“La economía estaba colgada con alfileres”, dijo aquel diciembre de 1994 Jaime Serra Puche designado por Ernesto Zedillo para la Secretaría de Hacienda a lo que, Pedro Aspe, quien le entregó la dependencia que maneja las finanzas públicas del país, respondió: “para que se las quitaron. Eran los días aciagos del llamado “error de diciembre” que detonó una crisis que puso al país en un grave riesgo de ingobernabilidad.
Hoy el presidente electo Andrés Manuel López Obrador declara que el país está en bancarrota y, de inmediato se le van con todo, las organizaciones empresariales y los aplaudidores del sistema. Quizá lo que le faltó a López Obrador fueron tres palabritas, estamos al borde. Algo que no se puede esconder tras el fracaso de la política económica en la administración de Enrique Peña Nieto.
Nadie puede negar, que el país pasa por una crisis severa. México vive una crisis recurrente desde el sexenio de Luis Echeverría, la que con el tiempo se ha ido agravando al grado de ponernos justo al borde dela bancarrota, lo que impedirá al nuevo gobierno cumplir con las altas expectativas que despertó el tabasqueño entre los mexicanos.
Desde la época del “Diablo” de San Jerónimo los tecnócratas que han manejado la economía mexicana han maquillado las cifras, por eso la bancarrota está a la vuelta de la esquina con todo y lo que digan los defensores del actual gobierno.
Vamos por partes, el gobierno de Enrique Peña Nieto deja una deuda, de 10 billones de pesos, según las cifras reconocidas oficialmente, la cual generará un servicio para el pago de intereses de unos 500 mil millones de pesos.
Los 10 billones son cuestionables, hay más debajo de las sábanas, además en ese endeudamiento no se toma en cuenta el de los estados en donde existen entidades que como en el caso de Veracruz, la deuda llega a los 95 mil millones de pesos o en el de Coahuila en donde los hermanitos Moreira les dejaron a los coahuilenses un compromiso por 35 mil millones de pesos y en el resto de los estados no cantan mal las rancheras.
Pemex ya no aporta el 40 por ciento a las finanzas nacionales, ahora demanda que Hacienda le saque al buey dela barranca. La CFE anda por las mismas y los efectos de la reforma energética no se ven por ningún lado.
El próximo gobierno no contará con el 2 por ciento que todos los gobiernos deben tener como margen en su presupuesto para cualquier eventualidad. Pero los tecnócratas recomendarán no hacer olas porque revelar la realidad tendrá un efecto negativo en los mercados, el chantaje de siempre.
Existen muchos más indicadores que determinan que si estamos al borde de una bancarrota, con todo y que los corifeos del priismo digan que decir esos es una irresponsabilidad. Aguas.
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El conteo de los votos en Puebla ordenado por el TEPJF me huela más a una legitimación de la victoria de la Señora Moreno Valle, porque aun cuando se llegaran a anular 100 mil votos todavía le alcanza para sentarse en la silla que ocupó su marido. No así en Coyoacán en donde el autogol ronda en la cancha de Manuel Negrete y todo por las asquerosidades que cometió su padrino Mauricio Toledo “El Tomate”…A propósito del accidente provocado por el chofer de un autobús en la alcaldía de Gustavo A. Madero, unos verdaderos cafres son los choferes de la Ruta 15 que circulan entre Mixcoac y Las Águilas en el sur de la ciudad.
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@HctorMoctezuma1