Bolivia enfrenta una de sus peores crisis ambientales en años. El departamento de Santa Cruz, la región más grande y poblada del país, está siendo devastado por una serie de incendios forestales que han consumido casi 2 millones de hectáreas. La magnitud de esta tragedia se ha incrementado dramáticamente en las últimas semanas, superando incluso las devastadoras cifras del año 2019.
Una Crisis sin Precedentes
Hasta la fecha, se reportan 27 incendios activos que afectan a 26 de los 56 municipios del departamento. La región de la Chiquitania es la más golpeada por las llamas, avivadas por una combinación mortal de sequía extrema y vientos fuertes. Jhonny Rojas, coordinador del Comité de Operaciones de Emergencia Departamental de Santa Cruz (COED), ha señalado que la situación actual supera la crisis de incendios del 2019, una de las más graves en la historia reciente del país.
Respuesta de Emergencia y Esfuerzos Insuficientes
El gobierno central ha desplegado recursos significativos para combatir los incendios, incluyendo un helicóptero Z-9 del Ejército con un sistema Bambi Bucket y una avioneta Cessna de la Fuerza Aérea Boliviana. Estos esfuerzos están dirigidos a controlar el fuego en áreas de difícil acceso. A pesar de estos esfuerzos, las llamas continúan su avance, haciendo que las medidas sean insuficientes hasta el momento.
Impacto en la Salud y el Medio Ambiente
El impacto de los incendios va más allá de la destrucción de flora y fauna. La calidad del aire en las zonas afectadas, incluida la ciudad de Santa Cruz, se ha deteriorado significativamente, afectando especialmente a grupos vulnerables como niños, ancianos y personas con enfermedades respiratorias. La situación sigue agravándose, con las llamas devorando cerca de un millón de nuevas hectáreas en los últimos cuatro días.
Incremento en la Fuerza de Trabajo y la Persistencia del Fuego
La respuesta a la crisis ha incluido un aumento en el personal dedicado a la lucha contra los incendios, pasando de 6,446 a 7,229 efectivos. A pesar de estos esfuerzos adicionales, la situación en municipios clave como San Ignacio de Velasco, San Matías, Santa Ana y Concepción sigue siendo crítica, con condiciones que favorecen la propagación de las llamas.
Un Año de Incendios Devastadores
Entre julio y noviembre de 2023, se registraron más de 3.3 millones de hectáreas quemadas en Bolivia, un recordatorio sombrío del impacto devastador de estos incendios. En comparación, el año 2019 fue el más destructivo, con 5.3 millones de hectáreas arrasadas, mientras que en 2022 se quemaron 4.46 millones de hectáreas.
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