La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Perder por una cabeza es leve, pero cuando es hueca, es por madriza
Además de su propio trabajo, la oposición en Veracruz tiene mucho que agradecer al gobernador Cuitláhuac García y sus asesores, pues gracias a sus estrategias (por llamarlas de algún modo), han mejorado sus expectativas de triunfo.
Neófitos, los empoderados morenos no tiene idea del quehacer político, cada decisión que toman genera el efecto contrario, por ejemplo, en pleno proceso electoral, han decidido judicializar expedientes contra los personajes que, a su leal saber y entender, son clave en el funcionamiento de la alianza PAN-PRI-PRD.
Así pues, se fueron contra Rogelio Franco y lo metieron a la cárcel ocho meses, por el grave delito de romper la camisa de un ministerial, mismo que, de pasadita, salió con ‘daño sicológico’, desde luego, cuando la ciudadanía se entera de tal despropósito, el detenido, aun siendo presunto culpable, obtiene la benevolencia del imaginario colectivo, al considerar que se trata de una vendetta.
Igual circunstancia ocurre con el caso de Chiqui Yunes, al bajarlo de la contienda, lo victimizaron, potenciando las posibilidades de triunfo de su movimiento.
A la escalada contra los objetivos prioritarios (para que se escuche elegante), hay que sumar la represión a los maestros en Xalapa, el fallido regreso a clases presenciales, las corruptelas y la inseguridad, elementos que aumentan el rechazo popular a la 4T local.
En concreto, el mejor activo de la triada opositora se llama Cuitláhuac García Jiménez, chulada de adversario, cuyo mejor papel es servir de escaloncito a sus enemigos.