La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
A pesar de ser un hato de bueyes no lograron la inmunidad de rebaño
Con la pandemia de COVID19, otro de los fenómenos que han salido a flote es la negación de la existencia (o minimización de sus efectos) de la enfermedad, con un variopinto de argumentos que bien podrían definirse como puñeteros.
Bajo este supuesto, muchos ignoran las medidas de sana distancia y se convierten, sin asumirlo, en enemigos del conjunto social.
Estos ‘incrédulos’ personajes postean todo tipo de disparates en las redes sociales, al grado de sugerir que en el IMSS están matando pacientes, por ejemplo. También culpan al empresario Bill Gates, de estar detrás de la dispersión del coronavirus y una serie de hipótesis que eructan ignorancia. En realidad, sólo buscan ‘reventar’ el debate objetivo.
Sería aventurado establecer, en este momento, un patrón de comportamiento en estas manifestaciones, es decir, una sincronización que nos hablara de un movimiento organizado, pero tampoco se puede descartar a priori.
No debemos olvidar que, en su momento, el VIH-sida desató campañas homofóbicas a escala planetaria, algo debe latir en el corazoncito de estos resentidos.
Hay que seguirlos a Brasilia, Washington o Moscú, hasta saber quién lleva el cencerro de este siniestro rebaño.