MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
La nota informativa surgida este martes 12 de julio en instancias del Instituto Nacional Electoral, tiene mensajes y fundamentos elementales y de reiterada mecánica en esto de pasar por encima de la ley, como praxis normal de los partidos políticos. Veamos.
¿Para qué se legisla y endurecen leyes? ¿Para castigar o dar pauta a disposiciones, que consumen harto tiempo en discusiones que llegan a los plenos camarales, son aprobadas y luego soslayadas o violentadas?
Así ocurre con la Ley Electoral que cuenta con un puñado de artículos transitorios que posibilitan ajustar tiempos, como ocurrirá el año próximo en la elección presidencial que será el 1 de julio y no en el primer domingo de junio. ¿Por qué? Porque así lo acordaron los partidos y la autoridad electoral en lo que se consideraría acotar tiempos. En fin.
¿Y qué de los dineros? Ocurre lo mismo. Hay topes, límites en el gasto, prohibición de aportaciones ayunas de identidad, porque tienen olor a lavado de dinero, dinero sucio, dinero oscuro. Aunque lo público y no negado es que en las campañas fluyen tantos recursos como explicaciones y argumentos para rechazar que se hayan usado recursos más allá de lo permitido y los permitidos, los legales con santo y seña.
Pero, bueno, resulta que la nota referida acota que la Comisión de Fiscalización del Instituto Nacional Electoral (INE) propuso multas globales a los partidos políticos por 850 millones de pesos, sobre todo por gastos no reportados en las pasadas campañas electorales.
Dicha Comisión electoral declaró fundadas 23 de 78 quejas que resolvió sobre el origen y destino de los recursos de partidos políticos y candidatos independientes de esas campañas que concluyeron en la jornada electoral del pasado 4 de junio en Coahuila, Estado de México, Nayarit y Veracruz.
El viernes de esta semana, de acuerdo con el presidente de la Comisión de Fiscalización, Enrique Andrade, en sesión del Consejo General se resolverán las quejas en materia de fiscalización y se votarán dictámenes y resoluciones aprobados por la Comisión el pasado 6 de julio y que proponen multas globales a los partidos políticos por poco más de 850 millones de pesos.
Andrade adujo que fue una fiscalización muy estricta y los principales hallazgos de la Unidad Técnica de Fiscalización en los dictámenes fueron los gastos no reportados, que derivaron en el mayor monto de multas por 550 millones de pesos.
El caso es que el mismo viernes, es decir, mañana, se decidirá el curso postelectoral del estado de Coahuila. La apuesta es que, merced a haber rebasado los topes de gasto de campaña, se revocará el triunfo del candidato del PRI al gobierno estatal. El Congreso coahuilense deberá nombrar gobernador sustituto que habrá de convocar a nuevos comicios.
Y todo porque, lo mismo en el PAN que en el PRI no se cuidaron las formas y dejaron las huellas de dineros que superaron el monto legalmente aprobado. Lo cierto es que, sin duda alguna, las sanciones económicas no importan porque los recursos económicos utilizados en campaña, por encima del tope, suelen ser vastamente superiores al pago de la multa. Lo primero es lo primero.
Pero, este próximo fin de semana el corte de caja en el PRI y en el PAN tendrá consecuencias. La anulación de la elección de gobernador en Coahuila y en por lo menos una veintena de municipios en Veracruz, darán la pauta a lo que ocurrirá en 2018.
Refiere el INE que, con la resolución de las quejas y entrega de los dictámenes y proyectos de resolución a los partidos políticos e integrantes del Consejo General el sábado se cumple en tiempo y forma con una fiscalización rigurosa del proceso electoral 2016-2017, fundamentó el INE.
Con ello, cita la nota del reportero de Notimex, “el Tribunal contará con los elementos necesarios para calificar la elección. Recordó que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación mandata que se termine la resolución de las quejas en materia de fiscalización al mismo tiempo que los dictámenes”.
¿Para eso endurecer las leyes? Total, millones más, millones menos, la ruta hacia el poder y para mantenerse en el poder tiene sus bemoles y, entre ellos, menos por menos da más, de acuerdo con la elemental media matemática. Digo.
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