Claudia Rodríguez
No es novedad en este espacio, el nuevo esquema en contra del crimen y de todos aquellos que saquean al país, e incluso fabrican y venden mercancía ilegal. Señala el Gobierno federal, que se han terminado las detenciones a líderes de los cárteles de la droga y otros delitos que operan en el país, así como su exhibición ante los medios de información para así justificar –como hacían en otros sexenios las autoridades— su trabajo.
Esta vez el golpe a toda actividad criminal, se hará por la vertiente de sus insumos y finanzas que igual sean de procedencia ilegal, con la finalidad de aniquilar sus operaciones. Aunque el planteamiento no es novedoso en sí, lo que sí parece ser nuevo, es la implementación del mismo, ya que en otros sexenios tales acciones encontraron resistencia, ya que se entienden los procesos de colusión y corrupción en los que muchos gobernantes, funcionarios y hasta empresarios han participado. No sólo se trata de producir estupefacientes o robar los recursos a la nación; los delincuentes son todos aquellos que participan en esas lides, desde cualquier trinchera incluso de la esfera del poder público y económico.
Lo que sí ya es visible, es que el propio ataque a las redes del robo de combustible en tierra y en mar, ha empezado a dar sus frutos en contra de quienes se mueven y producen con gasolinas robadas, pero los resultados de la inteligencia e investigación puestas en marcha deberán dar aún más y más frutos.
El caso de la última detención de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”, hoy esperando la sentencia del jurado a su juicio en el distrito de Brooklyn en Nueva York, es la clara muestra de que en poco nos beneficia a los mexicanos la captura mediatizada de un capo; cuando incluso las finanzas de este son ya reclamadas por el Gobierno estadounidense; además de que una leyenda del narcotráfico en prisión, no abonó a disminuir la violencia y la inseguridad en nuestro país.
Empero, se tendría que ser muy inocente, en no esperar respuesta violenta de quienes se sienten ya perseguidos y propiciando el cierre de su abasto crimina.
Todo lo contrario, se defenderán con los actos violentos que tanto les han redituado.
Mermar las propiedades y finanzas de los criminales, no los hará correr pero a la larga, sí los debilitará si es que claro, no hay más colusión de autoridades. Tal esquema se analiza ya en el Senado de la República para afectar a partir de 21 aristas coordinadas por la Unidad Financiera de Hacienda, el patrimonio de los criminales.
La confrontación armada se insiste, aunque indeseada, no puede soslayarse.
Acta Divina… “A pesar de los cientos de miles de vidas perdidas, los miles de millones de dólares invertidos, los recursos consumidos y los sistemas de inteligencia y vigilancia empeñados en la ‘guerra contra las drogas’, el gobierno mexicano no ha podido derrotar a los cárteles y no hay perspectivas de que logre vencerlos en un tiempo estimable”, establece la Estrategia Nacional.
Para advertir… Nos espera como sociedad, una larga y pesada transición porque las resistencias a acabar con la corrupción y el crimen, son múltiples.
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