Magno Garcimarrero
En la Biblioteca Vaticana, existe un libro escrito en latín por el médico y teólogo Leo Allattius (1586-1669) titulado “De Preoputio Domini Nostri Jesu Christi Diatriba”. “Discurso sobre el prepucio de Nuestro Señor Jesucristo”.
Se sabe que este documento fue obsequiado por el autor al papa Alejandro VII (1655-1667) en razón de que éste nombró bibliotecario al tal Leo Alattius (León Alacio).
Se trata de un ensayo teológico en el que el autor discurre, basado en datos obtenidos de los Evangelios, que cuando Jesús de Nazaret subió a los cielos en cuerpo y alma, hubo una parte del divino profeta que no fue con él: el prepucio que le había sido cortado por el sacerdote del templo en la obligada ceremonia de la circuncisión.
En su tratado procura no contradecir la antigua afirmación del rey Carlo Magno, quien señaló entre sus méritos divinos para obtener la corona de Roma en el año 800, que estando hincado orando frente al Santo Sepulcro, el Arcángel Gabriel había descendido y puesto en propia mano el mentado prepucio.
Sabemos por la historia que la divina parte anatómica, en los siglos siguientes fue robada, extraviada, perdida y que, en ocasión de las guerras entre papas y antipapas que fueron cambiando la sede del recinto papal, no se supo nunca con certeza donde vino a quedar.
Leo Alattius resuelve el conflicto apoyándose en el reciente descubrimiento de Galileo Galilei, quien mediante telescopio descubre en 1659 el anillo del planeta Saturno. Esa afortunada nueva, inspira a Alattius para explicar que el tal anillo no es otra cosa que el prepucio de Cristo que ha subido a los cielos después de la conocida “Divina Ascensión”.
M. G.