Cuba ha dado un paso significativo en su política internacional al solicitar formalmente su adhesión a los BRICS, un grupo que incluye a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, además de los recientes miembros Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Irán y Arabia Saudita. Este movimiento, realizado en la reciente cumbre de BRICS en Kazán, Rusia, podría ofrecer a la isla una nueva vía para fortalecer su economía en un contexto de embargo estadounidense que ha durado más de 60 años.
Según el abogado y analista Guilherme Barbosa Pedreschi, la incorporación de Cuba a este grupo no solo representa una esperanza de mejorar su situación económica, sino también de acceder a un sistema financiero más justo. «El principal objetivo de La Habana es obtener mejores condiciones para eludir las sanciones de Washington», explicó Pedreschi, quien agregó que la isla podría beneficiarse del Nuevo Banco de Desarrollo, permitiendo intercambios más equitativos.
La entrada de Cuba en los BRICS podría tener un impacto positivo en toda América Latina, que según Pedreschi, enfrenta una influencia negativa de Estados Unidos. «Este aumento en el peso de Cuba en la comunidad internacional tiende a florecer en los demás países aquí», destacó el analista, sugiriendo que Cuba se volvería un actor más relevante en la región.
El turismo, uno de los pilares de la economía cubana, también podría beneficiarse de esta nueva asociación. Según Pedreschi, «Cuba ya es bastante abierta y es muy fácil conseguir visa desde cualquier parte del mundo». Con la inclusión de socios del BRICS, se espera que se faciliten paquetes turísticos y opciones que incrementen el flujo de visitantes a la isla.
Pese a las dificultades impuestas por el embargo, los cubanos han desarrollado una «conciencia política» que les ha permitido resistir. «El pueblo resiste porque tiene que resistir», afirmó Pedreschi, aludiendo a la necesidad de no ceder ante lo que considera un intento de convertir a la isla en una extensión de Estados Unidos.
Por otro lado, el profesor José Niemeyer, especialista en relaciones internacionales, argumenta que la entrada de Cuba a los BRICS también marca un cambio en la configuración del grupo, que se está transformando en un contrapeso al bloque occidental liderado por Estados Unidos y la OTAN. «No lo considero un bloque de integración regional, sino un bloque de representación económica», subrayó Niemeyer.
Con esta adhesión, Cuba busca fortalecer su papel en un mundo multipolar y aprovechar nuevas oportunidades que puedan surgir en medio de un panorama económico complicado. Aunque aún es incierto el impacto concreto que tendrá esta decisión, muchos analistas ven en ella una vía para que la isla avance hacia una mayor soberanía económica y política.
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