ENTRESEMANA
Se te olvida que me quieres, a pesar de lo que dices…” Álvaro Carrillo
MOISÉS SÁNCHEZ LIMON
¡Es una gaviota! ¡No! ¿Es un dron acorazado? ¡No, no, no, no, nooo! ¡Es la súper licenciada presidenta!
¡Sí!, señoras y señores, no se rían, pero…
“Ahora, también lo voy a decir, ¿eh?, ¿creen que nos van a debilitar?, ¿qué van a debilitar a la presidenta por lo que gritan? ¡No! Más fuerte soy, más fuerte”, exclamó la Princesa Caramelo desde el mismísimo centro del poder de la 4T segundo piso ascensor. ¡Ajúa!
¡Ay, la conjura de la pinchi ultraderecha internacional! Grito similar al del aterrado Gustavo Díaz Ordaz que veía en el movimiento estudiantil de 1968 a la conjura comunista que amenazaba con desestabilizar a su gobierno y darle en la madre a las Olimpiadas.
Pero el Mundial de Futbol es hasta el otro año, dirá mi compadre Efraín. Pues sí, pero la Princesa Caramelo ya se pelea con fantasmas y anda como el que con leche se quema, hasta al jocoque le sopla. Entonces…
¡Ajajá! Si la marcha convocada por redes y un chinguísimo de bots en los que se invirtieron, repite la aterrada licenciada presidenta, 90 millones de pesos, fueron unos cuantos y entre ellos, los menos, jóvenes de la Generación Z, por qué tanto brinco estando el suelo tan parejo.
¡Sabadazo! ¿Fracaso de quién?
¿De plácemes en la caída, Princesa Caramelo?
¿De qué presume el académico Mario Delgado? ¿Por qué miente el culto secretario de Gobierno de la CDMX, César Cravioto? ¡Vaya con la estridencia de la señorita Luisa María Alcalde!
Y las mentiras de la demócrata juanita Clara Brugada que se sumó a ese nado sincronizado para descalificar a la marcha, judicializar al movimiento y buscar chichis a las hormigas con aquello de la pregunta con respuesta obvia: ¿de dónde salieron los encapuchados de negro?
¡Que se investigue!, instruye la licenciada Sheinbaum en el recuento de los daños, porque desde la Casa Banca el licenciado Trump dijo que no le gustó nadita lo ocurrido el sábado en la Ciudad de México.
¡Recáspita, Juan Ramón de la Fuente!
¿Quién lloró en la soledad en la alcoba virreinal sin efecto del gas lacrimógeno?
Y, ahí tienen que ni por accidente, en la mañanera por supuesto y en voz de “periodistas” maiceados y adiestrados por el millonario Jesús Ramírez, se aludió a la caída de la popularidad presidencial.
Nomás para que no se olvide. Hace unos días la Princesa Caramelo presumió de un 80 por ciento de popularidad según encuesta publicada en El Financiero.
Y, ¡sopas!, que le muestran el resultado de la encuesta levantada entre el 6 y el 12 de este mes de noviembre de 2025 por la Global Leader Approval Rating Tracker, la misma que presumía el hijo predilecto de Tepetitán y que lo ubicaba como el segundo mejor presidente en el mundo.
Una colega no perteneciente a la barra mercenaria le recordó tangencialmente, en la mañanera, que su popularidad se había derrumbado. La licenciada Sheinbaum se salió por la tangente.
Y es que dicha encuesta concluye que tiene 41% de aprobación, 7% no sabe o no opinan y 53% la desaprueba. ¡Sí!
Sin duda la hiel se le derramó y por eso andaba con ganas de desquitarse y demostrar que una canija encuesta no le quita el sueño. Y junto con sus empleados que tienen alma para joder al prójimo agarró contra la marcha y la estigmatizó, la descalificó y…
El demócrata y honesto secretario de Educación Pública, Mario Delgado, en la gira por Jonuta, Tabasco, echó flores:
“Presidenta, juntó usted más jóvenes aquí en Jonuta que allá en la Ciudad de México los que pretendieron marchar porque la educación es lo que convoca a esta generación. Hay algunos que quieren engañar a las y los jóvenes contratando millones de bots para tratar de utilizarlos para sus fines, para que regresen los privilegios, para que regrese la corrupción”, declaró el culto Mario Delgado.
