La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Para muchos el hubiera no existe es una zona de confort
En su reciente visita a Badiraguato, el presidente López Obrador, insistió en que ordenó la liberación de Ovidio Guzmán para no provocar una masacre, se evitó la muerte de 200 civiles inocentes afirmó, por lo tanto, el tabasqueño dice tener la conciencia tranquila.
Sí, en efecto, el traslado del narco júnior pudiese haber generado tal daño colateral, esto implica que la estrategia para el operativo fue pésima, pero bueno, al final se optó por, más allá del estado de derecho, impedir una tragedia.
En este contexto, resulta adecuado hacerle una serie de preguntas al humanista mandatario:
¿Cuántas muertes se habrían evitado si usted hubiese impulsado el uso del cubrebocas?
¿Cuántos decesos no se hubiesen dado, con la aplicación masiva de pruebas para detectar el COVID, que su administración no consideró necesarias?
¿Qué cantidad de defunciones de niños con cáncer no habrían pasado, si el plan para la compra de medicamentos oncológicos no hubiese estado plagado de revanchismo?
¿Cuántos migrantes seguirían vivos si se combatiera en serio a las bandas de Trata?
¿Cuántas muertes se atajarían si no estuvieran embodegadas 20 millones de vacunas?
¿Cuántas personas seguirían vivas sino se hubiese ordenado a los soldados no intervenir, ante el arremolinamiento de la gente, en la explosión del ducto de Tlahuelilpan?
¿Cuántas defunciones se podrían evitar si la disposición del retorno a clases presenciales no fuera una decisión política?
¿Le seguimos?