Campeche, y su palafrenero Adán Ernesto Oviedo Pérez –hoy socios del neopetrolero Alberto Bailleres en los negocios de las rondas petroleras–, habían llegado a traicionar a la misma patria.
Calderón – Mouriño – Nava, también en el “bisnes”
Validos de las exenciones y facilidades de Francisco Gil Díaz, la empresa personal de Carlos Arnoldo Morales, Compañía Mexicana de Exploraciones, entregó a los empresarios petroleros texanos toda la información de la paraestatal sobre depósitos y suelos en aguas profundas.
Cuando todos sabíamos que los estudios respectivos se los habían cobrado a Pemex, mediante facturas valuadas en 60 mil millones “de aquellos” pesos. Para premiar la valentía de Carlos Arnoldo Morales, el beodo Calderón Hinojosa lo hizo responsable del manejo y control de todas las plataformas marítimas de Pemex en la sonda de Campeche y sus alrededores. Para que se pudiera robar mejor.
Tanto las operaciones de la Compañía Mexicana de Exploraciones, como las de Oceanografía, fueron respaldadas por recomendacione$ de Felipe Calderón Hinojosa, secretario de Energía de Fox; por su jefe de asesores, Juan Camilo Mouriño, y por César Nava, después habilitado líder panista, yerno de Cecilia Romero, que hizo un negocio transnacional del asesinato de migrantes centroamericanos del macabro tren “La Bestia”.
PRI – PAN: afán de enriquecimiento inaudito
¡Y todavía se espantan de que los índices internacionales de corrupción señalen a México a la cabeza de los países de la OCDE y como uno de los países más corruptos del mundo (el número 17, entre 20)! Ochenta y seis lugares adelante que sus socios comerciales Canadá y Estados Unidos en el TLCAN. Números que han sostenido a viento y marea desde que inició el llamado sexenio peñanietista.
La corrupción transexenal es el sello distintivo de la casa PRI – PAN en el gobierno del Siglo XXI. Todo lo quieren perpetuar por dos razones: no han iniciado ningún programa y su afán de enriquecimiento es inaudito, no les alcanzan seis años, son insuficientes para su pantagruélica voracidad de fondos públicos, de cachos de soberanía geográfica y nacional.
Las maleta$ para la SEP, ¿también transexenales?
Y ahora, el infame niño ñoño Nuño pretende que los negocios de las evaluaciones de la fracasada reforma educativa se transexenalicen, porque, usted sabe, no alcanzan a cubrir los requisitos de las evaluadoras transnacionales.
Siguen en la lista de espera de fraudes transexenales el tren bala a Querétaro, los codiciados terrenos del faraónico e ilusorio Mega Aeropuerto Internacional, la rapiña a campo abierto de la red compartida, la venta de plazas regionales a narcotraficantes y todos los pendientes derivados de las reformas estructurales del toluquismo depredador.
Hasta que tope. Hasta que acaben con el país. Hasta que no quede piedra sobre piedra.
¿Lo permitiremos los mexicanos?
¿Usted qué cree?
Índice Flamígero: Escribe Guillermo Vidal, comentando el texto intitulado Cienfuegos y EPN, como “El Gordo y el Flaco” que usted leyó aquí hace dos días: “Los políticos, militares y el gabinete de seguridad saben, con coordenadas satelitales, la ubicación de los principales capos de la droga. Donde viven y trafican. No necesitan retenes para detenerlos. Las últimas noticias de que encontraron a niños sin órganos internos en un tráiler es parte de una estrategia para que los militares sean de nuevo considerados héroes y salvadores. Todo parte de una campaña para acotar las libertades de la ciudadanía y puedan actuar en contra de quien atente contra la mafia en el poder. (La foto de los niños sin órganos mostrada al público es de Medio Oriente, resultado de un bombardeo químico. Vean el rigor mortis de los niños y su pigmentación). Y sí, tiene usted razón: la parodia presentada entre Cienfuegos y el Títere tiene como productores a gente de Televisa, el formato es de telenovela barata. Pero le diré algo para su tranquilidad, estos individuos están defecándose de miedo, ya que saben que vienen vientos de cambio. Y su exposición es cuestión de pocos meses. La purga en USA es Real y Profunda, y no van a seguir permitiendo el tráfico de drogas. Ellos lo saben y nosotros también. Aviones y submarinos con droga desde Afganistán, Indonesia, Filipinas, Colombia y Perú están siendo derribados ya. Barcos y submarinos hundidos. La captura del Chapo fue para evitar despepitara. El secuestro de su hijo y la advertencia a su familia fue orquestada desde el poder oculto. Todo es parte de su estrategia para sobrevivir y retrasar el proceso de su caída, más es ya inevitable.” + + + Bajo el título “El Efecto Tequila”, don Alfredo Álvarez Barrón se conduele –como también lo hace el escribidor– del fallecimiento de “Betsy Pecanins (1954-2016), la mejor cantante de blues en español de éste mundo (y del otro también, seguramente), quien nos deja como legado una serie de discos que hoy son considerados objetos de culto. Sus versiones blueseras a algunas canciones de mi tocayito José Alfredo, esas que hasta a los hombres hacen llorar, son, por decir lo menos, verdaderamente desgarradoras.” El Poeta del Nopal, por su parte, le dedica su epigrama: “Revise, señor cartero, / hasta el fondo del morral, / un hijo de tal por cual / ha olvidado que lo quiero; / hoy sufro y me desespero / por males del corazón / y aprovecho la ocasión / para compartir mi drama, / si no trae usted pijama / ¡yo le presto un camisón!” Y explica: “El sencillo epigrama surgió de manera espontánea, como todo lo que escribo, y está basado en una de sus canciones más emblemáticas: Cartero, escrita por Guillermo Briseño, e imprescindible en cada una de sus presentaciones en vivo. Descanse en paz.”
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