¡Chiras, pelas!
Y, el domingo 16 cuando la resaca política abrazaba a la crema y nata de la 4T, la presidenta de Morena, la electrizante Luis María Alcalde echó la casa por la ventana en esto de defender a la licenciada Sheinbaum y en detrimento de los marchantes sabatinos que urgían la salida de la señora presidenta.
“¿Quiénes marcharon ayer? –preguntó ante un menguado auditorio en la cochera de una casa particular– Ayer –se respondió Luisa María– estuvo el jovenazo Fernando Belauzarán, a lo mejor no lo conocen ustedes, pero es de la oposición evidente, panista ahora antes perredista, Acosta Naranjo, de joven no tiene nada, tampoco lo conocen pero evidentemente un opositor al gobierno, Pedro Ferriz, Emilio Álvarez Icaza, los mismos de siempre que han estado en contra de la Transformación, en contra del presidente López Obrador, en contra de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, nada nuevo, los mismos de siempre… “
Y ahí tiene usted al licenciado César Cravioto Romero, secretario de Gobierno de la Ciudad de México, férreo tribuno que está espantado porque ¡ahí viene la ultraderecha!
“Nos preocupa –dijo– que la derecha mexicana se aleje de la democracia, nos preocupa que los opositores distintos a la transformación no quieran debatir, con razones, con argumentos, nosotros seguimos insistiendo que respetamos la libre expresión de las ideas, la libre manifestación”.
¡Ah!, no se ría, porfis, con lo dicho por el tribuno, milloneta y falaz Arturo Ávila, vocero de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados:
Lo que preveíamos (…) vimos a los mismos de siempre, a las personas que no quieren a México, que no quieren perder sus privilegios y evidentemente el resultado de la marcha fue un fracaso para los que la convocaron, un fracaso para los que desde la aplicación digital (…) por qué no prendió, por qué no funciona en nuestro país, porque no hay un malestar social (…).
–¿Quién crees que promueve el bloque negro, Arturo? –le preguntó el conductor Juan Pablo Pérez Díaz. Y Arturo Ávila, como es su praxis evitó contestar con nombres y apellidos, sólo citó a Ricardo Salinas Pliego, quien no ha ocultado sus filias y fobias.
Y qué de los nombres de la ultraderecha que aluden mas no dan nombres y apellidos. Igualitos, igualitos que la Princesa Caramelo en eso de tirar la piedra para ver quién responde. Argumentos de paja, fantasmas que rondan la recámara virreinal en estas madrugadas aciagas.
–Ahora, también lo voy a decir, eh: ¿creen que nos van a debilitar?, ¿qué van a debilitar a la presidenta por lo que gritan? ¡No! Más fuerte soy, más fuerte –atiende la licenciada presidenta en la comodidad del atril de la mañanera, a toro pasado, cuando miles de jóvenes y adultos, mexicanos para más señas le reclaman por el desgobierno y le urgen dejar el cargo.
–¿Ustedes creen que esos gritos, leperadas, me van a hacer algo? No –se alza valiente y rubrica:
–¡Aquí estamos fuertes con el pueblo, fuertes, muy fuertes! En Campeche, hubieran visto a la gente, feliz con nosotros.
¡Ay, señora presidenta! Usted lo sabe: a sus actos van los acarreados por estos gobernadores de todos colores que lo menos que quieren es quedarle mal y recibirla con unos cuantos nativos convencidos.
Admite: “¡Claro!, habrá gente que no le caigo bien, bueno, tampoco pasa nada, ¿verdad?”. Entonces Princesa Caramelo, si la oposición es magra y está desorganizada y no llena el Zócalo, ¿por qué darle tanta importancia? La realidad, Drakko, abofetea al rostro de los nuevos dueños del poder. Digo.
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