MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
En esto de las conferencias de prensa o declaraciones banqueteras, improvisadas de suyo, es elemental la praxis, de presidentes y funcionarios, de encauzar a los reporteros que cubren sus actividades para fijar su agenda, dar pauta a atender un tema secundario y baladí para desatender uno delicado, prioritario, de interés colectivo; según sea el caso.
La relación, en este esquema básico Presidente-reporteros, secretarios-reporteros, políticos-reporteros, llega a ser de tal naturaleza próxima y equivocadamente de amistad en la mayoría de los casos, que es recurrente la mimetización de periodistas con actores políticos, siempre en el riesgo de convertirse en una singular complicidad en la que priva esto de las falsas amistades y los espacios palaciegos prestados.
La cercanía de los reporteros con el Presidente o el funcionario se nutre en los viajes, en esa cercanía necesaria para conocimiento mutuo que se priorizaba en los aviones presidenciales que hasta mediados del sexenio de Carlos Salinas de Gortari fueron tipo VTP (Viaje Todo Pagado), porque luego se pagaba hospedaje, alimentos y transportación terrestre.
Luego con Vicente Fox y Felipe Calderón las reglas cambiaron, pero los periodistas de la fuente presidencial viajaban, hasta la administración de Enrique Peña Nieto, en el mismo avión en el que viajaba el Presidente y la comitiva. Nada malo, nada oculto. Se pagaba y punto. Hasta que llegó el pretexto voluntarista.
Así, no es raro que haya colegas que presumen ser amigos del Presidente o del político con quien tienen trato cotidiano, sin percatarse del momento en que sirven a un objetivo y se vuelven fácilmente manipulables, incapaces de alzar una crítica porque la estiman deslealtad. Perversa sintonía.
Y en ese momento es cuando la información se nutre con pinceladas de impunidad cómplice, porque el aplauso estará al punto de estallar ante lo que se considera una buena declaración, el mejor chiste y la ocurrencia que, en estricto sentido, son eso: chistes, bufonadas, ocurrencias presidenciales.
Entonces, el tema que es fundamental y de interés público generalizado se convierte en anécdota porque el Presidente en persona, el máximo depositario del voto ciudadano mayoritario se asume como cualquier mortal que sabe reírse y hasta mofarse de sus ocurrencias. Pero…
¿Y el papel del periodista? ¿Dónde queda el reportero que espera respuesta seria a su pregunta seria y profesional?
¡Bravo!, ¡bravo!, señor Presidente. Qué buen chiste; usted sí sabe reír…
Mire usted, el tema de vender el avión presidencial, identificado para efectos del numerario administrativo militar como TP-01, porque según el licenciado López Obrador fue comprado por un gobierno faraónico para cederlo a otro de similar nivel de riqueza de poder y dinero, y no es posible que tal lujo exista en un país con pueblo pobre, tiene un alto contenido de manipulación mediática, porque el prócer utiliza a los medios en la conferencia mañanera cuando fija agenda, y cumple con el ingrediente de pan y circo. Nada nuevo, aunque cínico e irreverente.
Porque Andrés Manuel López Obrador y la pléyade que le acompaña a todas sus giras por el interior del país, no gasta cualquier bicoca, por más que presuma comer barbacoa (que no es nada barata), tacos o tlacoyos a pie de carretera.
Eso es blofear; un reciente informe del gasto presidencial, obligado por fallo del INAI, evidencia un gasto poco austero.
El caso es que, mientras al planteamiento de la crisis laboral que existe en Notimex, la agencia informativa del Estado Mexicano, le dio mínima importancia y arropó a la directora Sanjuana Martínez, se gastó tiempo e incluso pidió se le preguntara más adelante respecto del TP-01.
¿Y para qué? ¿Resolvió un problema? No, volvió al mismo escenario de blofear e incluso reír y hasta carcajearse por la cantidad de memes que se derivaron de ese anuncio que hizo la semana pasada, de rifar a la aeronave a razón de seis millones de a 500 pesos el cachito. ¡Vaya caterva de seguidores!, habrá considerado en el despunte de la carcajada.
Sí, sus seguidores y mercenarios de las mañaneras cayeron en el garlito como un diputado local de Morena en Querétaro, cuya apreciación es que hasta la deuda externa del país podría pagarse con la venta del avión. Porque no quiere darse cuenta de que la inmensa mayoría de ciudadanos usuarios de las redes no se burló de la ocurrencia sino del ocurrente.
