Redacción
NoticiasMX.- Los asesinatos esta semana de nueve miembros de una prominente familia mormona mexicano-estadounidense, incluidos gemelos de ocho meses y otros cuatro niños, por presuntos cárteles en el norte de México fueron un claro recordatorio del desafío de seguridad que enfrenta el presidente Andrés Manuel López Obrador, señaló el Financial Times.
La masacre, que dejó al País en estado de shock, se produjo apenas tres semanas después de que México falló el arresto de uno de los hijos del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán.
La captura y liberación de Ovidio Guzmán en octubre resultó ser un fiasco en el que el Cártel de Sinaloa asedió la capital del estado de Culiacán durante horas, superando a las fuerzas de seguridad mexicanas, señaló la publicación.
“Si el cártel de Sinaloa hizo eso, imagínense lo que podría hacer el Cártel de Nueva Generación de Jalisco“, dijo un director ejecutivo de Guadalajara, refiriéndose al grupo criminal más agresivo de México.
El diario indicó que, a pesar de los llamados a responder de manera más agresiva, López Obrador no ha estado dispuesto a cambiar el rumbo de la seguridad.
Después del ataque contra la familia mormona, y a pesar de la evidencia que señala lo contrario, afirmó que México había “podido detener la escalada de violencia”.
El diario recordó que durante su campaña electoral, López Obrador prometió romper con la postura de sus predecesores y pacificar a un país que sufre tasas récord de homicidios. Prometió sacar a los soldados de las calles y abordar las causas profundas del crimen.
El Mandatario, refiere la publicación, ha desechado las fuerzas policiales, reemplazándolas con una Guardia Nacional bajo el mando militar.
Su autodenominada estrategia de “abrazos, no balazos” también ha incluido programas de becas para jóvenes. Ha instado a los miembros del cártel a “pensar en sus madres”.
“Nuestra estrategia está yendo muy bien porque estamos lidiando con las causas que conducen a la violencia”, dijo el mes pasado después del fiasco de Guzmán.
Sin embargo, hay indicios de que la opinión pública está empezando a dudar de que el Presidente pueda ofrecer algo más que palabras de consuelo.
Por ahora, el Presidente goza de un 73 por ciento de popularidad. Los expertos ven dos razones para ello: 23 millones de mexicanos tienen más efectivo, gracias a los programas estatales, y el dominio de las comunicaciones del Presidente, ayudado por una oposición sin vida, le ha permitido llevar los reveses al éxito.
Pero la aprobación de López Obrador ha disminuido desde un pico del 81 por ciento en febrero, según la encuesta de Oraculus.
Y una encuesta realizada esta semana en el periódico Reforma, encontró que el 60 por ciento pensaba que la estrategia de seguridad estaba fallando, frente al 56 por ciento en octubre.
“Anteriormente, las expectativas de la gente apuntalaban su índice de aprobación, y el dinero ayudó”, dijo Jorge Buendía, uno de los encuestadores detrás de Oraculus.
Los críticos en casa son cada vez más vocales. Alex LeBarón, un ex político, criticó la estrategia del Gobierno en Twitter, publicando un video de un vehículo incendiado en el que sus familiares murieron en un área remota donde las autoridades dicen que los cárteles pelean por el territorio.
La situación de seguridad de México también es una fuente de disputa con Estados Unidos. Donald Trump recurrió a Twitter para criticar a su homólogo mexicano esta semana.
“Este es el momento para que México, con la ayuda de Estados Unidos, declare la guerra a los cárteles de la droga y los borre de la faz de la tierra”, escribió Trump el martes.
“Si México necesita o solicita ayuda para limpiar estos monstruos, Estados Unidos está listo, dispuesto y capaz de involucrarse y hacer el trabajo rápida y efectivamente”.
López Obrador ha rechazado la oferta y se ha aferrado a sus armas, pero eso puede no durar.
“Llegará el momento en que la realidad te rebase”, dijo Andrés Rozental, ex subsecretario de Relaciones Exteriores.