Lilia Arellano
“Lo que no nos mata, nos hace más fuertes”: Nietzsche
● Crisis apocalípticas
● Salud, economía, seguridad, política
● Colocan encrucijada a gobernadores
● D. Trump no se reelige ,¿y AMLO?
Ciudad de México, 27 de mayo del 2020.- Se ha mencionado con suficiente claridad lo relacionado con la crisis de salud, recrudecida al principio de este año al conocerse de las deficiencias en ese sector, la escases de medicamentos y, por si fuera poco, la presencia de dos epidemias: sarampión y dengue. Se agregó la pandemia, la cual ha sido erráticamente conducida al hacer prevalecer la estrategia política por encima de la epidemiológica. Se presentó el colapso económico, mismo arrastrado desde el 2019 con perspectivas de llegar a ser tan grave como se ve actualmente y, aún hay más. Lo relacionado con la inseguridad sigue creciendo y al igual que las cifras de las víctimas del COVID-19 mantienen sus intentonas de engaño. Con estas tres parecería ser más que suficiente, sin embargo ya se veía llegar una cuarta, la crisis política. Todo indica no hay conformidad con este panorama y cual cereza del pastel hoy sabemos está en peligro la paz social.
Se preparan distintos frentes y ninguno de ellos resulta tranquilizante. Difícil resulta jerarquizarlos, forman parte muy importante para distintos sectores. Hasta ahora la crisis de salud vista con los reclamos, nuevamente, de los padres de familia de menores con cáncer al no contar con los medicamentos –se recuerda advirtieron en enero las compras garantizaban el suministro solamente por tres meses y ya se cumplieron-, presenta un recrudecimiento inexplicable del gobierno federal. Les hackearon su conferencia virtual, detuvieron a uno de los principales líderes “por no traer tapabocas” y así evitaron se encontrara con el resto de inconformes, ni los ven, ni los oyen y surge otra vez el argumento del cochinero de los que se fueron. En lo referente a la pandemia, se ha convertido en una pesadilla el reporte diario y es visible la permanente contradicción de López Gatell no solo en lo numérico sino en el comportamiento a seguir al obedecer la orden presidencial para reactivarse.
La pandemia y el “anillo al dedo” pusieron al descubierto intenciones hasta entonces no detectadas. El autoritarismo se ha hecho presente y es vista con toda su falsedad la aseveración presidencial de reunirse con su gabinete para recibir la autorización de salir de nuevo a sus giras. Hacia el 20 de abril y en la clásica mañanera, López Gatell custodiado por el tabasqueño, sostuvo sería hacia el 30 de mayo cuando se levantara la encerrona. Es desde entonces que, pasara lo que pasara, se tenían planes y objetivos a cumplir. La insistencia del habitante de Palacio Nacional para abrir los sectores minero, automotriz, metalúrgico y de la construcción tuvo su porqué y no fue una decisión basada en buscar algún bienestar para los mexicanos sino para cumplir con un ordenamiento de Donald Trump, de sus empresarios, y darle vuelta a la hoja de una actividad no detenida en cuanto a la obra pública, con lo cual se violó otra vez la Carta Magna.
Olga Sánchez Cordero, sigue en la misma dinámica con todo y el mentado semáforo. Les advierte a los gobernadores todos deben obedecer al color que dicte la federación porque de otra suerte “todo se volverá un caos”. Nada de eso es cierto. Para empezar el caos ya lo crearon y ahora se ordena cumplir con los colores definidos desde el centro para no crear situaciones embarazosas para el Ejecutivo federal en las entidades a visitar. El próximo martes, por ejemplo, estará en Cancún, en Quintana Roo. Así, empujaron la llegada con felicitaciones públicas al mandatario estatal e inclusive a la alcaldesa Mara Lezama, le dieron el bajón a las cifras, enviaron al Ejército para habilitar dos hospitales, prevén no se presente ninguna manifestación y menos de inconformes. La construcción en esa entidad es una actividad importante solo que, con todas estas prisas y al bote pronto, AMLO no toma en consideración abrió el segmento poblacional mas sensible de ser atacado por la pandemia.
El peligro es mucho mayor en los estados que en la propia capital de la República. En donde se llevan a cabo muchas obras llegan trabajadores de todas partes, de entidades circunvecinas. Viven en donde trabajan de lunes a viernes y el sábado, una vez recibida su “raya”, se dirigen a sus lugares de origen a ver a sus familias y dejar para el gasto. Rentan cuarterías y en un espacio muy reducido habitan hasta cinco de ellos. El precio a pagar semanalmente por un techo no es barato y de ahí compartan el alquiler entre tantos acostumbrados a compartir un solo y ruinoso sanitario entre 10 inquilinos. Quienes viven en el lugar, cuentan con una palapa o cuartucho, reciben agua en tambos, carecen de servicios, etcétera. ¿Cómo pedirles higiene, lavado permanente de manos, etcétera? Pero lo importante para el primer mandatario es dar banderazos, supervisar las obras a las cuales les ha dedicado fortunas, hablar de la creación de dos millones de empleos, no importa si esa cantidad es justamente… de albañiles presumiendo la gran riqueza de su alma.
