CIUDAD DE MÉXICO.- El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) en un balance del cierre del año, presentaron una evaluación sobre la coyuntura económica de México, desde la perspectiva de la gestión financiera de las empresas y algunas reflexiones para el 2022.
Desde el año 2019, la inversión mostró una importante caída y se registró un crecimiento económico negativo, principalmente por el ambiente general de incertidumbre para el impulso de proyectos de inversión productiva. La situación recesiva se acentuó de manera profunda en el 2020 por el severo impacto de la pandemia del Covid-19.
Durante la segunda mitad del año pasado y el primer semestre del año en curso, la economía nacional registró tasas elevadas de crecimiento, principalmente como consecuencia del “rebote” que se observa en periodos post recesión. Contribuyó también la reanudación de actividades conforme la campaña de vacunación fue avanzando y la mayor demanda externa de productos mexicanos debido al vigor de la reactivación en Estados Unidos.
No obstante, en el tercer trimestre del año el producto interno bruto volvió a contraerse (-0.4% vs el trimestre previo, de acuerdo con la estimación oportuna del INEGI). Los primeros datos respecto al comportamiento de la economía en el cuarto trimestre muestran que la reactivación económica perdió fuerza y la economía ha regresado a un escenario de bajo crecimiento con una demanda interna deprimida.
El Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) mostró una disminución de 0.2% en términos reales en el décimo mes del año en curso respecto al mes previo, al tiempo que el indicador IMEF manufacturero y no manufacturero registraron caídas en el mes de noviembre.
Al cierre del 2021, la economía de México muestra una menor capacidad de crecimiento. La inversión se encuentra en niveles del 2011 y el consumo se ha visto debilitado. Las condiciones de incertidumbre para el desarrollo de proyectos de inversión prevalecen y se han acentuado por diversas medidas de política pública e iniciativas de reformas legales.
Adicionalmente, como resultado de la pandemia, hay un menor número de empresas en el país. De acuerdo con el estudio sobre la demografía de los negocios que produce el INEGI, a julio del año en curso había en nuestro país 4.46 millones de establecimientos, una disminución de 400 mil unidades económicas respecto a las 4.86 millones que se registraron en los censos económicos del 2019.
Por otro lado, el ingreso promedio de los mexicanos se ha reducido. El PIB per cápita es menor y podría recuperarse hasta el año 2026. Adicionalmente, el CONEVAL ha informado que la pobreza ha aumentado. Los Indicadores de pobreza laboral muestran que el porcentaje de la población con ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria aumentó a 39.4% en el primer trimestre del año en curso, respecto al mismo trimestre del año previo. Todo lo anterior reduce el potencial del consumo privado como generador de crecimiento económico.
Para el 2022, vemos 6 temas centrales que incidirán sobre el crecimiento económico:
La efectividad en la campaña de vacunación contra el Covid-19 y de las medidas preventivas (como uso del cubrebocas, distanciamiento social y evitar concentraciones masivas). El impacto de la variante ómicron y la posibilidad de que surjan nuevas variantes seguirá siendo un factor de riesgo para la salud pública y el desempeño económico.
La creación de condiciones suficientes de certidumbre para fomentar la recuperación de la inversión privada. No puede haber desarrollo económico sin crecimiento económico y no habrá crecimiento económico sostenido y suficiente sin la inversión privada. Debe haber un cambio en la narrativa gubernamental respecto a la importancia de la inversión privada como generadora de empleo y acciones claras y contundentes para impulsarla. Debe darse un irrestricto cumplimiento del estado de derecho y respeto a los derechos de propiedad.
El ambiente político y la autonomía de las instituciones. En el 2022 habrá elecciones en seis estados y será el primer año con nuevos liderazgos en el Banco de México y en el INEGI. La preservación de la autonomía de ambas instituciones es fundamental para la mantener la estabilidad económica. Asimismo, hacemos énfasis en la especial importancia de preservar la autonomía del Instituto Nacional Electoral (INE) como pilar de la democracia mexicana.
La estabilidad de las finanzas públicas. La combinación de diversos compromisos de gasto podría generar una presión excesiva sobre las finanzas públicas, entre ellos, los recursos asignados a proyectos de infraestructura de dudosa rentabilidad económica y social, la asignación de recursos al sector de energía, tanto por el rescate de PEMEX como por el impulso a iniciativas estatizadoras tales como la propuesta de reforma constitucional en materia eléctrica, todo ello en un escenario de menor crecimiento económico. La precaria situación de las finanzas públicas podría conducir a su desestabilización o a un mayor endeudamiento público, ya de por si elevado en 51% del PIB.
Una eventual aprobación de las reformas en discusión sobre el sector energético podría tener consecuencias muy negativas y palpables sobre nuestra economía y nuestras variables financieras, produciéndose con una alta probabilidad, el recorte a la calificación soberana, salidas de capital más aceleradas, presiones más marcadas sobre el tipo de cambio y las tasas de interés, así como una nueva recesión en la actividad económica.
La evolución de la inflación y la política monetaria. La inflación ha repuntado a sus mayores niveles en dos décadas, lo que obliga a las autoridades monetarias a adoptar una política monetaria congruente con anclar las expectativas de inflación, lo cual implica continuar con el ciclo de aumentos de las tasas de interés para preservar la estabilidad macroeconómica que tanto trabajo costó alcanzar. Cabe notar que el repunte inflacionario no es exclusivo de México, y en gran parte del mundo se perfila un cambio en la política monetaria hacia posturas menos expansivas, lo que también incidirá sobre la postura monetaria de nuestro banco central. Existe el riesgo de que, si la inflación no comienza a descender con rapidez, la política monetaria tenga que endurecerse más allá de lo previsto, limitando el crecimiento económico en el corto plazo pero preservando el crecimiento potencial de mediano y largo plazo.
La vinculación con Estados Unidos. La evolución de la economía de nuestro principal socio comercial y la demanda por productos mexicanos tendrá un importante impacto sobre el desempeño económico de México, así como las discusiones que puedan darse en el marco del T-MEC. Es imperativo respetar el tratado, sobre todo en materia energética y de inversiones.
Nuestro país debe enfocar su atención hacia el diseño y el despliegue de un nuevo modelo de desarrollo que propicie un crecimiento económico elevado y que sea incluyente Ello requiere de un diálogo franco, abierto y propositivo entre el gobierno, el sector privado, las organizaciones de la sociedad civil, como el IMEF, y el poder legislativo, lo cual es un desafío en el contexto de una sociedad que se encuentra dividida y confrontada.
Desde el IMEF, hacemos un decidido exhorto para que el 2022 sea un año de diálogo y reconciliación, de encuentro y colaboración entre todos los sectores, donde la única motivación sea el compromiso compartido para lograr un México con mayor estabilidad, inclusión y prosperidad.
AM.MX/fm
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