Claudia Rodríguez
De acuerdo a las cifras del Instituto Nacional Electoral (INE), el tercer debate de candidatos presidenciables de este proceso electoral federal realizado en Mérida, Yucatán, tuvo menos audiencia respecto al primero y segundo debate. ¿Acaso cosas del Mundial de fútbol de Rusia que hoy mismo inicia?
¿O en su lugar, un hartazgo de las campañas políticas que sólo desprestigian y apenas logran que permeen algunas propuestas entre el colectivo?
El hecho es que la noche del martes 12 de junio, 3 millones 109 mil personas observaron el debate en distintas plataformas, lo que muestra un descenso de audiencias del 54 por ciento con relación al primer debate, y del 21 por ciento respecto al segundo. El primer debate fue visto por 11.4 millones de personas por lo que se convierte en cifra récord.
Una de dos, el interés en esta larguísima, intrincada y agotadora campaña decayó por la calidad de la misma, o los electores tienen decidido su voto, incluso los indecisos se mantienen en ese espectro; o bien.
En los días que restan de campaña , los intereses futboleros de Rusia acapararán los medios de comunicación, sobre todo la Televisión que mucho ha invertido para traer hasta México, las transmisiones de todos los partidos y que saben lo que comercialmente representa un partido de fútbol y sobre todo de una selección mexicana, que pese a que no da el ancho para un torneo con equipos de todos los continentes del orbe, si tienen de tras, una gran y hasta fantástica red comercial y de patrocinadores.
Las campañas quedarán en segundo término de impacto mediático y sólo un suceso extraordinario les devolverá el primer escaño.
Es por eso que por aquí quedarán las propuestas rescatadas del último encuentro de los candidatos a la Presidencia, organizado por el INE, y que son un esbozo de lo mucho que han dicho y prometido y que sabemos, no logrará cumplimentar en su mayoría, el que gane la contienda y suceda al actual mandatario Enrique Peña Nieto.
Andrés Manuel López Obrador propone desde no más alzas a las gasolinas e impuestos, reducir los sueldos de los altos funcionarios y por el contrario aumentar los de enfermeras, médicos y maestros; no contratar más deuda, cancelarla reforma educativa, sembrar un millón de árboles para paliar el cambio climática y rehabilitar las refinerías que ya existen en el país y que se encuentran paradas o a medio marcha pero sobre todo, darle un golpe toral a la corrupción.
José Antonio Meade va por más infraestructura en salud y educativa, por escuelas de tiempo completo, incentivos para maestros que atiendan zonas marginadas y modernizar el transporte público las cien 100 ciudades más pobladas.
Ricardo Anaya tiene la intención de incrementar los salarios, de no aumentar impuestos en general, reducir el Impuesto Sobre la Renta, bajar los precios de la gasolina, instalar paneles solares para abatir el costo de la energía eléctrica, revisar la reforma educativa y que todos los niños aprendan inglés.
Sí hubo propuestas, aunque el tercer debate quedó a deber visualmente porque: los candidatos se veían desde morados, rojos y violetas y apenas enmarcados en un pequeño cuadro como atrapados, porque los moderadores otra vez hicieron el papel protagónico y regañón, y porque lo que resaltó fue la pelea y el FBI de El Bronco. Como se extrañó a Javier Solórzano.
Ya hoy el Mundial de Rusia en pleno, en la cancha y en los medios, pero no por eso nada en la elección Presidencial y de otros cargos está definido.
El Mundial de fútbol es sí, un espectáculo futbolístico al que uno puede asomarse cada cuatro años, pero la responsabilidad y tarea de nuestros gobernantes, la vamos padeciendo a diario.
Acta Divina… “Espero que el tercer debate de los candidatos a la Presidencia despierte el mismo interés que el partido México-Alemania en el Mundial de fútbol”: Enrique Peña Nieto, presidente de México.
Para advertir… Irreal esperanza.
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