La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Si quiere demoler la Torre Centro que mande a su pupilo de maestro de obras
El gobernador Cuitláhuac García está metido en una disputa, innecesaria, con Monreal y Dante y, encima de ello, arremete contra la CNDH.
En efecto, el mandatario no alcanza a procesar que su decisión de endurecer su postura ante la petición de que se derogue el delito de ‘ultrajes a la autoridad’ y se respete el debido proceso en el caso de José Manuel del Río Virgen, le generará un alto costo político.
Cui tampoco entiende que, ambos temas, le caen como anillo al dedo al zacatecano y sus aliados (más allá de que les asista la razón), para mantenerse en la palestra y acumular puntos para sus respectivas causas.
En la medida en que la figura de Monreal crece, el sabadaba se hunde hasta convertirse en un lastre para cualquier futuro proyecto de la 4T.
Preguntamos: ¿Claudia Sheinbaum querría al Cui de promotor en una hipotética campaña presidencial en el 2024?
Para nada, García es un auténtico fardo, un chivo radioactivo en cristalería capaz de alterar la paz en un camposanto, tiene la rara habilidad genética de hacer bolas el engrudo.
El pasado proceso electoral le dejó mayoría calificada en el Congreso y un control casi total de los municipios, tiene el apoyo del presidente y el respaldo institucional de los grupos parlamentario de MORENA, entonces ¿para qué inventarse una bronca de ese tamaño?
El entuerto no tiene fácil salida, YSQ tendrá que dar manotazos, porque si en el puerto hizo una sátira para autonombrarse Andrés Manuelovich, a este ritmo, le puede surgir su Acorazado Potemkin versión tropical.