¿Y qué del fallido paquete de iniciativas de reforma al sistema judicial? Una breve referencia de que se analizará. ¡Ah!, pero del avión la carcajada por los memes, por la referencia de que tal aeronave no la tenía ni Obama.
¿Alguien pidió al señorpresidente ser más serio? Nadie, nadie en ese público asistente, aunque un colega pidió quitar el nombre de José María Morelos y Pavón al TP-01, dizque por respeto. ¿Y el respeto a los reporteros, a la audiencia que sigue las mañaneras en la televisión?
–Sobre el avión –pidió un reportero.
–Sobre el avión. A ver, sí porque… Miren, vamos a seguir aclarando, vamos a seguir aclarando, vamos a repasar, porque los conservadores están molestísimos, inquietos, dicen que son ocurrencias, pero nosotros no actuamos de esa manera, no es un gobierno de ocurrencias, es resolver un problema, reparar un daño—respondió López Obrador.
¿De veras no es una ocurrencia? Entones, ¿de qué se ríe Presidente?
Pero, vaya, dijo que estos conservadores que supuestamente están molestísimos e inquietos, “si hasta deberían de estar agradecidos, porque causaron un grave daño y nosotros estamos buscando una solución, una salida.
“¿Quién los mandó a comprar ese avión?, ¿en qué cabeza cabe comprar un avión lujosísimo? No puede haber gobierno rico con pueblo pobre. Sólo una mentalidad faraónica lleva a esa actitud, a esa conducta.
Imagínense, un avión de 25 metros de ancho por 70 de largo, para 280 pasajeros, que se arregló para 80 pasajeros, salas de junta, restaurante, recámara con baño, regadera. Gran lujo, además financiado. Si no resolvemos esto, el costo del avión iba a terminar en siete, ocho mil millones de pesos. Entonces se molestan, pero ¿quién los manda?
“¿Qué estamos haciendo?
“Buscando reparar el daño, que se recupere el dinero, que es del pueblo de México”.
Pero el señorpresidente sabe que miente, que su risa por los memes lleva el factor del blofeo, porque ese avión no se puede vender porque no pertenece a la Presidencia de la República, porque no existe una factura.
¿Qué se espera esta semana en estos pasos de la 4T? Sin duda la pretensión de meter bajo la alfombra temas delicados, fundamentales para el país y que están en la agenda de los máximos pendientes de la Presidencia de la República.
Bueno, bueno, hasta de un cortometraje con el tema del avión aludió el señorpresidente, o de organizar visitas guiadas para el público en general que debe conocer este lujo dizque faraónico, aunque los primeros serán los reporteros que cubren sus actividades pero, aclaró con la ofensa de por medio, “no vayan a pensar que es chayote”.
¿Y de los trabajadores de Notimex, corridos, despreciados, insultados? ¿Y qué del emplazamiento a huelga a esta agencia informativa?
–Sí, sí. Lo de Notimex es un problema que se ha mantenido en el tiempo porque hay diferencias–atendió.
Pero inmediatamente justificó, se salió por la tangente y hasta dejó tarea a los reporteros presentes en su homilía:
–Antes funcionaba de otra manera, es lo mismo, son los cambios. Nada más les dejo de tarea que revisen quiénes eran los directores de Notimex en los gobiernos anteriores, ¿quiénes fueron los directores de Notimex?
Entonces, ahora la directora de Notimex es una periodista que desde mi punto de vista -respeto otras opiniones- es una mujer honesta y profesional, que viene de abajo, de ejercer un periodismo independiente. Entonces, ha habido ahí de diferencias.
¿Qué nosotros vamos a seguir haciendo en este caso?
Que todo sea de conformidad con la ley, no va a haber afectaciones a nadie, no somos autoritarios. Esto que dices sobre qué hay un agente de seguridad, pues ya no existe el Cisen.
–Hay documento—atajó el colega Montes.
–Ya no se espía a nadie, no se amenaza a nadie; pero si esto se puede probar, desde luego que se sanciona, se castiga a los responsables—respondió con el mismo talante de semanas atrás.
–Sí, esa información ya la tiene Jesús Ramírez Cuevas—insistió el colega.
–No hay impunidad, ¿sí?, y yo espero que resuelvan los casos—respondió Andrés Manuel con ese dejo de desinterés, valemadrismo frente a un problema severo que ha dejado sin empleo a más de un centenar de madres y padres de familia, reporteros, periodistas profesionales, a esa jauría de la que formo parte y que nos ha estigmatizado aunque diga lo contrario viéndose al espejo de Maléfica.
Pero, bueno, el señorpresidente estaba feliz. Esa carcajada no la tiene ni Obama. Digo.
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