Seguramente es urgente dejar el confinamiento y, si para el primer mandatario ya resulta difícil de soportar viviendo en Palacio Nacional, con todos los metros cuadrados que tal inmueble tiene, gozando de los patios centrales, del jardín, pudiendo recorrer palmo a palmo cada salón, con todas ls atenciones y servicios a la orden, podemos imaginar la tensión, angustia, presión de quienes habitan en mico-viviendas, son cinco de familia y no han dejado de verse la cara durante casi dos meses. Pero, para todos existe un fin, sobrevivir. Y eso de que los mexicanos no tememos a la muerte, es un dicho aplicado a cualquier habitante del planeta. Ese día, sabemos tiene que llegar, solamente se espera el poder despedirse de sus familias, ser tal vez velado, enterrado y cremado rodeado de la gente con la cual se creció y se vivió y, nada de eso sucede con las víctimas del COVID-19,y a ello se agrega la infame agonía.
Para López Obrador lo que cuenta es el cumplimiento de su voluntad, ir a Veracruz, a Yucatán, a Quintana Roo, programar su llegada a Campeche, Chiapas, a Tabasco, a las entidades en donde ya se tiene por lo menos un par de sucursales del Banco del Bienestar; es también recibir dinero de los impuestos y dedicarlos a la formación de su clientela electoral, como sucede con el destino dado de inmediato a los 8 mil millones de pesos pagados por Wall Mart, o lo que resulte de desfundar los fideicomisos o irse sobre cuentas congeladas o ya de plano darle una gran mordida a las Afores. 30 mil becas para igual número de alumnos a fin de estudiar en el extranjero fue la determinación del cobro a la cadena de tiendas en plena pandemia, con una crisis económica en donde se visualiza hambruna, con millones de desempleados, otros miles de empresas y comercios cerrados y, la cada vez la posibilidad mayor de también perder la vida en un asalto.
No hay pues límite, ninguno. Y, no lo habrá. Ya se ve esa terquedad de dividir a los mexicanos. Apenas anunciaron médicos y enfermeras la creación de un Frente, Frente, no sindicato, enlistando a quienes trabajan en el IMSS, ISSSTE y SS y de la chequera de Hacienda se sacaron un documento por 250 millones de pesos para premiar a 8 mil integrantes de ese sector. ¿Se conformarán con la decisión de quienes resultaron ganadores? ¿Cómo medirán quien o quienes hicieron mejor su trabajo? El chiste es enfrentarlos, que sientan envidia, rabia por no ser los seleccionado y por lo tanto no jalar parejo. Ojalá perciban a tiempo tan perversa intención y no caigan en ese juego.
Pero ya también amenaza Morena, el partido del presidente, con la formación de otros frentes, estos de defensa al partido, a la 4ª Transformación y a Andrés Manuel López Obrador. Los primeros en publicitar tal formación fueron guerrerenses pero, después de 24 horas de haber lanzado el presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Senadores Ricardo Monreal, un llamado a no recurrir a la violencia, a mantener la paz, a procurar el diálogo, sale a los escenarios una de sus homólogas e insta a llevar a cabo estas organizaciones en los estados con el fin de impedir endeudamientos solicitados por gobernadores a quienes ya, de antemano, calificó de abusivos y corruptos. Enfrentar a los de las clases media y media alta con los fraccionados en las distintas clasificaciones de la pobreza; enfrenta a los trabajadores contra los empresarios; enfrenta a los médicos y enfermeras; enfrenta a los periodistas y califica a los medios de comunicación. Divide y vencerás se asoma como clave sexenal y electoral. ¿Quién se dará de topes en el espejo?
México es un país difícil en donde pasan cosas terroríficas, es la visión de una mujer intelectual, escritora, con 88 años de existencia, es la mirada de Elena Poniatowska.
DE LOS PASILLOS
Manuel Bartlett, siguiendo lo marcado en el manual del sexenio actual, culpa a terceros de estar llevando a cabo una perversa y costosa campaña en su contra, asegura no le importa el dinero y “nunca me ha importado”. Obviamente se reserva el nombre de los perversos, pero lo que no puede quedarse sin ser debidamente identificado es él, y se trata de la crueldad, insensibilidad, abuso, alevosía, “hijes”, con la se comporta en contra de millones de familias mexicanas… Ya les aventó el Ejecutivo federal la zanahoria para el conejo a los gobernadores. De la otra manga o tal vez de una chistera salieron otros 60 mil millones para ser repartidos entre quienes mucho han gastado para combatir la pandemia. La señal en alto será la misma prodigada cuando les iban a dar 40 mil, se iban a repartir y a nadie, ni a los suyos, les llegó un quinto. Eso sí, advertidos a través de telegramas saben que, si les da por la corrupción “pueden irse al bote”, o tal vez si solo les da por seguir protestando…
Trump insiste irresponsablemente en el regreso a las actividades productivas, a la reapertura de las iglesias y centros religiosos, y a reabrir su país en todos los sectores. La única prioridad es su reelección. De entrada la Convención Nacional Republicana en Carolina del Norte, o en Florida o Georgia, si nos se garantiza de manera plena el evento de cuatro días en el primer estado. Lo mismo hace AMLO, quien tiene como prioridad las elecciones federales y locales el próximo año. De ahí su insistencia de garantizar los fondos para sus programas sociales de corte electorero y sus mega proyectos de infraestructura: el aeropuerto de Santa Lucía, la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya.
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