Se conoce de la indignación del procurador General de la República, Jesús Murillo Karam por las marchas realizadas en el estado de Sinaloa para exigir a las autoridades federales la liberación de Joaquín “El Chapo” Guzmán y se entiende perfecto la posición institucional del procurador Murillo; pero la cultura del narco se encuentra las más de las veces, por encima de la legalidad y la ética, dadas las oportunidades de obtener un beneficio económico –y hasta más.
Las escenas son muchas y la bibliografía amplia, respecto a cómo las oportunidades que proporciona la actividad del narcotráfico sobre las que escasean por parte del Estado rector, provocan que sobre todo los jóvenes arriesguen hasta sus vidas con conocimiento de causa, con tal de ser parte de ese mercado criminal.
La actividad ilegal del narcotráfico, no es sólo un trabajo, es una actividad lucrativa y pertenecer a la colectividad criminal crea en ciertas regiones del país, hasta estatus.
De la existencia de este mercado y la pertenencia al mismo se crean patrones de vida; culturales y aspiracionales. Los hombres quieren tener una parte del manejo del negocio y en general, las mujeres que se acercan a ese mundo, a lo que aspiran es a ser una de sus mujeres o al menos procrear un hijo con un capo de altos vuelos, lo que les garantizaría una vida sin preocupaciones económicas y hasta con lujos, no importa que sea muy corta la esperanza de vida por el riesgo de la actividad delictiva con la que se vinculan.
En el caso concreto de las jóvenes, muchas de ellas desde pequeñas se someten a cirugías estéticas, con la finalidad específica de mostrar su belleza en desfiles locales que se organizan en específico para mostrarse ante los hombres del narco y tener mayor oportunidad de ser “la mujer del capo de capos” o al menos de un subalterno.
También existe una política asistencialista desde la actividad criminal hacia las localidades en dónde residen y operan los narcotraficantes, con la finalidad claro, de ser protegidos por la misma comunidad. Día del Niño, 10 de Mayo, Navidad, Día de Reyes y más, no pasan desapercibidos por el narco para obsequiar a sus vecinos.
La cultura del narco, es ilegal, pero existe. Es por eso que al suplir al Estado en oportunidades, a los lugareños no les hace gracia que su única vía de crecimiento económico sea mermada.
Acta Divina…El procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, señaló respecto a las movilizaciones pro “Chapo” en el estado de Sinaloa: “Bueno, el comentario que a mí me producen (las manifestaciones de apoyo), te lo diría yo más que procurador, como ciudadano mexicano, verdaderamente, verdaderamente me indignan”,
Para advertir… Y todavía el gobernador de Sinaloa, Mario López Valdés (Malova), dice no explicar el origen de las marchas en apoyo a Guzmán Loera.
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